S I E T E

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China se encontraban con la venezolana, quien por alguna razón apareció agonizante en su cuarto de hotel y ahora la veía dormir mientras esperaba que los demás llegarán.

- ¿Qué te habrá pasado ahora? - Preguntó el chino mientras le acomodaba la cobija a su pequeña amiga.

Tocaron la puerta y cuando la abrió, vio a Rusia, Siria y a URSS. Aunque el mayor de ellos parecía desesperado por ver cómo se encontraba la venezolana.

- Ella está bien, no tiene nada grave, solo... Bueno... - El chino no sabía cómo explicar lo que ocurría - Es algo que ya le a pasado antes... Al igual que a sus otros hermanos, pero está vez... Es distinto...

- Llamaré a España... - Dijo Rusia, después de todo España vivía con el Imperio Español.

Rusia se retiró para hacer la llamada.

- ¿Es eso verdad? - Preguntó Siria, y URSS los miro confundido. Después de todo no sabía lo que ocurría.

- Ese cambio es algo se que sabíamos que vendría desde el momento en que aparecieron las primeras grietas... - Dijo el asiático, lo que molesto al Ruso, después de todo el no entendía nada de lo que decían.

- ¡Ya estoy aquí! - Dijo un muy cansado Imperio Español, apareciendo de la nada y arrastrando a él Ruso - ¿¡Donde esta mi Venecia!? - Grito molesto.

- Imperio... Ella, no está bien... - Dijo preocupado China - Ven, ella está por aquí... - Dijo para luego llevarlo a el cuarto y de manera discreta URSS los siguió mientras Rusia y Siria hablaban.

Cuando entró al pequeño cuarto, se llevó una gran sorpresa que lo dejo más preocupado de lo que ya estaba.

- Venezuela... - Susurro llamando la atención de los mayores - Ella... Está... - Las palabras no salieron de sus labios y sus ojos se llenaron de lágrimas solo de pensar en lo peor.

- Solo están cambiando su bandera... Pero, su pueblo no acepta el cambió... - Un teléfono se escuchó en la habitación y el asiático respondió algo confundido.

- ¡AYUDA! ¡CHINA! - Los gritos resonaron por el alta voz y el español se preocupó aún más, después de todo eran sus hijos pequeños.

Y de fondo se escuchó una risa sádica que el ruso reconocería en cualquier parte, después de todo el en el fondo lamenta decir que fue su "amigo".

- Ya te pongo en el alta voz... - Dijo Rusia entrando en el cuarto con algo de tristeza en su rostro.

- ¡Los demás desaparecieron! Rusia, no es como que me importes, pero Bielorrusia desaparecido tambien, al igual que Panamá, Ecuador, México y Austria, temo que la que siga sea Venezuela... - Las palabras del americano molesto tanto a URSS, que le arrebató el teléfono de las manos a su hijo.

- Escúchame bien, pedazo de mierda, si tanto te importa Venezuela estarías aquí y no en tu casita como un maldito cobarde... - Dijo con rabia URSS, ya que para él le era estúpido el comportamiento del americano.

- Estoy buscando al único country que podría ayudarnos... - Hablo cortante USA - Intento salvarle el trasero a tus hijos soviético... - Y con eso cortaron la llamada.

Y todo quedó en completo silencio.

- Maldita capitalista... - Dijo Rusia - Voy a ayudar a buscar a la ONU... - El asiático y el español caminaron hasta la puerta donde Siria se encontraban pensativo en el suelo.

- Nosotros buscaremos a Ecuador y a Panamá... - El asiático fue interrumpido por el imperio.

- Yo los ayudó, soy el único que conoce sus zonas selváticas y buscaremos a Nueva España... Ruso te quedas a cargo... - Y con eso se fueron para comenzar su búsqueda.

* * *

En otro lado, algunos países buscaban a la ONU, al igual que otras organizaciones y agencias, aunque mientras ellos buscaban de manera desesperada, en Japón algo muy malo ocurría.

- ¿QUE CREES QUE HACES PAPÁ? - Grito el italiano furioso, mientras veía como su padre Italia Francina, hablaba con el padre de Alemania y Canadá.

- ¿Italia? - Preguntó alguien detrás de él. El italiano miró detrás de él y se sorprendió al ver a los latinos y a la austriaca.

- Hermano ¿Qué hacés aquí? - Preguntó el mexicano quien abrazaba Panamá.

- Mi padre se levantó contra mi... - Dijo con tristeza Italia, el mexicano lo miro con pena y la panameña abrazo al italiano, quien se sonrojo un poco.

(Nota: Panamá y Ecuador no son menores de edad, solo son bajos de estatura)


- ¿Sabes que quieren? - Preguntó Austria, pero el italiano solo negó.

- Y es mejor que no lo sepan... - Dijo Bielorrusia al otro lado de las rejas con una copa de vino en su mano.

- ¿Bielorrusia? - Dijo con sorpresa el ecuatoriano.

- Espérence... ¿¡QUÉ CARAJOS PASA AQUÍ!? ¿CANADÁ ES DE LOS MALOS? - Preguntó el mexicano señalando al bicolor y luego señaló a la bielorrusa - ¿¡TU QUIERES COMENZAR UNA GUERRA!? - Los que estaban fuera de la jaula miraron de brazos cruzados a México - ¿Donde estaba yo que no me uni a la locura? Esperen... ¿Qué tenemos que ver nosotros en esto? - Preguntó y japonés sonrió.

- Es fácil de responder a tu pregunta... Pero, desgraciadamente para ustedes, estarás muerto antes de que te expliquemos lo que ocurre... - Y con eso le disparó a México en la cabeza, dejándolo caer muerto a los pies de Ecuador y la centroamericana comenzaron a llorar.

- Eso no era necesario japonés... - Dijo con lágrimas en los ojos Canadá.

- Tranquilo... Los países no mueren - Le dijo para luego escupir en la cara de la pobre Japón quien lloraba como si no hubiera un mañana, mientras intentaba desatarse de la silla donde el Nazi decidió atarla.

- Que delicados... - Dijo Bielorrusia con burla - El despertará dentro de un par de horas, ahora, debo ir a ver a Venezuela, ofrecer ayuda y luego traerla.

- ¿Venezuela? - Preguntaron los latinos al mismo tiempo.

- Ah, si claro, casi lo olvido... Su hermanita tiene tantos problemas ahora que... Su gobierno no se negaría a trabajar para nosotros... - Dijo el italiano mayor.

- Ella no lo permitirá... - Dijo Panamá.

Bielorrusia no contesto solo se burló en la cara de la latina y se fue.

- ¡ERE UN DESGRACIADO CANADÁ! México confiaba en ti y ahora Venezuela probablemente muera por tu culpa... - Dijo Ecuador y Italia miró con decepción al canadiense.

- ¿No lo saben? - Dijo Canadá de manera fría.

- ¿Saber qué? - Preguntó Austria.

- Venezuela ya no existe... Ahora es un triste recuerdo... - Dijo y les lanzó un periódico de Colombia.

- La bandera de Venezuela es cambiada, al igual que su nombre, nombrando la a ahora República Bolivariana de Nueva Granada... - Leyó el italiano la primera plana.

- ¿Otra vez? - Dijo Ecuador - ¿Por qué le cambiaron el nombre? Y ¿Tenía que ser ese otra vez?...

- Dicen que talvez sea peor que el gobierno Nazi... - Dijo Canadá.

- Te escuché Trottel... - Dijo el alemán.

- Eso es mentira... Ella no lo permitiría... - Se repetía una y otra vez la panameña.

- Es el comienzo de una nueva era... - Fue lo último que dijo Canadá para luego retirarse, dejando a los otros países solos en la oscuridad.

Una amiga para URSSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora