55. ¿Preparada para la caza de monstruos, Grace?

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En este capítulo, os aconsejo poner si o si la canción, creedme cuando digo que te da mucho más ambiente :D Antes de nada aclaro que jamás en mi vida he escrito un capítulo así, asi que no os paséis si no está muy bien.  Si se acaba la canción antes volver a ponerla :)

Esperé sentada en los sillones de descanso, mientras la gente reía a mi alrededor sin saber lo que estaba ocurriendo. Debía aguardar a la señal de Mia, que en estos momentos caminaba sobre la pilastra tumbada en lo alto de la zona vip para tener mejor visión. Paul se había mezclado con los camareros, Nick estaba oculto entre la gente y no sabía dónde estaba el último rebelde. 

Fijé la mirada en los líderes rebeldes que bebían entre risas continuas. Cuando se levantaron, me quedé inmóvil aguardando una señal. Tomé de mi copa triangular decorada con piedras preciosas. Nada más introducir aquel licor en mi boca supe que aquello no era normal. 

La adrenalina inundó mis venas mezclándose con la sangre. Sentí un nuevo despertar dentro de mí, como si un monstruo silencioso saliese de entre las sombras de mi interior, alzándose para atacar a su presa. Juraría que por un momento sentí como mis ojos cambiaban de color. 

Miré hacia lo alto del local, casi al lado de los bailarines y vi a Mia al borde del precipio caminando con sus caderas movíendose bajo aquel vestido rojo. Todos ellos parecían... cazadores. 

Silenciosos como la noche y letales como el fuego. 

Me hizo un gesto serio y rápido con la cabeza, señalando a la multitud por la que había desaparecido aquel hombre con su grupo. Me levanté sin causar sospechas y caminé lenta y sigilosamente entre la gente, sin chocarme con nadie. Mi vista estaba fija en la espalda de Andrew Lahiffe. Era mi presa y nada ni nadie, lo podría evitar. 

Sentí aquel nuevo despertar dentro de mi, y aquel monstruo se alzó en mi interior, rompiendo todos mis conceptos morales al completo. 

Así que hice lo que me habían estado enseñando durante meses, y cuando el criminal volteó la cabeza para ver si alguien lo seguía, di una vuelta  sobre mí misma lenta y toqué el dispositivo en mi oreja cubierto por mi cabello y lo apreté mientras volvía a caminar. 

—Todo perfecto, Lahiffe no me ha visto. 

—Bien —la voz de Nick resonó en mi oído—. Dime cuantos hombres hay a su alrededor, uno de esos podría ser el cazador. 

Discretamente, continué tras ellos y sentí como si las luces se frenasen a mi al rededor y la gente bailase a cámara lenta. Debía ser el efecto de aquella bebida que Paul me había recomendado tomar. Ahora lo entendía. Porque me sacía sentir como un animal silencioso acechando a sus presa. 

Observé a los hombres a su alrededor sin perder la pista de esa americana elegante de terciopelo rojo granate. Había otros dos hombres, más jóvenes, de unos veinte o diecinueve años cada uno, vestidos con trajes negros y rojos, pero que no se comportaban de la misma manera silgilosa, si no que acechaban más a su alrededor. 

—Hay dos hombres más —añadí observándolos—. Deben de ser los cazadores. 

Los cazadores eran los protectores de los altos cargos de su ciudad, o al menos eso era lo que Mia me había dicho horas antes. 

Hubo varios segundos de silencio pero continué con mi paso lento, hasta que Nick habló. 

—Imposible. Es demasiado sencillo cómo para ser verdad. 

Guardé silencio sin perder su pista. 

—Debe de ver alguien más. Es imposible que los cazadores sean ellos, pero lo querrán aparentar. Busca a alguien acechando entre las sombras, con actitud aparentemente normal, pero que no les quite el ojo de encima. 

Las tres caras de la Luna ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora