CAPITULO 7

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¿Y SI NOS CASAMOS?

CAPITULO 7

Un día más, lentamente abro los ojos, estiro mi cuerpo para retirar toda la pesadez que mi despertar ejerce sobre él. Al principio creí que había tenido un mal sueño, de hecho, en realidad una especie de pesadilla, pero tal es mi sorpresa cuando al dirigirme a la cocina para buscar algo qué desayunar se cruza en mi camino, específicamente en la sala, Seiya.

Creo que no lo soñé, todo fue real. Mi mente trae todos los recuerdos de lo sucedido la noche anterior y solo concluyó en que me he metido en un gran lío del que no sé cómo voy a salir. Y aunque le de vueltas y vueltas al asunto, no dejo de pensar en cómo me deje convencer para hacer una verdadera tontería.

FLASH BACK

—¿Y si nos casamos?

—¿Estás loco?— le respondí a Seiya retirándome de un sobresalto de su lado.
—¿Acaso estás mal de la cabeza? ¿Cómo se te ocurre? ¿Ahora que broma es ésta? ¿Que pretendes? ¿Acaso crees que soy una chica fácil? ¿Me vas a decir que...— el rostro de Seiya se había tornado muy extrañado ante mi bombardeo de preguntas.

—¡Basta!— Seiya intentaba hacer que detuviera mi hablar. —¡Serena! ¡Suficiente!— él me volvía a repetir ante mi negativa de calmarme.
—¡Serena! ¡Cállate!— elevando su voz había logrado llamar mi atención. Ahora sí me había quedado en completo silenco.

—Lo siento, es solo que no comprendo qué disparate es ese.

—Piénsalo bombón. Planearemos todo, invitaremos a todos los que conozcamos, así sea el vecino o la señora del supermercado, reuniremos una gran cantidad de participantes a nuestra ceremonia, los más que podamos. Pondremos la mesa de regalos en la tienda que más te guste, quienes decidan agregar algún obsequio tendrán que pagarlo y enviarlo a tu domicilio, y los que no puedan o no quieren hacerlo nos dejarán presentes monetarios. ¡Esa es la solución perfecta!  Nos casamos, tu te quedas con los obsequios y yo me quedo con el dinero, así tú recuperas tu lujoso y cómodo estilo de vida y yo pago mis deudas— realmente estaba impresionada ante su creatividad. Ni siquiera a mi se me habría ocurrido semejante plan, definitivamente a mí me faltaba mucha de la suspicacia que Seiya tenía.

—Pues no suena mala tu idea, pero ahora explícame ¿Cómo rayos nos vamos a casar si yo no siento nada por ti? No voy a pasar el resto de mis días atada a un sujeto que me cae mal— en ese momento me encogí de hombros y giré mi rostro hacia el otro lado, aunque mi posición duraría muy poco con lo que Seiya me respondería.

—¿Quién te dijo que yo me quiero casar contigo? No seas tonta, yo nunca aceptaría acabar mi vida a lado de una mujer tan gruñona como tú. ¡Esto es solo un negocio!

—¿A si? Pues entonces dime ¿qué va a pasar cuando estemos casados? Por qué darte mi vida como esposa ni lo sueñes.

—¡Claro que no! Mi intención no es esa, no lo soportaría, aunque tienes razón. Podríamos planear todo y unos días antes de que se llegue el día cancelamos, decimos que nos peleamos o que simplemente nos dimos cuenta de que no somos el uno para el otro.

—Eso no es posible. Si cancelamos antes de casarnos tendremos que devolver todo— eso lo sabía de sobra ya que estaba al tanto de la ceremonia de Molly. —Lo que podríamos hacer sería divorciarnos un mes después, y así nadie tiene que regresar nada— ahí estaba yo, metiéndome en el plan y dando más ideas para este embrollo.

—Tienes toda la razón bombón. Ahora lo principal es pensar en esa maravillosa forma en la que tú y yo nos enamoramos.

—¿Quién se enamoró de ti? ¡Ni lo sueñes!

—Serena ¿Siempre tienes que decir tonterías? Me refiero a lo que les diremos a todos cuando nos lo pregunten. Afortunadamente tu familia y amigos ya me vieron contigo y por lo que ví pensaron que había algo entre nosotros, pero hay que pensar en una explicación lógica sobre cómo nos conocimos, en dóde, o cómo se dió el flechazo. Aunque tú puedes decir que te resulté irresistible tanto física como interiormente— en ese momento se acercó un poco a mí para guiarme un ojo.

—¡Que presumido! Yo creo que sería más convincente que dijeramos que te conocí en el supermercado, comenzamos a salir, nos fuimos conociendo y de repente ¡sorpresa! estábamos enamorados y con unas ganas inmensas de estar juntos.

—Si, suena más creíble, aunque podrías agregar que te cautive con mi belleza física y mi excelente sentido del humor— sin duda Seiya tenía una autoestima muy elevada.
—¿Entonces qué dices bombón? ¿Tenemos un trato?— al decir esa última frase mi amigo estiró su brazo esperando que yo cerrara el pacto.

—Si, tenemos un trato— entonces yo también estiré mi brazo sujetando su mano con la mía en señal de aceptación. Francamente no sé en qué estaba pensando. Creo que la motivación principal había sido el interés.

Después de firmar nuestro pacto con un apretón de manos mi futuro esposo salió de mi casa con rumbo a la suya. Pasaron al rededor de dos horas, ya estaba vestida con mi pijama y envuelta en el calor que mi viejo sleeping back y mi cobertor me brindaban cuando de pronto escuché el insistente sonido del timbre ¿Quién estaría llamando a esta hora?

Sin muchas ganas tuve que interrumpir mi descanso y levantarme de mi cómodo aposento. Un poco despeinada, en ropa de dormir y pantuflas abrí la puerta solo para escuchar esa vocecita que tantos problemas me había traído últimamente —¡Que sexy luces en esa pijama de peluche bombón!

—¿Se puede saber que haces aquí? Pensé que estarías en tu casa— le respondí un poco molesta y sorprendida a la vez.

—Pues verás, necesito un lugar en donde dormir y pensé que dado tu enorme espacio podías dejarme pasar la noche y algunos días en un pequeño rincón.

—¿Es enserio? Debes estar completamente loco— le respondí sin despegarme de la puerta y aún impidiéndole el paso.

—Veras bombón, como te dije, pedí el auto prestado en la casa de juegos y prometí que al devolverlo les daría un abono de todo lo que les debo. Evidentemente no tengo con qué pagar ese adelanto, así que mi única opción fue dejar el auto en medio de una calle sin decirle nada a nadie. Cuando llegué a mi casa, justo antes de entrar me dí cuenta de que esos sujetos estaban esperándome ahí, así que sin ser visto salí rápidamente del lugar. Seguramente  estarán vigilando mi casa durante algún tiempo, así que no puedo pararme por ahí, mi única salvación eres tú.

—¿Cómo es que te metes en tantos problemas? Estaba a punto de dormir y llegas así, con esos modos a exigir que te deje vivir en mi casa. Por qué si quieres pasar algunos días aquí eso quiere decir que vas a vivir aquí ¿No es así?

—Pues de todas formas tendrás que acostumbrarte, ya que después de casarnos viviremos un mes juntos antes del divorcio.

—Si, pero no hay por qué apresurar la situación. Además si vamos a vivir juntos ese pequeño tiempo es solo por nuestro acuerdo, no te emociones de más.

—Bueno, está bien, te entiendo, será mejor que regrese a casa y enfrente mi situación— ese tipo sí me que sabía cómo hacerme sentir mal en tan solo un momento, y con lo que diría a continuación terminó por convencerme
—¡Sería una lástima que enviudaras antes del matrimonio!

—Está bien, entra— me retiré de la entrada permitiéndole el paso. De esta manera no solo le abrí las puertas a ese hombre, sino también lo había hecho a un sin número de cambios que llegarían a mi vida.

FIN FLASH BACK

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