Y de repente, llegó él

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Que hermoso es cuando todo sucede por casualidad.

Sin fecha, sin planes, solo es una coincidencia, o el destino.

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Intento abrir los ojos tras apartarme el agua de la cara, mientras me acomodo encima de él y reposo mi cabeza. Me acaricia el brazo por debajo del agua hasta subir a mi hombro descubierto. 

Me dedico a contemplarle la cara.
La mirada intensa penetrando en la pared con ese brillo pensativo. 

Cierro los ojos después de fotografiar su rostro en mi mente, y mientras suspiro lo más hondo que puedo me coloco sobre él flexionando mis rodillas.
Lo abrazo tan fuerte que le obligo a recolocarse y sentarse en la bañera y me envuelve en sus brazos. 

Cubre mi cabeza con su mano y huele intensamente mi cuero cabelludo mojado. 

Noto toda la fuerza que hacemos ambos para abrazarnos, como si no tuviéramos tiempo para hacerlo las suficientes veces.

Levanto mis ojos con desesperadas ansias de ver su rostro.

Me mira sonriendo hasta las orejas, con los ojos empañados. Verdes ardientes, junto a las lágrimas intentando desbordar las balsas de sus ojos. 

Es en ese preciso instante en el que me enamoré de Michele.
Y creo que esta es la imagen que mejor tengo fotografiada de él en mi mente.

Conmovida, tomo su cara entre mis manos, me acerco hasta milímetros de ella y le beso constantemente.
Con lágrimas, rompemos en risas que nos contagian a ambos. 

Me enamoré de él por hacer que hasta mi alma ría a carcajada viva. 

-Dime una cosa - me dice acariciando de nuevo mi hombro, mi cicatriz. Sé su siguiente frase.

-Fue un accidente. - le digo anticipándome. De nuevo estirada sobre su piel con mi cabeza apoyada en él. Y levanto mi mirada para verle directamente a los ojos. - Te lo contaré antes de que te vayas. Pero necesito tiempo para meditarlo. 

Asiente con los ojos y mientras me sonríe con ternura, me besa la mejilla.

- Estoy aquí, y lo estaré siempre que lo necesites. Yo no creo que pueda marcharme y sacarte de mi vida. No quiero que esto se acabe. Ni tampoco que te alejes de mí. - me susurra.

1 mes y medio antes

Eixample, Barcelona, España - Marzo 2020 - 22:30h

Imagen de gente paseando y tomando el aire de la fresca noche en la ciudad condal.

Nos adentramos al pleno centro, aunque en una calle poco transitada, debido a los escasos establecimientos, y encontramos el Royal Hotel de Barcelona.
Traspasamos las enormes cristaleras que dejan ver al otro lado a nuestra protagonista, Mariana. Ansiosa por que llegue la hora de recoger sus cosas e irse a casa. 

Tras ocho largos e intensos días de trabajo, por fin, podría pasar tiempo con su pequeña mañana. 

Daniela tiene dos años y pronto será su cumpleaños. Levaba dos semanas con su padre y ahora le toca a Mariana disfrutarla.
Está contenta que tras meses de negociaciones, ha podido acordar con él la custodia compartida.
Después de una separación dolorosa por fin veía los frutos de su sufrir.

Lo que el destino te deparaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora