Mi reina de Saba

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Michele

Me despierto y tras abrir los ojos, la primera imagen que veo es su cara.

Me acerco, no puedo aguantar las ganas y la beso. Rozo sus labios a duras penas y noto una sonrisa en su boca. ¿Estará soñando conmigo?

No me atrevo a volver a hacerlo por miedo a despertarla, pero aún con los ojos cerrados, está dormida, muy profundamente.

Me alejo un poco y me vuelvo a acostar, la contemplo entera. La miro dormida plácidamente y se me escapa una risa tonta al recordar cómo fue todo ayer.

Tras acabar la película, me alabó por mi trabajo, pero sobre todo por el de mi compañera de reparto, Anna María. Reconozco que en eso estoy totalmente de acuerdo.

Después vino la parte crítica. Sobre todo, sus palabras iban dedicadas a Blanka.

"A ver, entiendo que la película está basada en una novela. No nací en el siglo pasado, y acepto que en las novelas podemos plasmar los deseos y las situaciones más extremas que nuestra mente pueda crear.

Pero Miki, aquí hay miles de escenas machistas. Odié sobre todo la escena en la que Massimo obliga a Laura a ver cómo la prostituta te chupa el pichote y ¿se supone que eso es lo que ella se va a perder? Pero a ver, ¿en qué mundo vivimos?

Me ha decepcionado algunas cosas como eso. Es decir, lo que tendría que haber hecho es comerle, bien comido, el coño a la otra. Para que Laura, que encima está atada, viera lo que realmente se pierde, y no pueda ni tocarse ella misma en ese momento para calmar sus deseos. ¡Joder, ver como te la chupa a ti otra, no pone a ninguna mujer que tiene deseo sobre ti tío! Eso le corta el rollo más que otra cosa... Las tías tampoco vamos locas de desesperación por chupar una polla, ni nos produce el mismo placer que el que nos coman el coño. Vamos, mi humilde opinión."

Sonrío para mí mismo y de un salto salgo de la cama, ni siquiera me visto, en calzoncillos, voy corriendo y cojo mi guitarra.

Me acerco mi libreta y empiezo a escribir. Las palabras brotan, vuelan tan rápido en mi cabeza, que, como loco garabateo, como si de mi mente se quisieran escapar.

Una tras otra, y no me paro ni a pensar si tienen sentido alguno, pero yo escribo, porque al parecer hoy me he despertado con la musa. Nunca mejor dicho, con MI musa.

"Mira, mujer perdámonos en el Edén, quiero mirar tus ojos, y con mis manos tocar tu piel.

Mi reina de Saba, vente y sígueme, solamente vente y relaja tu mente. 

Todo dura muy poco para pensar

Cariño, me faltan tus alas en mi espalda para poder volar
Dame de tu guerra, dame de tu paz, que ya me encargo yo de darte mi felicidad.
Y necesito alguien que me guíe con claridad.
Cuando ni me entiendo necesito de tu idioma
Y aunque sea Roma, tú me puedes levantar 
Contigo tan sólo yo quiero más.
Con cada sonrisa que me ofrece, porque sí, ya me es suficiente para cada día seguir.

Cada mañana tu cuerpo en mi cama
Notas esa vibra positiva que ella emana
Créeme mujer, me sobran las ganas
De perder el tiempo contigo bajo las sábanas
Lo simple se vuelve tan perfecto sólo si estás delante
Dame de tu parte
Píntame en tu arte
Vámonos, que nos queda por vivir, lo sé
Por eso te debo querer, porque eres una mujer que se merece el bien, oh yes***

-¡Oh yes! – abro de golpe los ojos tras escuchar su voz y la veo apoyada contra la puerta del cuarto, aplaudiendo mientras me contempla con la cara aún de dormida - ¿Mi reina Saba?

- Buenos días bella durmiente. La reina de Saba era una hermosa mujer dotada de una inteligencia y diplomacia excepcional. Feminista y muy puesta en la lucha por los derechos de la mujer y sobre todo en su juramente de perpetua virginidad, que se quedó alterado tras su encuentro con el amor y el placer encarnados en el rey Salomón. – escupo casi las palabras que aprendí de memoria para mi examen de historia hace ya bastantes años atrás como si de un sabiondo se tratase.

-Así que, soy tu reina de Saba y ¿tú mi Salomón? Siento recordarte que teniendo una niña la parte de la virginidad es imposible de concordarla... - me dice con un tono divertido aún apoyada en la puerta mientras juguetea con un mechón de su pelo y emite una sonrisa pícara.

- O sea, ¿yo te dedico la letra de mi canción y a ti solo te importa eso? – le digo con un tono serio y sinceramente un poco decepcionado. Dejo mi guitarra a un lado y cierro la libreta de golpe.

-Aish no te enfades tonto, si es que no he llegado a escucharla bien, no ves que estoy aún medio dormida. – me dice mientras sale corriendo y se lanza hacia mi cuerpo. Se sienta sobre mis piernas y envuelve las suyas contra mi cintura. Me abraza y poco a poco enreda sus manos en mi pelo. – "Todo dura muy poco para pensar" ¿verdad?

Solo necesito escuchar esa parte de mis letras en su boca para enredar mis labios con los suyos y de mientras atraerla más contra mi cuerpo.

Mis manos vuelan por debajo de su camisón, acariciando toda su columna vertebral, mientras busco el camino hacia sus nalgas y mis ojos se abren de golpe tras recordar que no llevaba ropa interior. Con fuerza agarro las dos nalgas y me pongo de pie de golpe aún con ella en brazos. Dejo atrás el sofá del patio para adentrarme de nuevo a mi cuarto y la estampo contra la cama.

No ha pasado ni medio minuto desde que mi piel se ha juntado con la suya, que ya noto como si mis calzoncillos fueran a romperse por la dureza de mi polla dentro de ellos.

Rápidamente me deshago de ellos, no sin antes retirarle el camisón para contemplar toda su silueta una vez más.

En mi mente vuelven las imágenes de ayer, cuando por primera vez pude contemplar esta misma imagen.

Ciego del placer me lanzo a la cama y abro sus piernas rápidamente para dejar paso a que mi lengua se adentre sin ningún reparo en su delicioso y mojado coño.

Saboreo como si estuviera poseído, por sus palabras antes mencionadas, las tengo en mi cabeza y cada vez que abro los ojos y contemplo donde estoy aún pienso que estoy soñando.

- ¿Aún piensas que estás soñando? – me dice agarrando de mi pelo con una mano y estirando de una manera tan heavy que noto como si me estuviera arrancando todo el pelo de la cabeza.

¿Pero, qué coño? ¿Acaso lo he dicho en alto?

-No mi vida, soy tu reina Saba, yo estoy en tu mente. ¿Aún piensas que estas soñando mi rey Salomón? ¡Despierta!

-¡Joder! – entre jadeos, con todo el cuerpo chorreando de sudor y con la polla totalmente empalmada me despierto de golpe.

Aún desconcertado y con la rabia corriendo por mis venas al darme cuenta, giro la cabeza para verla de nuevo a ella.

Me cuesta por todo el placer y las ganas que tengo ahora mismo en mi cuerpo, pero salgo corriendo de nuevo, en busca de mi libreta. Quiero escribir todo lo que pueda en ella antes de que se esfumen las frases que tengo en la mente. 

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***Canción de Beret - Mira mujer

Lo que el destino te deparaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora