Capítulo XXII

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𝐈𝐦𝐩𝐮𝐥𝐬𝐨

Silbaba bajo una canción que tenía pegada desde la mañana, y aunque le molestara, no podía evitarlo. Chitó la lengua molesta y sujetó más firmemente la libreta entre sus brazos.

Estuvo buena parte de la tarde dibujando y cuando decidió darse un descanso, no se dio cuenta que se quedó dormida. Despertó y todo estaba oscuro, no sabía si estos rumbos eran peligrosos, pero no quería arriesgarse y sin dudarlo se encaminó a su departamento. Seguramente su tutora estaría preocupada.

Ante ese último pensamiento dejó de caminar para sacar su celular y comprobar lo que temía; decenas de mensajes de ella preguntándole a qué hora llegaría y si estaba bien.

Hizo una mueca sintiéndose culpable y respondió rápidamente, afirmándole que en unos minutos llegaría. Guardó el aparato y prosiguió su andar. Pero unos ruidos extraños la hicieron mirar a su alrededor y bajar la velocidad pero sin dejar de caminar. Alzó una ceja y entrecerró sus ojos cuando estos se hicieron cada vez más claros; eran voces y... ¿forcejeos?

Cuando estuvo a unos metros del lugar donde provenía eso, no pudo distinguir de quiénes se trataban, solo veía siluetas, pero creyó reconocer la voz femenina... ¿Era la blader Tn Capeller? Abrió los ojos con sorpresa de sólo pensarlo. Sabía que vivía cerca de aquí, la había visto en el parque hace unos días cuando esta la pilló observándola, y escuchó su voz varías veces en los combates de Beyblade transmitidos por la televisión.

Se paró en seco y mordió su labio inferior sin estar segura de qué hacer exactamente. Giró su vista a ese lugar y después al frente, así un par de veces. Hasta que decidió armarse de valentía y cruzar la calle sigilosamente, agachándose un poco en el acto, y cuando estuvo del otro lado, se escondió detrás de un vehículo estacionado a solo cinco metros de ellos. Asomó ligeramente la cabeza y logró ver a la castaña acorralada por dos hombres, ¿qué estaría ocurriendo? Ambos comenzaron lanzarle lo que parecían amenazas y mencionar algo acerca de un enlace o algo por el estilo, procuraban no subir mucho la voz.

Su respiración se volvió pesada por miedo a ser descubierta, al menos en estos momentos que no sabía qué hacer exactamente. Siguió atenta al intercambio de palabras y por el rabillo del ojo vio una rama de considerable tamaño reposar sobre el suelo. Lo meditó un poco, y con cuidado dejó su libreta en el suelo para poder tomar el gran objeto. Cuando lo tuvo entre sus manos, respiró profundamente y dio un paso para comenzar a acercarse y tomarlos por sorpresa, tenía la esperanza que al menos con eso podría distraerlos para que ambas salieran corriendo con algo de ventaja, lo que no estaba a su favor era que eran dos sujetos y no solo uno, ¿debería arriesgarse?

Antes de que pudiera dar otro paso, se sobresaltó cuando sintió de la nada una mano tomar su brazo. Logró contener su grito gracias a que apretaba sus labios, pero giró rápidamente con intención de defenderse. Lo que pensó al instante fue que en realidad eran tres hombres y uno la había descubierto, pero entreabrió su boca con sorpresa cuando reconoció a Free De la Hoya, este la sujetaba de un brazo y negó seriamente con la cabeza, indicándole que no lo hiciera. Ella solo pudo asentir levemente.

—... No sólo Fafnir, sino... quién sabe... tal vez el brazo mordido de... —Free amplió ligeramente sus ojos ante aquellas palabras, ya suponía fácilmente de qué se trataba todo esto. Vio cómo la chica se abalanzaba y golpeaba al hombre que no había terminado su oración. Soltó a la desconocida y no tardó en acercarse rápidamente a la escena para detener a tiempo el brazo del hombre que iba con destino a Tn.

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