Vuelta a Italia

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Tras su vuelta a Italia, Michele se vio envuelto en gran cantidad de nuevos proyectos. 

Pese a que Italia fue uno de los países en el que más fuerte chocó el coronavirus, poco a poco comienzan a tener la situación más controlada y gracias a ello la libertad vuelve a los italianos y ahora se siente como lo más preciado de este mundo. 

-Oh mi piccolo ragazzo, ¿pero aún sigues trabajando? Por que no me acompañas a comprar unas cosas que necesito para hacer la cena hoy? Trabajas mucho hijo, se que tenías muchas ganas de empezar pero desde que trabajas tanto te noto más distante. - se acerca y le acaricia la espalda.

Michele, sentado en su despacho en frente del ordenador, apenas despega los ojos de él pero no puede evitar soltar un triste soplido al sentir las manos de su madre acariciarle. 

-Lo siento mama tengo muchas cosas pendientes, no es que esté distante, es solo que estoy concentrado para no dejar ningún cabo suelto. Desde que empecé a mezclar el cine y la música llevo un cacao mental. - se gira y le regala una dulce sonrisa. 

-No hijo mío, no es solo concentración, te conozco, te he parido y criado. Intenta engañar a tu hermano con esas escusas, pero yo lo veo en tus ojos mi bambino bello. - acaricia su rostro de una manera tan tierna, como solo una madre sabe hacer - Siempre has sido muy inteligente hijo, y aún teniendo mucho trabajo, has podido gestionarlo todo. Pero no me gusta ver que nada te contenta, debes pasar página Michele, ella lo ha echo. - Michele al escuchar su última frase gira rápidamente su mirada para centrarla de nuevo en el ordenador - Hijo la vida es así, pone en tu camino a personas maravillosas para que aprendas algo de ellas, y Mariana ya se encargó de mostrarte lo que es el amor desinteresado. 

Sin poder conseguir centrarse en lo que está haciendo, cierra el ordenador y mientras se masaje la sien con ambas manos y cierra los ojos intenta analizar las palabras de su madre. 

- No trates de pensar el porqué, las cosas han sucedido así. Así debió ser porque aún te quedan muchísimas cosas buenas por pasar. Sé agradecido y aprovecha todo lo que estas consiguiendo. 

-Lo se mama, y tu bien sabes que soy muy agradecido, pero cuesta pasar pagina en algunos asuntos. No me hagas hablar de ella por favor. - evitando la mirada de ella, se aleja y entra en su habitación abriendo los armarios buscando algo de ropa - Te acompaño, ¿Qué necesitas comprar?

-Michele, hijo - presa de la preocupación al ver la fortaleza fingida que intenta destilar él, se acerca y lo frena - para. Necesito que me escuches. 

-Mama de verdad, se lo que me vas a decir, pero ya hemos hablado mucho de esto. Estoy bien, estaré bien, pero si estáis todo el día hablándome de ella y diciéndome que la olvide, no podré hacerlo. Darme mi tiempo también. Tú más que nadie debes comprenderme, no es fácil olvidar a una persona a la que quieres tanto. Yo nunca voy a olvidarla, entiéndelo por favor. 

-Michele por favor no te comportes como un crío y afronta de una vez por todas las cosas. O la mantienes en tu vida y la tienes como amiga, o dejas de hablar con ella. Pero no puedes comportarte como lo estás haciendo ahora. Hijo no puedes torturarte de esta manera. Llegará un momento en el que dejarás de lado las responsabilidades y no te puedes permitir eso. Necesitas decidir algo ya. Mariana se merece después de todo lo bueno que ha echo por ti, que seas claro. Sois adultos, tomasteis una decisión conjunta y tiene derecho a rehacer su vida. No puedes juzgarla ni mucho menos castigarla. 

-¿Castigarla? Mama me duele, ¿es que no lo comprendes? - tira al suelo las prendas escogidas para vestirse por la rabia que provocan esas palabras.

-¿Te duele? ¿Y crees que a mi no me duele ver a mi hijo perder el brillo de felicidad en su mirada? ¡Madura ya Michele! Tienes dos hijos de los que responsabilizarte y mucho trabajo por sacar adelante. Te estás centrando en cómo castigar a Mariana para llamar su atención pero no lo estás consiguiendo ¿no ves que no se está arrastrando por ti? Ella sí que está afrontando las cosas como una mujer madura, y es incluso más joven que tu. Aprende un poco. 

-Mama basta ya me estas ofendiendo, no conoces a Mariana, como para defenderla a capa y espada. 

-Me es suficiente con lo que he conocido de ella. ¿Acaso te has olvidado de cómo te cuidó las noches que estuviste con fiebre en Barcelona? Porque yo no lo he echo hijo. Yo no olvidare nunca que te dio cobijo en el peor momento, a ti y a tu hermano. Te alimentó, te cuidó y te respetó en todo momento. Ahora respétate tu a ti y valórate, tal y como ella lo está haciendo. 

-¿Como sabes que tuve fiebre? Nunca te lo dije, ¿Cómo puedes saberlo? - desconcertado y a la vez que enfadado se acerca a su madre buscando su mirada, mirada que ella aparta al darse cuenta de sus palabras. 

-Sí, lo se - se gira para enfrentar a su hijo con una mirada decidida - Claro que lo sé. Una madre siente siempre cuando su hijo está mal. Y Mariana, la conozco más de lo que te crees hijo. Cuatro intensas noches me estuvo calmando a mi, mientras te cuidaba a ti porque ardías en fiebre Michele. Esta chica es un ángel, yo también lo se hijo - le acaricia la cara al borde del llanto - pero no puedes tratarla de esta manera. Debes enfrentar la situación y dejar de hacerle daño, es lo mínimo que se merece después de todo lo que ha echo por ti, tu sinceridad. Contesta sus mensajes por favor, no me hagas tener que ser una maleducada a mi también. 

-Espera, ¿te ha escrito a ti? ¿Preguntando por mi?

-Michele ella se preocupa por ti, aunque esté rehaciendo su vida, cosa que tiene derecho a hacer, te quiere mucho. Solo me ha escrito para decir que está preocupada por ti, que te ve diferente, mal. Y me ha dicho que no entiende que ha echo de malo para que ni siquiera le contestes los mensajes. Tiene algo importante que decirte hijo, necesita ayuda. Se lo debes. 

Michele se sienta al borde de su cama. Abatido por las palabras de su madre, por lo que significan en realidad. Tiene razón, sabe perfectamente que se ha comportado como un niño, evitando enfrentarse a sus sentimientos. Pero, ¿Cómo hacerlo? Si ni siquiera él sabe como hacerlo. 

-Llámala hijo. Yo se que ella sabrá entenderte. Pero llámala andes de decepcionarla más. 

-Vale mama, te prometo que lo aré. Pero hazme un favor, contéstala. No dejes sus mensajes sin contestar. 

-¡Ay mira si eres descarado, maldito hijo mío caradura! Me pones a mi en esta situación. ¿Y que le digo yo? ¿Qué vas llorando por las esquinas por ella? Si quieres que la conteste, no me harás decir mentiras hijo mío. 

-Mama solo dile que estoy bien por favor, que me dirás que la llame pero que estoy ocupado trabajando. ¡Solo dile eso, por el amor de dios! 

-Madre mía me mataras un día del disgusto bambino. Lo aré, pero si mañana mismo no la has llamado aún seré yo la que se decepcione severamente de ti Michele Morrone. Esta chica por primera vez está diciendo que necesita contactarte para que la ayudes. No permitiré que te hagas ahora el duro. 

-Vale mama lo he entendido, te he dicho que lo aré. Déjame al menos procesar las cosas, tampoco me agobies. 

-Procesar las cosas, como eres de poeta cuando te interesa. Venga vístete rápido que nos cerraran las tiendas. Te espero mientras me acabo de vestir yo también. 

Lo que el destino te deparaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora