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Minho llegó a su casa, cansado, después de una -no muy larga- jornada laboral.

Le dio de comer a su pequeña gata, el no lo haría, no tenía ni ganas, ni cabeza para eso y considerando lo inquieto que se encontraba, acabaría devolviéndolo todo.

Jisung se encontraba tirado boca arriba en su cama, desde que llegó de la escuela eso era lo único que se dedicó a hacer, muchas horas allí, pensando en porque el mundo siempre estaba en su contra.

Al día siguiente ninguno de los dos tenía la más mínima intención de levantarse de sus cómodas camas, pero debían hacerlo, lastimosamente.
Realizaron su rutina de todas las mañanas y desayunaron, Jisung en compañía de sus padres y Minho siendo observado por su gata.
Salieron de sus casas y fueron de camino a sus clases.
Una sorpresa que se llevaron los dos, habian llegado al mismo tiempo.

Oh, no. Pensó el Jisung.

Diosito, si me quieres matar, haslo ya mismo. Pensó el mayor.

—Hola. —dijeron ambos a la vez.

—Te vez bien.

Jisung se regañó internamente por haber dicho algo tan estúpido como eso.

—Gracias, tu tambien te vez muy bien.

El momento no podía ser mas incómodo para ellos, querían salir corriendo de allí pero por vergüenza no lo hicieron.

Se sonrieron y caminaron en distintas direcciones, Minho hacia el patio trasero donde habian chicos jugando Basketball, Jisung como ya era de costumbre fue en dirección a su salón, necesitba estar solo, otra vez.

(...)

Para suerte de ambos, en el horario escolar, no se cruzaron.
Jisung se sentía aliviado pero a la vez un poco triste, el quería ver a Minho pero si lo llegara a tener delante sus nervios saldrían a flote.
Minho para nada deseaba cruzarse con Jisung, el pensaba que si chocaba miradas con el menor, se terminaría de volver loco.

Esto no se podia quedar así, necesitaban hablar sobre lo sucedido o acabarian distanciandose. Ninguno queria eso, para nada.

Minho llegó a su trabajo y como ya era costumbre una manada de fieras estaba esperándolo, la unica diferencia era que hoy el no se encontraba de humor para lidiar con todas esas pegajosas chicas.

Por otra parte se encontraban Jisung y Chan, ambos en casa de su nuevo amigo Changbin, habian acordado por mensaje reunirse en casa del pelinegro.
En estos momentos, Jisung no tenía cabeza alguna como para ponerse a escribir canciones o alguna otra cosa.
El rubio y el mas pequeño se percataron de la actitud del menor todo el día, les parecia algo un poco extraño ya que su otro amigo, Minho, se encontraba actuando muy similar.

Ya habian pasado dos semanas, si, dos semanas en las cuales Minho y Jisung solamente se decían “hola” y algunas veces “adiós”.

Ninguno de los dos se sentía bien así, en especial el menor, ya que, después de tener una muy linda amistad con la persona que le gusta, esta se había distanciado de él, pero no todo era culpa de Lee, el tambien era culpable porque tambien se distanció, ambos eran culpables.

A Minho le dolía, en verdad Jisung llegó a ser muy importante para el, pero algo en su interior no le dejaba de susurrar que se alejase de Han y claro que lo había hecho.

Lee Minho.

Tocaron el timbre y a la velocidad de la luz bajé las escaleras y abrí la puerta.

—Vine en cuanto me enviaste el mensaje.

—Gracias por venir Bin, enserio me hacía falta.

Lo invité a pasar y le ofrecí algo de beber.

—Sientate, estas es tu casa. —le entregué un vaso con agua que el me pidió.

—¿Que sucede? Tu mensaje parecía ser algo unrgente. —termino de beberse su liquido y dejó el vaso sobre la mesita de la sala.

Solte un largo suspiro y me decidí a hablar.
—Sabes, en estas semanas
—tranquilizate, no estes nervioso. —Jisung y yo hemos estado un poco distanciados.

—Demasiado diria yo.

Solté una risita nerviosa.
—¿El no te ha dicho la razón por la cual... —negó. —Pues la razón es... ¿recuerdas esa noche que fuimos al bar? —asintió. — no recuerdo muy bien que sucedió a lo largo de la noche, solamente se que a la mañana siguiente yo estaba en mi habitación con una desconocida y me dijo que había otra persona, esa persona era Jisung.

—¿Que...?

—No sé él, pero al menos yo no me atrevo a decirle nada más que hola y adiós, no lo sé, me siento incómodo con esto y cada vez que lo veo a mi mente viene todo lo sucedido y —deje de hablar.

—¿Y...? —continuó.

—Y creo que me gusta.

—¿Crees? —asentí. —¿Por qué lo crees?

—Al principio me parecía extraño el ponerme molesto por algunas cosas relacionadas con el, me negaba a aceptar que quizas tenía una pequeña atracción por él, recuerdo un día en el que nos habiamos encontrado en un bar por casualidad y no se como pero terminamos abrazados, sus brazos eran tan —suspiré buscando alguna palabra que describiera esa sensación. —no tengo adjetivos para poder describirtelo.
—Changbin rió. —En serio, su abrazo fue tan cálido, único, especial, te juro que en mi vida me habia sentido así. Luego, el día de la cena en su casa, que me enteré lo de Ryujin casí hago cualquier tipo de locura, pero no lo hice, porque allí estaba el, habló conmigo y me dijo tantas cosas hermosas que ni siquiera sé como decirlas. Ya con esto último que sucedió y que nos alejamos, me di cuenta de que no puedo vivir sin él, lo extraño demasiado, me hace mucha falta, lo necesito cerca, me di cuenta de que estoy enamorado, ¡ME ENAMORÉ DE JISUNG, JODER!















𝗛𝗔𝗥𝗗 ♡ 𝗠𝗶𝗻𝘀𝘂𝗻𝗴 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora