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Lee Minho.

—Gracias por traerme Han, nos vemos mañana. —dije abriendo la puerta de su auto.

—¿Que? ¿No irás a la escuela?

—Nah, quiero —piensa, piensa. —Descansar un poco.

El asiente no muy convencido.
—Esta bien, hasta mañana hyung. —me despido de el con mi mano y luego su auto arranca hasta perderlo de vista.

Entro a mi casa y no veo a mis padres en la sala, así que supongo que esten en el trabajo.
Subo las escaleras hasta llegar a mi habitación, ya dentro de esta me quito el saco quedando con la camisa color blanco y me siento en el borde de mi cama. Colocó mis codos en mis rodillas y mi cabeza entre las palmas de mis manos y me pongo a analizar.

Ayer asistí a una cena, en la cual me enteré de que mi novia, ahora ex-novia me era infiel, luego de eso salgo corriendo decidido a subir al coche de mis padres, pero llega Jisung y me salva de cometer una tontería, vamos a un parque y allí el habla conmigo y hace que de manera muy extraña me sienta bien.

Una parte de mi vida ha cambiado desde anoche y -a mi parecer- para bien.

(...)

—¡Lee Minho! ¿Por que no contestaste mis mensajes ayer, estaba muy preocupado.

—Lo siento Bin, tuve... Necesito contarte algo.

—Esta bien, ¿vamos al patio? —asentí con la cabeza y llegamos a nuestro destino, nos sentamos bajo la sombra de un árbol. —¿Que sucede?

—Ryujin me engañó. —contesté después de unos minutos, el rostro de Changbin al escucharme fue de ¿sorpresa? ¿desagrado? No lo sé.

—¿Que...

—Con el primo de Jisung, pero el no sabía, me entere ayer en la noche porque ¿recuerdas que te dije que asistiría a una cena de negocios? —asintío. —pues era en casa de los Han, Hyunjin llego un poco tarde y presento a su “novia”, yo al verla salí de allí enfadado, triste, decepcionado, en fin, Jisung —fue lo único bueno de la noche. — el, el me ayudó, habló conmigo y de cierta forma me sentí bien gracias a el.

—wow —dijo susurrando. —En serio nunca pensé que ella llegaría a hacerte eso, digo, se veía tan feliz a tu lado, al igual que tu, con razón a Woojin hyung nunca le agradó del todo, el tiene ese sexto sentido con las personas.

—Ya, tambien se veia feliz al lado de Hyunjin, además, si esto paso, es porque el destino me tiene preparada otra cosa para mi futuro y al parecer ella no estaba en mi futuro. —digo mientras en mi rostro aparece una gran sonrisa.

—Eso explica porque ayer cada vez que le preguntaba por ti se ponía nerviosa y me ignoraba para irse casi corriendo.

—Da igual, vamos a clases.

(...)

Viernes, al fin, digamos que es mi dia favorito.
El sonido del timbre me indica que es hora de almuerzo. Salgo corriendo de mi salón para buscar a  Changbin y lo encuentro a punto de bajar las escaleras.

—Espera. —digo corriendo hacia el. —Aish —apoyo mis manos en mis rodillas. —Corrí demasiado para encontrarte, ¿traes comida? —me respondió con un 'aja'. Vamonos pues.

Al llegar al mismo patio de siempre un chico se para delante de nosotros y me mira con una sonrisa.

—¿Que? —pregunto confundido.

—¿Que se siente? —pregunta burlón con una sonrisa de lado

—¿Que se siente que?

—¿Que se sinete que te sean infiel? Que se rían de ti en tu cara, que jueguen contigo, ¿Que se siente darlo todo por una persona y esa persona  te vea como una cosa tonta? ¿Eh? ¿Que sentiste al darte cueta de que tu noviesita tenía a otro? Y dejame decirte, no fue una vez las que te fue infiel, para nada, tambien estuvo conmigo, hace como tres meses, no lo sé, en fin, todos esos dias en los que te decía que iba "estudiar", se iba conmigo, con mi amigo, el hermano de mi amigo, conclución, Lee Minho te vieron la cara durante-

No termino lo que iba a decir ya que mi puño se estrelló en su cara haciedolo retroceder unos pasos, luego de eso le volvi a pegar, esta vez tumbandolo al suelo, me subí encima de el y repetí los golpes, cada uno más fuerte que el otro.

—¡Minho, Para Ya, Lo Mataras!

Escuchaba los gritos de Changbin, pero no le prestaba mucha atención, estaba concentrado en una sola cosa, destrozarle la cara a ese chico.

—¡Lee Minho, Te He Dicho Que Pares!

Volvió a gritar mi amigo, esta vez agarrando mis hombros y separandome levemente de quien se encontraba debajo de mi cuerpo, pero me quité sus manos de encima y seguí golpeando al estupido ese

—¡Minho Por Favor!

Varias personas intentaban separarme, pero sin querer salían lastimados.

Hasta que escuché mi nombre salir de la boca de otra persona y dejarme concentrado en mi nombre.

—¡Lee Minho!

Se acercó a mi y poco a poco me fue levantando hasta que por fin quedamos uno al frente del otro, el puso sus manos en mis hombros.
Nos mirabamos a los ojos, sus ojos por alguna casualidad del destino me transmitian paz y me desconectaban de las cosas a mi alrededor.

—¿Estas bien? —dijo en voz baja sin despegar sus ojos de los mios. Asentí sin cortar el contacto visual en ningun momento. —Venga vamos.

Tomó mi mano y me sacó corriendo del patio, el cual se encontraba repleto de personas, al parecer vieron lo que sucedio.
Llegamos a la azotea y ambos nos sentamos en el suelo, estuvimos unos largos minutos en silencio hasta que me decido a hablar.

—Lo siento, yo...no...no quería. —comence a soltar unas pequeñas lágrimas.

—¿Por qué lo hiciste? —su tono de voz suave me calmo un poco.

—Yo... El llegó y se paro en frente de mi a decirme muchas cosas sobre lo que pasó y no lo soporté más y lo golpee.

—Debes aprender a controlar tus impulsos, no puedes golpear a la primera persona que se te pare al frente y te diga o recuerde lo sucedido.

—Pero el me dijo muchas cosas que me llenaban de rabia.

—Debes ignorar todos esos cometarios, no les hagas caso. Solo tu sabes lo que pasaste. Dejame ver tu mano.

Le mostré mi mano derecha y el hizo una mueca.

—¿De donde sacaste eso? —pregunté al ver que de su mochila sacaba un botiquín.

—Magia. —me guiñó un ojo.

...Ok?

Limpió la sangre que había en mi mano y luego limpió la herida.

Vaya, le di con furia.

Reí internamente hasta que sentí un gran ardor en mis nudillos.

—¿Duele? —negué.

—Solo arde un poco. —dije con una mueca.

—Y ya esta —dijo tras colocar una venda en mi mano para proteger esta.

—Gracias, Jisung.

—No ha sido nada. —volvió a guiñarme un ojo y puso sus manos en su cabeza y se recosto en el sofa viejo en el que nos hayabamos sentados.

—¿Que haces? —pregunto al verlo con los ojos cerrados.

—Estoy cansado, quiero dormir un rato. —su tono de voz suave, que digo suave, casi inaudible me hizo saber que en unos minutos, quizas segundos se quedaría dormido.

Al cabo de tres minutos su respiración se hizo más calmada y en sus labios habia un puchero.

Que tierno.

¿Y tu? A ti nada te parece tierno.

Pero el se ve tierno dormido, es una ternura.

Poco a poco comienzo a mirarle y a mirar bien su rostro, tan tranquilo, sus mejillas abultadas tan hermosas como una ardilla lo hace ver tierno, el lunar que tiene en su mejilla lo hace ver perfecto.

Decido acomodarme en aquel sofa para rato después quedarme yo tambien dormido.















𝗛𝗔𝗥𝗗 ♡ 𝗠𝗶𝗻𝘀𝘂𝗻𝗴 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora