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Arami

— ¿Entiendes?

— Ah, ¿Entonces eres aquella y por eso el está así? —lo señaló con su pulgar, detrás de sí. Satori se encontraba sonriente, feliz, buscando lugares para irnos de "luna de miel". Asentí—. ¿Que no eres inexistente?

Lo miré mal.

— No. Dejemos el tema con que... Uhm... Hay mundos paralelos y yo vengo de ahí. Sí.

— Es imposible que me crea eso.

— Pero lo harás.

— No hay oportunidad.

— Ushijima, vas a creer en esto y punto. ¡No le des más vueltas al asunto!

— Pero-

— ¡Que no! —suspiré.— Solo hazlo por mi. ¿Si?

— No te conozco.

<<Cierto. Este tipo no está loquito por mí >>.

— Bueno, hazlo como un favor que luego te deberé. ¿Puedes hacerlo?

Dudó pero al final aceptó.

— ¿Puedes encargarte de tu amigo y asegurarte de que no haga locuras? Ah y que tampoco diga quien soy. Por favor.

— ¿Por qué?

— Digamos que... Soy como una celebridad aquí. ¿Vives en el campo o qué que no sabes lo que pasa? —contuve mi risa al decir esto último. —. Quiero decir, ¿No ves mis posters publicidades y eso?

— No presto atención a cosas que no son de mi interés.

— Auch. Como sea, solo hazlo. Por favor.

— De acuerdo...—dejó el vacío, esperando mi nombre.

— __(tn). __(tn) Arami.

Asintió.

— De acuerdo, Arami.

Sonreí agradecida.

Este pagó las cosas y luego se fue con la bolsa y arrastrando a Satori fuera del local. Este último, claro que forecejaba, no quería irse.

Dejé caer mi cuerpo en la mesada, agotada.

— ¿Que voy a hacer...? —murmuré para mi misma.

La campanilla volvió a sonar y volví a ponerme correctamente, recibiendo al cliente.

— ¿Satori...? ¿Que hace-

Este, quien estaba agitado y algo desarreglado que supongo que fue, de tanto forcejear con su amigo y correr hasta aquí, rápido se colocó a mi lado y con su brazo derecho abrazó mi espalda colocando su mano en mi brazo con fuerza. Sacó su celular y sacó una veloz foto.

Sonrió con satisfacción y luego se fue, antes de que Ushijima venga por él y este bajo tres metros de la tierra.

Mi gesto se transformó a uno de confusión, procesando la información.

Mi cuerpo empezó a sentir calor, llevé ambos manos a mi rostro.

¡¿Tendo se sacó una foto conmigo?! ¡Y sobre todo, su brazo me envolvió! ¡Sentí su calidez y su agarre en mi brazo! ¡Sus dedos! Oh...Oh, no...

¿Corrió solo para poder sacarse una foto conmigo? ¡Habré salido mal, ni siquiera me dio tiempo a reaccionar! ¡Maldición!

— Moo~ —me quejé volviendo a dejar caer mi cuerpo en la mesada.

— ¡Hey! ¿Así trabajas?

Abrí mis ojos, viendo a Tom. Este era un peli castaño algo pelirrojo. Era una mezcla rara.

— ¿Que quieres, Tom?

— Solo vine antes, estaba aburrido y decidí hacerte compañía hasta que sea mi hora, chica hemorroides.

Hice una mueca de desagrado.

— Ugh, no lo repitas. Por favor.

Rió suave.

— Lo siento. El jefe me contó de eso y es una perfecta oportunidad para poder molestarte y sacar provecho.

Rodé los ojos.

— No debí decir eso. Estaba nerviosa... Olvidalo, ¿Si?

Hizo un gesto pensante.

— Por favor.

Intensificó el gesto.

— Tom...—hice cara de perrito, rogando.

Acarició mi cabeza, dulcemente y acercó su rostro al mío.

— Esta bien, chica hemorroides. Lo seguiré diciendo.

Me alejé veloz de su cercanía.

— ¡E-Eso no es lo que te dije, idiota!

Estalló en carcajadas.

— ¿Te puse nerviosa? Chiquita —me miró de reojo, yendo hacia la sala de descanso— Ya vengo, no me extrañes. Iré a cambiarme.

Refunfuñé.

— Sí, claro. Como no... Maldito estúpido idiota e imbecil.

Tomé un chupetín que se encontraba en el mostrador y me lo metí en la boca, saboreandolo.

Esto ayudará a relajarme.

Sonreí inconsciente disfrutando.

— Vaya... —Miré a Tom, ahora cambiado con el uniforme. Tenia una sonrisa extraña.

— Idiota —escupí.

•••
¡hola y adiós!

Mundo invertido || Haikyuu y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora