37 🐾 Amore

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Dos semanas después

Naomi estaba mirando a Kaneki, que se estaba tomando tranquilamente un café. Estaban en :re, pero la cafetería estaba cerrada y allí no había nadie más.

-¿Eres... - comenzó a preguntar Naomi. - ...virgen?

Kaneki escupió el café, sorprendido por la pregunta de su novia, y la miró.

-¿Eh? - Contestó él.

-Te estoy preguntando si eres virgen - dijo ella.

Kaneki se quedó unos segundos en silencio, todavía sorprendido.

-¿P-Por qué me preguntas eso? - Preguntó nervioso, mientras limpiaba el café.

-Bueno, es que me he dado cuenta de que seguramente lo eres - contestó Naomi. - Nunca te has acostado conmigo. Ni como Ken, ni como Haise, ni como, bueno, Ken otra vez. Tuve mis dudas, porque a lo mejor si lo habías hecho siendo Haise, pero luego recordé que me dijiste que nunca habías tenido una novia. Así que... ¿eres virgen?

-N-No quiero responder a eso - murmuró con vergüenza.

-No sé, Ken, llevamos saliendo bastante tiempo... a no ser que quieras llegar virgen al matrimonio, en algún momento tendrás que acostarte conmigo - rió Naomi. - A no ser que no quieras, claro.

-S-Sí que quiero - sonrió Kaneki, muerto de vergüenza.

La joven pareja se quedó mirándose el uno al otro unos segundos, cuando de pronto una noticia en la televisión les llamó la atención.

-¡Contemplen! - Exclamó Nimura, alzando las manos subido a una montaña de cadáveres de ghouls. - ¡No dejaré que sigan huyendo! Exterminaré a todos los ghouls para lograr un mundo sin imperfecciones.

-Esa era la tercera base - dijo Kaneki. - Debemos darnos prisa y movernos al Distrito 24.

Naomi le cogió de la mano, lo que le sorprendió un poco.

-Ayato se dirige al Distrito 24 - informó ella.

-Pero mientras estamos sentados aquí, las otras bases... - murmuró él.

-¿Vas a intentar hacerlo todo tú solo? - Preguntó Naomi. - Contamos con Yomo, Nishiki, Touka y Tsukiyama, sin mencionar a los miembros del Aogiri. Confía en tus compañeros por una vez. Te necesito a mi lado, por favor.

Kaneki tomó la otra mano de Naomi y la miró a los ojos. De pronto, sonó la campana de la puerta. Los dos miraron para ver quien era la "clienta."

-Mutsuki... - murmuró Kaneki. El chico se acercó hasta su antigua subordinada.

-Sensei, por fin le encuentro - sonrió ella. - Tiene que volver, por favor.

-No puedo - contestó él.

La chica frunció el ceño y miró a Naomi.

-Ghoul... - gruñó Mutsuki. Miró de nuevo a "su sensei". - Así que realmente traicionó a la CCG, a los Quinx y a mí también. ¿Quién era yo para usted?

-Mutsuki... - murmuró Kaneki, algo asustado por la actitud de la chica.

De pronto, sacó uno de sus cuchillos y le hizo un corte en la mejilla.

-Solo está confundido, Sensei - dijo ella. - Me desharé de todo lo que se interponga en nuestro camino.

Naomi retrocedió un poco, estaba claro que esas palabras eran para ella. Mutsuki le lanzó un cuchillo, pero Naomi lo esquivó.

-¡Mutsuki! - Gritó Kaneki.

La chica comenzó a pelear contra él, tratando de clavarle sus cuchillos. De pronto, le calvó uno en la muñeca, atravesando su brazo. Mutsuki le dió una patada e hizo que saliera de la cafetería, partiendo la cristalera.

-¡Ken! - Chilló Naomi.

Mutsuki se giró y le pegó una patada a ella, que chocó contra unas sillas, cayendo al suelo.

