¿Y si nos casamos?
CAPITULO 2
Después de haber comido con Molly, y aún sin contarle sobre mi situación actual, nos despedimos, no sin antes responder a esa tan incómoda pregunta que me había hecho.
—No lo sé Molly, por ahora el casarme no está en mis planes. Soy feliz así como estoy.
—Deberías darte prisa Serena, el reloj biológico puede llegar a su fin— con esa frase que ella había lanzado inocentemente terminó por fulminarme. Aunque no quisiera aceptarlo, ya estaba llegando a una edad madura, cinco años más y sería etiquetada como una cuarentona, quedada, una solterona, y no sé cuántos sobre nombres más me pondría la gente. Todo parecía indicar que el mundo entero confabulaba en mi contra, y más aún, que el hecho de tener un hombre a tu lado te daba un cierto valor agregado que nadie te daba cuando estabas soltera.
Durante todo el trayecto de regreso a casa caminé pensativa, solo pasaban por mi mente todos esos momentos en los que mi familia mencionaba las palabras "boda" "esposo" "familia" "edad", y ahora Molly con su letal interrogante "¿Y tú para cuándo?"
Una y otra vez se repetían las mismas imágenes en mi cabeza, hasta que de pronto un grito y algunos quejidos llamaron mi atención. A unas cuantas cuadras de llegar a mi casa se observaba a un grupo de cuatro hombres que golpeaban fuertemente a alguien. Ante la escena que mis ojos veían, arriesgándome un poco, pero al mismo tiempo armándome de valor decidí auxiliar a la persona que estaba siendo agredida.
—¡Basta! ¡Suéltenlo! Tengo todo grabado en mi teléfono y he llamado a la policía— cosa que no era real, aunque los agresores no lo sabían, y para mí buena fortuna, en ese momento, una patrulla se dejaba ver rondando por el lugar.
—¡Vámonos!— gritaba uno de los hombres a sus cómplices —Esto no acaba aquí Kou, será mejor que cumplas con tu parte si no quieres acabar peor— tras esa amenaza los hombres salieron huyendo mezclándose entre la poca gente que circulaba sobre una avenida cercana.
Mi primera reacción ante lo que observaba fue auxiliar a la persona que se encontraba lastimada sobre el suelo a la que por el momento no pude apreciarle el rostro pues se encontraba con el cuerpo totalmente encorbado hacia abajo.
—Avisaré a la patrulla— afirmé incorporándome mientras observaba a los oficiales circular más cerca de nosotros, pero justo cuando estaba por interceptarlos, el misterioso hombre me habló dejando al descubierto su identidad —¡Espera bombón! No lo hagas.
Esa palabra otra vez "bombón"
—¿Otra vez tu? ¿Quién te crees que eres para hablarme de esa forma?— le reclamé dándole un ligero empujón sin medir las consecuencias de mi acción.—¡Hey! No me golpees ¿No ves que estoy mal herido? ¡Eres una salvaje!
—Y tu un fastidioso— le respondí mostrándole la lengua como si se tratara de un berrinche de niña pequeña. —¡Que bueno que estás bien! Antipático, será mejor que me vaya a mi casa, y tú deberías hacer lo mismo.
—¿Te irás a tu casa y quieres que yo haga lo mismo? Muy bien, yo también iré a tu casa bombón— me dijo sarcásticamente ese joven. Realmente era un tipo desesperante.
—¡Ahhhh!— solté un gruñido lleno de furia y sujeté al mismo tiempo mi ropa con fuerza en señal de desesperación.
—Lo que quise decir es que yo me iré a mi casa y tú debes irte a la tuya— creo que producto de mi frustración en vez de hablarle le grité.—¡Tranquila bombón! No te exhaltes. Eso no es bueno para el cutis, además, a tu edad, podría provocar arrugas— su tono sarcástico y burlesco no desaparecía a pesar de estar demasiado golpeado. Era como si para él la vida fuera un chiste.
—¿Pero que le pasa a todo el mundo? ¿Que se han propuesto el día de hoy?— nuevamente exclamé alzando la voz, a lo que el tipo que se encontraba frente a mi reaccionó extrañado.
—¿Pues que te hicieron para que te pongas así? ¿Puedo saberlo?— me preguntaba, pero está vez había un tono de seriedad en su voz.
—Todo el mundo está obsesionado con las bodas, los matrimonios, los cuentos de hadas y sobretodo, con mi reloj biológico— mi afirmación era un tanto melancólica, hasta que de pronto, una fuerte carcajada salió de la boca de ese sujeto tan irritante.
—¿Así que acerté? Ya eres toda una señora— nuevamente me dijo sin poder parar de reír.
—¡Ay! ¡Ya basta!— su actitud terminó por molestarme de sobremanera, así que sin pensarlo, propiné una fuerte bofetada en su rostro, logrando con eso, lastimarlo más de lo que ya estaba. No sé si fue la fuerza de mi golpe o si eso había sido producto de lo que le había sucedido minutos antes, pero de pronto su labio comenzó a sangrar. —Lo siento, disculpame, no era mi intención— yo trataba de excusarme de todas las formas posibles, realmente estaba muy apenada, pero esa pena fue más grande cuando todo su sarcasmo desapareció para colocar un gesto en su rostro que solo denotaba tristeza.
—No te preocupes, igual me lo merecía por ser tan grosero y atrevido. Será mejor que vayas a tu casa.
—¿Y tú a dónde irás?— le pregunté curiosa, pues por los golpes que presentaba quizá debía necesitar atención médica.
—No te preocupes, yo estaré bien. Con el dinero que me queda puedo pagar una noche de hotel. Ya mañana será otro día y algo saldrá.
—¿Dijo un hotel?— me cuestioné a mi misma en mi mente —¿Que no tienes un hogar? ¿Algún lugar a dónde ir? ¿Familia o amigos?— mi curiosidad era muy grande, pero más grande era mi asombro al saber que ese joven estaba completamente solo.
—Digamos que si tengo una casa, pero dado lo que pasó hoy no puedo ir ahí, esos sujetos podrían ir y acabar con migo.
—Te dije que diéramos aviso a la policía, pero tú no quisiste.
—No, eso solo empeoraría las cosas. Esos sujetos son muy peligrosos. Les debo mucho dinero y desafortunadamente no tengo manera de pagarles.
Sin duda alguna, su hablar parecía sincero, había algo en su mirada que me decía que no mentia —¿Que piensas hacer?— le cuestioné curiosa, pero nuevamente salió el payaso que llevaba dentro.
—Pues muy fácil bombón, planeo robar un banco, aunque eso es muy arriesgado, lo mejor será sacarme la lotería— caminando lentamente y sujetando sus costillas con uno de sus brazos lo vi alejarse.
Sin duda ese joven me dejó impactada, no solo físicamente, sino también por qué no podía comprender como alguien que estaba pasando por fuertes dificultades en la vida podía vivir tan alegre y despreocupado. A su lado, mis propios problemas parecían verdaderas tonterías.
—Nos vemos pronto bombón— antes de perderse por completo entre las calles de la ciudad giró su rostro y elevando su mano se despidió de mí.
—¡Que sujeto tan raro!— era todo lo que mi mente podía procesar.
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¿Y si nos casamos?
Fanfic¿Quién dijo que una boda no deja nada bueno? Serena Tsukino, enfocada cien por ciento en su desarrollo profesional está segura de que elmatrimonio no es importante en su vida, o al menos eso pensaba hasta el día en que la suerte parece haberle dado...