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—Tienes que comer algo, si no morirás de hambre—Escucho a la guardiacárcel decirme mientras deja el plato de comida en mi celda

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—Tienes que comer algo, si no morirás de hambre—Escucho a la guardiacárcel decirme mientras deja el plato de comida en mi celda.

—Estar aquí es lo mismo que estar muerto.

—Como quieras.

En estos momentos necesitaría tener a mi madre conmigo.

Como desearía tenerla a mi lado.

Tenia 8 años cuando la perdí, y 5 años cuando perdí a mi padre. Desde ese momento solo fui yo contra el mundo.

Mis abuelos ya estaban muertos, mi madre era hija única y mi padre tenia un hermano con el que viví hasta que decidí escaparme de él con solo 16 años de edad.

Los días parecen hacerse más largos, y solo han pasado 9 meses de los 5 años que me sentenciaron.

En este tiempo me la pase dentro de la celda sin tener contacto con ningún recluso, hasta el mismo guardia que dirige esta cárcel sabe de mi inocencia, pero no puede hacer nada al respecto ya que solo sigue ordenes de sus superiores.

Lo único que hace por mi, es dejarme estar en mi celda sin obligarme a salir como hacen con los demás, o traerme libros para poder distraer mi mente.

Pero a pesar de querer hacerlo, solo pienso en Jimin...

En el como estará, si ya habrá despertado, o si hará algo al respecto cuando no este mas internado.

Pero los días pasan y no sé noticias de él, lo que hace que entre en una profunda depresión y mis esperanzas de salir de aquí se desvanezcan, provocando un vacío dentro de mi.

Cierro mis ojos e imágenes horribles de mi pasado parecen volver, pareciera que cuando estoy en mis peores momentos suelen renacer.

No me gusta revivir en mis recuerdos esos años tan horribles donde mi vida y estabilidad emocional pendían de un hilo.

Ser utilizado como un objeto es lo peor que a alguien le puede ocurrir, recuerdo bien esas palabras...

"Ahora quiero el dinero, pero la próxima vez el joven estará bien"

El joven estará bien...

Mi tío además de ser un alcohólico también era un apostador y debía demasiado dinero, una noche unos hombres habían llegado a la casa para cobrar dinero que les debía.

Al no tener nada para darles ofreció mi cuerpo como un objeto sexual, sin pensar en el daño que eso causaría en mi, claro él solo quería salvar su cuello.

Pero los hombres solo querían el dinero, lo que fue un gran alivio para mí y les dieron unos días para juntarlo.

Si mi tío no lo hacia seguramente iban a llevarme como una paga, en esa casa yo no tenía ni voz ni voto y siempre me decía lo mismo.

Recuerdos del ayer [kookmin] +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora