𝗛𝗔𝗥𝗗 ♡ 𝗠𝗶𝗻𝘀𝘂𝗻𝗴

19

Han Jisung.

Terminamos, al fin terminamos, hoy hicimos al rededor de cuatro canciones.
Hablando de canciones, varias veces me preguntaron la razón por la que fue escrita “Close” , solamente cambiaba de tema.

Cobarde.

Ajá, eso ya lo se.

Ahora después de dos horas de que los chicos se fueron de mi casa me encontraba tirado en mi cama, ¿haciendo qué? Nada.

(...)

Finalmente, el sol brillaba más que nunca.
Me senté en mi cama y me estiré.
Hoy amanecí feliz no se porque razón.

Cuando lo hice todo baje a desayunar.
—Hola Hola Familia. —llegué al gran comedor y me senté el la silla al lado de mi padre, al frente de mi madre.

—¿Por qué tan feliz hoy, Jisung? —preguntó mi madre comiendo de su ensalada de frutas.

—No lo sé, —comencé a comer yo tambien. —amanecí así.

—Yo creó que es una chica. —comentó burlón mi padre.

No precisamente.

—No. —dije y seguí comiendo hasta terminar. —Nos vemos más tarde.

Salí de la casa, me monte en mi auto y lo puse en marcha, también puse un poco de música, estaba feliz.
Cantaba la letra de la canción, bueno las partes que me sabía.
Llegue a la escuela y dejé mi carro en el estacionamiento. Al llegar a mi entrada toda la hermosa y perfecta felicidad que tenía se fue, desapareció.

Minho y una chica, riendo, muy cerca uno del otro, ella toca su hombro.

¡AJÁ! ya vi tus intenciones, chiquilla.

Me acerco a ellos mostrándole una hermosa sonrisa a Minho y a esa otra una muy forzada y falsa sonrisa.

—Hola. —le digo a Minho y desgraciadamente a la otra tambien.

—Hola Jisung, oh, los presento. —me dio un poco la vuelta quedando yo enfrente de la chiquilla y el entre nosotros. —Jisung ella es Haerim, Haerim él es Jisung. —me di la mano con ella y cuando las separamos disimuladamente me la limpie con la parte de atrás del pantalón. —Jisung un amigo —auch, friendzone. —y Haerim es una compañera de clases.

Decidido, ya se el nombre que no le pondré a mi hija: Haerim.

Ni siquiera me gusta, asi que no hay problema.

La tal Haerim se fue dejándonos solos.
—¿Que harás hoy?

—Ir al café, ya sabes, trabajo. —se encogió de hombros.

—Ya te dije que puedes quedarte en mi casa, no hay proble-

—Gracias pero no, aprecio tu ayuda, pero no hace falta. —otra vez, otra maldita vez me sonrió.

El timbre sonó y ambos nos quedamos de pie.
—¿No tienes clases? —pregunté nuevamente.

—No es precisamente una clase, iremos a un jardín botánico, el profesor de ciencias quiere que tengamos contacto con la naturaleza

Abrí mis ojos asombrado.
¿El también?

—Mi clase también ira.

—Que bueno. —me abrazi por los hombros. —Ya llegaron los autobuses. —comenzamos a caminar hacia ellos. —te invito a sentarte a mi lado ¿que dices?

Querido, aunque no me hubieras invitado lo hubiera hecho igual.

Duh.

—Esta bien.