YOUNGBLOOD 🐾 Ken Kaneki / Ayato Kirishima

40 🐾 Fine: Veleno

Día Siguiente

Naomi suspiró y dejó el móvil sobre la cama. Se pasó las manos por el pelo, tratando de pensar que Ayato estaba bien. Kaneki se había transformado en el Dragón hacía ya tres días, y su amigo no había vuelto y no contestaba a sus llamadas. A veces, se le pasaba por la cabeza que pudiera haber muerto, pero se suponía que estaba en el Distrito 24, bastante lejos de allí.

Kaneki entró en la habitación y miró a su esposa, que parecía algo pensativa.

-Naomi, ¿todo bien? - Preguntó él.

-Sí, bueno... he llamado a Ayato, pero no me lo coge, solo me da señal - contestó la chica. - Estoy algo preocupada.

-No creo que le haya pasado nada - respondió él. - Se supone que está en el Distrito 24, allí el ataque del Dragón apenas tuvo alcance, y menos daños.

-Sí - murmuró ella, todavía algo indecisa.

Kaneki se sentó junto a Naomi y se desenganchó el collar que ella le había dado.

-Toma, te lo devuelvo - dijo dándoselo.

Naomi lo cogió y se quedó unos segundos mirándolo.

-Creo que sería mejor que te lo quedaras un poco más - respondió devolviéndoselo.

-Me lo diste para asegurarte que, si me pasaba algo, volvería para devolvértelo - dijo Kaneki, con el collar en un puño. - Ya me ha pasado algo, así que debo dártelo.

-Ken, esto no ha acabado - murmuró ella. - El veneno del Dragón está convirtiendo a los humanos en ghouls, V y los Payasos van tras nosotros, Nimura tratará de matarte en cualquier momento... Sé que vas a tener que volver a hacerte el héroe y a separarte de mí, pero necesito que regreses.

-Naomi, es algo infantil pensar que por devolverte un collar no voy a morir - contestó Kaneki.

-Necesito esa inocencia - susurró ella. - Necesito creer que, si te han arrancado los brazos y las piernas, no puedes más y estás a punto de morir, pienses: "Naomi... tengo que devolverle el collar, tengo que volver a ella para ser felices y cumplir todas esas promesas que alguna vez le hice."

Kaneki terminó de escucharla y suspiró. Se colgó el collar del cuello y se lo metió por dentro de la ropa.

-Si es lo que necesitas... entonces no puedo negarme - sonrió él.

Naomi le beso y luego le abrazó.

-Gracias - suspiró ella mientras se separaban.

-Te prometo que cuando todo esto acabe, seremos felices - prometió él, dándole la mano. - Seremos felices hasta que muramos de viejos.

De pronto, alguien llamó a la puerta y abrió.

-Hola - saludó Kimi. - ¿Podríais venir un segundo conmigo? Me gustaría hablaros de una cosa.

-Claro - asintió Naomi.

La pareja salió por la puerta, siguiendo a Kimi hasta una sala, donde estaban reunidos algunos de sus amigos. La chica cogió su tablet y comenzó a hablar.

-Lo signos vitales del dragón se volvieron activos nuevamente - informó la doctora. 

-También hay más personas transformándose en ghouls - añadió Nishiki.

-¿Por qué esa cosa sigue moviéndose si hemos sacado a Kaneki? - Preguntó Tsukiyama.

-Por eso os había llamado - murmuró Kimi, sacando unas imágenes y enseñándoselas. - Hay otro núcleo.

-¿Otro núcleo? - Preguntó Naomi. - ¿Puede ser donde esté el cuerpo de Rize?

-No solo el suyo, si no muchos clones de ella y de Kaneki - contestó Kimi. - Como los Oggai.

-Supongo que tendremos que encargarnos de eso - dijo Touka.

-Entonces enviaremos a un equipo a investigar ese núcleo - comentó Tsukiyama.

-No hay tiempo - contestó Kimi.

-¿Cuánto tenemos? - Preguntó Hide.

-Según obtuve de los datos... en el peor de los casos, 12 horas - respondió mirando su tablet.

-¿12? Eso es demasiado poco - suspiró Naomi.

-¿Qué sucedería si el Dragón se volviese a reactivar? - Preguntó Nishiki.

-Todas las personas de Tokio se transformarían en ghouls - contestó Kimi.

-Entonces supongo que no habrá tiempo para investigar - murmuró Tsukiyama.

-Pero también hemos recogido rastros del veneno en el acceso al túnel subterráneo que lleva hacia el núcleo - informó Kimi. 

-¿Eso significa que un ghoul podría ir? - Preguntó Touka.

-Incluso con ghouls, si van más haya de su límite, su nivel de células RC podría estar en peligro - contestó la doctora.

-Por favor, dejadme ir - pidió Kaneki, que no había  hablado en toda la reunión. 

Naomi se giró para mirarle, algo preocupada.

-Ken... - murmuró ella. - No quiero que vuelvas a estar en peligro.

-No lo estaría. Mi cuerpo tiene resistencia al veneno, ¿verdad? - Preguntó el chico.

Kimi encendió su tablet y miró los archivos que tenía de Kaneki.

-Es cierto, tu conteo de células RC no ha cambiado - informó ella. - Sin embargo...

De pronto, un pequeño terremoto producido por el Dragón les llamó la atención.

-No hay tiempo - murmuró Kaneki. - Me dirigiré al núcleo.

-Ken, no puedes ir solo. Yo iré contigo - dijo Naomi, dándole la mano.

-Youngblood, ¿qué rango de ghoul tienes? - Preguntó Kimi, mientras tecleaba en su tablet.

-S~ - contestó la chica.

-Es cierto que Kaneki no debería ir solo, pero sería mejor que le acompañara un ghoul de rango SS o más - dijo la doctora.

-Podría acompañarle Takizawa - dijo Nishiki.

-¿Para que lo mate? - Preguntó Naomi. - Además, no sabemos donde está.

-Hinami es demasiado pequeña - dijo Touka.

-¿Y esa del pelo negro? - Preguntó Tsukiyama.

-Tampoco sabemos donde está Kurona - respondió Naomi.

-La verdad es que los miembros de Cabra están bastante dispersos - murmuró Kaneki.

-Yo le acompañaré - dijo Ayato, que acababa de entrar por la puerta.

-Ayato, ¿dónde has estado todo este tiempo? - Preguntó Naomi.

-Estaba en el Distrito 24 cuando pasó lo del Dragón, y me tomé unos días para investigarlo - contestó. - ¿Te parece bien que vaya con él?

Naomi pensó unos segundos y asintió algo indecisa.

-Ayato, Ken, tened mucho cuidado, por favor - pidió ella. - No puedo perderos.

-No te preocupes, cuidaré de este idiota - contestó Ayato.

Ken se acercó a su esposa, ignorando el comentario, y la beso.

-No te preocupes - dijo él. - Volveré.

Dos horas después...

Kaneki llegó al último huevo que quedaba, en el que se encontraba Rize. Se quedó unos segundos mirándola, con una mezcla de tristeza y nostalgia en su interior. Activó su kagune y se acercó hasta ella.

-Hasta siempre, Rize - se despidió él. - Gracias...