-Si Touka estuviera aquí, diría que eres una cliente grosera - gruñó activando su kagune. Intentó golpearla, pero la investigadora la esquivó.

-Muere, zorra ladrona - dijo Mutsuki, lanzándole un cuchillo. - Tú, tú, tú, tú, tú, tú, tú, tú, tú... ¡Muere!

Naomi le pegó una patada en el codo, haciendo que cayera al suelo su último cuchillo. Mutsuki retrocedió un poco, pero Naomi le pegó otra patada, esta vez en el estómago. Sin darse cuenta, Mutsuki se le colocó detrás y le hizo una llave alrededor del cuello, apretando para ahogarla.

-Bien... ya te tengo - sonrió ella.

Naomi activó su kagune y le atravesó el estómago.

-Odio a las mujeres... - gruñó mientras se levantaba dolorida. - Sobre todo a ti.

Kaneki se levantó y vio varios Oggai en la azotea del edificio de enfrente. De pronto, todos comenzaron a bajar para atacarles. Kaneki los esquivó, dándoles patadas y puñetazos, y se acercó a Naomi, que había salido de la cafetería. La cogió de la mano y salieron corriendo.

-¡Te dije que tenía un problema conmigo! - Gritó Naomi mientras corrían.

Rato más tarde...

Naomi y Kaneki llegaron a un edificio abandonado, una antigua base del Aogiri. Subieron a la que había sido antiguamente la habitación de ella y recuperaron el aliento mientras miraban por la ventana el cielo nocturno de Japón.

Naomi se giró para mirar a Kaneki, que le parecía más guapo que nunca. Kaneki se giró y miró a Naomi, viendo como su pelo rosa brillaba a la luz de la luna. Se cogieron de la mano y se besaron.

Cuando se separaron, ella empezó a quitarse la ropa, comenzando por su chaqueta y su camiseta. Kaneki hizo lo mismo y luego sonrió.

-¿Por qué sonríes? - Preguntó ella.

-Porque creo que te amo - contestó Kaneki.

Se acercó a ella y la besó.

-Yo también te quiero - sonrió Naomi.

Día Siguiente

Naomi acariciaba el pelo de su novio mientras entraban los primeros rayos de luz. Kaneki se giró y la miró, algo dormido todavía. La abrazó y volvió a dormirse. Naomi sonrió y le besó en la mejilla.

Noche

Kaneki y Naomi se trasladaron a una base subterránea de Cabra en el Distrito 24.

-Naomi, ponte esto - pidió Tsukiyama, que acaba de entrar a la habitación de la chica con un conjunto.

-¿Cómo? - Dijo confundida.

-Es tu traje de boda, espero que te guste porque lo he elegido yo - sonrió él.

-¿Me caso? - Preguntó aún más confundida.

-¿No te lo he dicho? - Contestó Tsukiyama. - Lo siento, Kaneki me ha pedido que lo organice todo y no doy abasto.

-E-Espera - pidió Naomi.

-No, Little Rose, no tengo tiempo para esperar - contestó agobiado. - Ponte esto y sal que te tengo que casar.

Tsukiyama salió de la habitación. Naomi cogió el conjunto que le había dejado sobre una silla y comenzó a reírse.

Rato más tarde...

Naomi y Kaneki se casaron en el sótano donde se encontraba la guarida de Cabra. En la ceremonia todos bailaron, rieron y bebieron. Los recién casados, los miraban, algo apartados, mientras reían.

-La verdad, es que ha sido increíble - sonrió Naomi. - Nunca pensé que podría celebrar mi boda en un subterráneo.

-Tsukiyama ha hecho un gran trabajo - comentó Kaneki.

-Me alegra de que sea capaz de hacer algo bien - bromeó ella. Apoyó la cabeza en el hombro de su, ahora, marido y sonrió. - ¿Esto está bien? Está bien, ¿verdad?

Kaneki se giró y la besó.

-Te quiero, Youngblood - sonrió él.

YOUNGBLOOD 🐾 Ken Kaneki / Ayato KirishimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora