Capítulo 25: Extrañar

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Narra Helen:

"Si me ves por alguno de tus pensamientos, abrázame, que te extraño"

Quizá si hubiera tomado tu mano aquella vez, este dolor no me afligiría tanto como ahora. Tal vez el tiempo que invierto pensando en ti, en el pasado y lo que pudo ser, no son más que fragmentos de un deseo ahogado por convertirme en alguien más y olvidar lo que ocurrió conmigo hace años.

Es cierto, no tengo idea de lo que vale un segundo en completa tranquilidad. Siempre busco maneras de escapar, de tener lo que quiero, de dejar de atormentarme por las cosas que hice y que jamás cambiaré. Pero entre todas las verdades que podrían lastimarme, la más grande es que te extraño más que a nadie. ¿Fue suficiente de ti para mí? ¿Ya probé a lo que debería llamarle "cielo"? Claro que me duele el hecho de no haber aceptado volver contigo, pero es por tu bien. Por el de nosotros.

Y hablando del tiempo, de cómo avanzan los relojes, es increíble que haya acabado así por uno. Desde niño pensé que crecería como un hombre racional y apegado al sosiego, pero ahora vivo inquieto y exasperado, escondido en un callejón y empapado en desperdicios y lluvia. No me queda más que sonreír y enseriarme al unísono ante mi fracaso.

[...]

La mirada inyectada en aborrecimiento de Helen apuntaba hacia el horizonte, en donde los edificios crecían y se asomaban ferozmente. 

La manera en la que llovía, cómo se lamentaba el cielo y el paso de la gente se sentían como cuando (TN) le había extendido su mano mientras llevaba comida caliente a casa. Eso hace meses. Recordaba su figura abrazadora y cálida tal y como un ángel salvándolo de las garras del frío, pero por más que en su mente retumbara esta imagen, ahora sólo eran parte de un pasado tormentoso y a la vez lejano. 

Se rodeó las piernas en medio de un tambaleo errático, a punto de contraer una gripe. Pensó en esos instantes cuando fue acorralado por Amadeus, su némesis jurado que haría lo posible para alejarlo de su musa, quien seguro también sufría por su negación.

A pesar de que todo lo sucedido abarcara un día, se sentía tan eterno...

Nada en este mundo se compararía a su sufrimiento, ni aunque nevara o diluviara, cualquier cosa lloraba menos que su corazón.

Recordó:

"Pareciera que el día había comenzando con ánimos; se veía prometedor y radiante. Cuando desperté, (TN) ya se había ido a la universidad. Sólo estábamos el cantar de las aves mañaneras y yo. 

Nadie en el mundo puede pensar claramente apenas despierta, así que me quedé estancado en mis pensamientos por un rato, hasta que alguien llamó al celular del hogar. ¿Era ella? De seguro. Quizá olvidó algo en casa y aunque no pudiese dárselo por mi condición... espera, quizá sólo quería escuchar mi voz, así como yo a la de ella. Mi amor... ¿Era correcto llamarla así? Qué pena. 

Luego de un momento, tomé el celular y algo me heló por completo. Al contestar, no se trataba de mi musa, sino de su amigo.

Y bien, mi mañana se fue al infierno. Yo me fui al infierno. Todo se fue al infierno. No tengo idea de cómo, pero esa persona sabía que algo andaba mal y me dio por los flancos. Desde ese instante, sólo podía pensar en escapar, pero ya no quería ser un mezquino. Por más cobarde que haya sido desde siempre, decidí dar lo mejor de mí y me quedé con el poco valor que tenía.

Pasaron horas hasta que el demonio vino a tocar la puerta. Me dijo cosas que me dolían, y se fue tras varios minutos después de patear y apuñalar mi alma. Pero... ¿Quién soy yo para hablar así, si el verdadero monstruo en todo este asunto soy yo? Qué ridículo que soy. 

Tomé las pocas pertenencias que tenía. Me puse la gabardina azul, mis pantalones negros, mi máscara y la tan característica carita feliz que adornaba mi pecho, porque no me permitiría irme llevando las cosas que (TN) me había comprado con su dinero. Y bien, estaba en pedazos, y en pedazos me iría, arrastrándome. Aunque no lo había notado, eso mismo la llevó hacia mí.

Aquel día tan refulgente en vida y quietud, pronto se cubrió en grises nubes.

No tuvieron que pasar semanas para que (TN) lograra encontrarme. Tan sólo simples horas fueron suficientes para que ella supiera dónde me encontraba varado.

Cuando nuestros ojos se vieron, nuestras expresiones fueron exactamente las contrarias. Entretanto ella componía un rostro de alivio, como si Dios la hubiese bendecido por descubrir mi estancia, yo blandía uno de terror, sintiendo cómo el mismísimo demiurgo tomara mi vida como un chiste; quería verla, pero a la vez no quería. Por su bien, por el mío, por el de todos, ya no debíamos estar juntos.

En su mano cargaba un paraguas, y en sus labios una sonrisa. Petrificado, sin poder levantarme de mi cama de basura y desperdicios, esperaba que ella jamás diera el primer paso para llegar a mí.

"Aléjate" 

Le dije, cerrando los ojos y con un dolor profundo en la garganta.

"Vete"

Le rogué, sintiendo cómo caía la lluvia, no obstante se trataba de mis primeras lágrimas.

"LÁRGATE"

Grité, entrando en pánico. 

Ella se detuvo, estando ya a un paso distanciada de mí. No paraba de llorar; como un bebé, sentí las ganas de acurrucarme en sus brazos, sin embargo no era digno de ella ni de su cariño. 

¿Por qué te has ido de esta manera...?

Aquella chica, tan brillante y hermosa, no sabía  ni tenía idea de lo ocurrido. Echarme a llorar era lo único que podía hacer ahora, ya que contarle la gravedad del tema lo empeoraría todo. 

Otra vez me cerré en mí mismo. 

"No quiero verte nunca más."

A pesar de no poder verla debido a la vergüenza, sentí cómo su corazón se arrugaba en confusión y en un severo flechazo de dolor. Supongo que yo sentiría lo mismo si la persona que amo me dijera eso. 

A continuación, dejó caer el paraguas de sus manos. Comenzó a llover. Empezó el silencio. ¿Cuándo acabaría? 

No estaba usado mi máscara, no obstante no era necesario porque ahora mi cara era una. Ni una pizca de emoción ni arrepentimiento; ella creyó comprender que yo ya no la amaba, así que comenzó a irse. Giró, sin enfatizar palabra alguna. Se iría, y esta vez para siempre.

Perdón por no tomar tu mano y volver contigo, pero es por tu bien. Por el nuestro.

Aún te amo, pero no vuelvas a mí."










|Musa| Bloody Painter y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora