— No me contesta. — Anunció la chica.
Al escucharla, Helen no evitó reír un poco. Siempre había reconocido que las acciones de (TN) no eran del todo sensatas; pero es que a veces la chica carecía un poco de sentido común al hacer ciertas cosas.
— Es muy tarde para contestar llamadas, (TN). — Explicó aún con su mirada plasmada en ella. Su gesto evidenciaba que eso nunca se le había ocurrido, pero aún así el artista la comprendía. Estaba tan cegada por sus emociones que jamás tomó en cuenta la hora.
La muchacha rió con un poco de vergüenza.
— No pensarás que soy una inepta... ¿verdad?
— Para nada. — Le contestó el garzo. — Es normal olvidar ciertas cosas debido a la preocupación, ¿no es así? — Sentenció para luego esbozar una sonrisa repleta de ternura. Y en efecto, incluso él cayó ante las provocaciones del mundo emocional. Ahora sólo necesitaba un abrazo.
[...]
Al día siguiente, el sol epató a todos con sus poderosos rayos llenos de energía. Helen despertó incómodo, aturdido por la pequeña línea de luz que alumbraba su cara desde la ventana.
Con los pies levantados y los brazos perdidos, abrió los ojos lentamente para toparse con las brasas matutinas que ofrecía la mañana. La casa se encontraba en total silencio, lo único que podía diferenciar a metros era el recorrido de los vehículos y el hablar de las personas. Éste era un nuevo día, y (TN) ya no estaba; se había ido a la universidad.
Pronto, alguien llamó al teléfono del hogar.
Aquella tranquilidad que solía reinar fue vaciada por la bocina del teléfono. ¿Quién sería? ¿Quién quería hablar a las 8:00 am?
Mientras el tono de llamada llenaba el espacio, Helen no se levantaba ni se movía del sillón. Sólo soñaba con los ojos abiertos, cansado de haber descansado tanto, tal vez. No recordaba mucho de lo que había pasado ayer, pero por alguna razón se sentía rejuvenecido.
Así pues, pasaron unos segundos más hasta que por fin se desdió responder al teléfono. No conocía el número, pero esperaba que fuera (TN) quien buscase hablar con él tan temprano. Cogió el celular con una sonrisa puesta en sus labios, cediéndole la palabra a la chica aunque no tuviera certeza de que fuera ella. Para su buena suerte.
— ¿(TN)? — Sonó desde el otro lado.
Dentro de Helen se formó la sorpresa antes de que la decepción, porque la persona que se encontraba en busca de una conversación tan tempranamente, era Amadeus...
El garzo se quedó petrificado, sin tener idea de lo que debía hacer.
— Discúlpame por no haberte respondido antes. — Siguió el pianista. — Es extraño que hayas llamado a esa hora. Más que extraño, es preocupante. ¿Te pasó algo?
Entre tanto Amadeus esperaba una respuesta departe de la supuesta (TN), Helen cavilaba para no arruinarlo todo. Nadie en el mundo debía saber que él estaba viviendo en casa de su musa. Alguien como él no merecía estar en su compañía, o siquiera convivir normalmente con alguien dentro de la sociedad...
— Como me llamaste en la madrugada, creí que estabas en casa. — Explicó con tono preocupado. — Evidentemente es así.
Tan rápido como terminó su pequeña oración, Helen colgó la llamada. Qué idiota había sido al contestar de esa manera, sin tener en cuenta que quien llamaría a esa hora sería el pianista. Pero es claro, si en la madrugada (TN) lo llamó desde el celular de casa, y teniendo más en mente que lo hizo en ese momento, obviamente cualquiera pensaría que algo estaría sucediendo.
Helen se tumbó sobre el sillón, tomándose la cabeza y en posición fetal. ¿Qué debía hacer ahora? Colgar la llamada o no contestarle daba lo mismo. Sin dudarlo Amadeus se preocuparía. La situación podía empeorar si es que (TN) decidía llamarle y decirle que todo estaba bien y que se encontraba en la universidad, y lo peor es que no sabía el número de la chica para contarle lo ocurrido.
En medio de toda la prosecución, una vez más la realidad sorprendió a Helen. ¿Cómo pudo haber sido tan descuidado? Después de todo lo que había hecho, el cómo no se dejó atrapar por nadie luego del millón de cosas horribles que había logrado desde que se culpó a sí mismo por la muerte de Tom... había cometido una barbaridad, una gran estupidez. ¿Era muy tarde o temprano para resignarse? Sencillamente no lo sabía. Lo único que le quedaba era esperar. Sin embargo era tremendamente duro hacerlo, porque la desesperación comenzaba a consumirlo.
Por otro lado, estaba Amadeus sin comprender lo que había pasado.
Entretanto sus clases avanzaban, no dejaba de pensar e intentar entender el asunto. ¿Por qué (TN) lo había llamado a esa hora y por qué cuando le devolvió la llamada sólo se abstuvo a respirar pesadamente y a escucharlo en silencio? Juraría que se trataba de la señal, pero cuando pudo percibir su respiración claramente, comenzó a creer que se trataba de otra cosa.
Entre más pensaba, más se perdía. Si no fuera por el ímpetu de uno de sus compañeros al moverse, él jamás se habría dado cuenta de lo que pasaba a su alrededor.
Aparentemente todos estaban abandonando las aulas sin explicación alguna. Sólo quedaba él. La atmósfera se rellenó de una curiosidad infecciosa que enfermó sus ojos, ya que al parecer alguien en el instituto había descubierto algo horrible.
Empujado por el interés también, la locura colectiva incitó a Amadeus a salir del salón con pasos precipitados, sólo para encontrarse con una muchedumbre en el pasillo.
Si bien no le dejaban acercarse a lo que sea que estaban trasladando en medio de toda la gente aledaña, uno de los estudiantes alcanzó a tomar una foto de aquel furtivo objeto que estaba causando polémica en el instituto de artes y lo subió a la página de la escuela. La publicación, fresca como una fruta recién cosechada, pasó por sus ojos como algo prohibido que después de unos minutos sería eliminado por la misma academia debido a la magnitud del problema.
Una foto adjunta a una descripción decía lo siguiente: Hoy, 20/8/20XX, en el insitituto de Artes de la Ciudad xx se encontró algo que conmocionó a los estudiantes y autoridades de la escuela. Parece que no se publicará al respecto, así que asegúrate de saberlo antes de que esta publicación sea eliminada por el director. Esta mañana un asistente de limpieza se encargó del observatorio después de un buen tiempo, cuando encontró pinturas dentro del almacén del lugar que aparentemente estaban confeccionadas con sangre. Por si no fuera poco, todas estas obras estaban acompañadas por una firma, la cual apunta al supuesto criminal que fue acusado por la desaparición de más de diez personas hace aproximadamente 7 meses. ¿Estará un asesino del tal calibre rondando por la escuela, o es que alguna de nuestras autoridades lo tienen hospedado? De cualquier manera éste no es un lugar seguro ya.
Aunque para Amadeus significara una pérdida de tiempo, algo dentro de la publicación hizo que abriera los ojos: el estilo de dibujo.
Aquel día que tomó el cuaderno de (TN) notó detalles que en ningún otro dibujo habían. ¿A qué le recordaba esto? Las cosas estaban claras ahora. Por fin, luego de haberse hostigado de esa manera, supo de qué se trataba toda la confusión por la que había pasado. Pero no ganaba nada si se estaba equivocando, así que lo comprobaría el mismo durante esta tarde.
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|Musa| Bloody Painter y Tú
FanfictionPara una persona común, un cuadro tal vez sólo puede ser una composición de colores; pero, para una persona que posee el don de entender el arte, el lienzo va mucho más allá. Significa, no sólo una composición de tonos, sino algo mucho más profundo...