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—Bien. —Seokjin se alejó de él, satisfecho por su respuesta, y miró a Yoongi—. ¿Dónde está Hoseok?

Yoongi suspiró, cansado. Sacó su teléfono.

—¡Oh, cierto, Hoseok! —dijo, intentando poner emoción, aunque el tono de su voz salió monótono—. Voy a llamarlo para que venga.

Esa línea había sido ensayada, como mínimo, diez veces el día de la cafetería. Yoongi no había parado de dar objeciones, pensando que la idea de ese diálogo era muy estúpida. Seokjin no dio su brazo a torcer.

[Su único rol en todo esto es llamar a Hoseok... Eso... es muy injusto.]

Sólo por curiosidad, Jungkook dirigió sus pasos a una ventanilla que daba a la casa de enfrente. No le sorprendió encontrarse a Hoseok frente a una ventana, con unos lentes de sol, gorra oscura y ropa negra, contestando su móvil con un aire de confidencialidad digno del Agente 007. Todo lo que duró esa llamada, estuvo mirando a todos lados, precavido. Jungkook se preguntó qué tan divertido habría sido verlo exaltado si Taehyung hubiera aparecido en ese momento.

—Ya vienen en camino —dijo Yoongi, cortando.

Jimin lo miró, sagaz.

—¿Vienen? ¿Hoseok trae a alguien más?

Todos en la sala palidecieron como una hoja de papel. Jimin los miró, desconfiado.

Seokjin le envió una mirada asesina a Yoongi.

—Quiero decir, viene. Sólo Hoseok —intentó arreglar.

—¿Por qué no suenas tan seguro, Min?

—Porque estás mirándome fijamente, Park.

Jimin le dirigió una última mirada fulminante antes de acercarse a la ventanilla donde Jungkook había estado anteriormente. Justo en ese preciso instante, se encontró con la imagen de un sospechoso Hoseok cruzando la calle tomando de la mano a un confundido Taehyung.

Abrió la boca, sorprendido, traicionado, y los miró a todos con resentimiento.

—¡Ustedes mentirosos! ¡Pensé que Tae estaba enfermo!

Jungkook bajó la mirada, como si así pudiera hacerse invisible de la furibunda mirada de Jimin.

—¿¡Tú también participaste en esto!? —cuestionó Jimin, quien parecía a punto de tener un ataque.

—¿Participar en qué? —Se escuchó la alegre voz de Hoseok, quien apenas entraba al sótano.

Pareció darse cuenta de la situación al notar lo tensos que estaban todos y lo furioso que estaba Jimin. Su rostro se crispó con horror y se dio la vuelta. Taehyung, quien todavía no había entrado, soltó un jadeo de sorpresa cuando su mano cubrió sus ojos y empezó a empujarlo con apremio.

—Tae, mi lindo Tae, creo que nos hemos equivocado de lugar —decía.

—¡Jung! ¿¡También estabas en todo esto!? —siseó Jimin.

—Hoseok Jung, si aprecias tu vida, dime que lo que estoy escuchando no es la voz de Jimin —habló Taehyung, haciendo uso de toda su fuerza de voluntad para lucir tranquilo.

—Yo- Yo...

—¡No puedo creerlo! ¡Todos ustedes se pusieron de acuerdo! —espetó Jimin, echando miradas acusadoras a todos los presentes—. ¿Quién lo diría, Kook? Terminaste entrando al lado oscuro.

—¿Kook? ¿Lado oscuro? ¿Qué está pasando? Hoseok, ¡quita tus manos de mis ojos!

Jungkook quería que la Tierra se lo tragara.

Brillo | 𝐊𝐎𝐎𝐊𝐓𝐀𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora