12/05/2016
El despertador sonó, esa tormentosa melodía que te avisaba que era hora de levantarse retumbó en mis oídos, me levanté y fui en dirección al baño, la resaca del día anterior se había esfumado.
Con mucha pereza comencé a alistarme, hoy sería un largo día.
Terminé de preparar unas crepas con Nutella y plátano para desayunar, las chicas ya estaban en la mesa terminando de servir el té.
—¿De verdad tenemos que ir? Un día que faltemos no pasa nada — Gina se había quedado hasta tarde terminando un nuevo programa de edición que su profesor le pidió.
—Gina por favor, no empieces, si no te hubieras puesto a hacerle drama de nuevo por mensaje a Jasón no te hubieras desvelado, pero claro la señorita no podía dejar las cosas por la paz —regañó Ale.
—Él empezó — se quejó.
—Chicas apúrense, no tardan en venir por nosotras, así que por favor — me levanté y enjuagué los trastes que usé, fui a cepillarme los dientes y regresé a la sala, las chicas no estaban, supongo que fueron a terminar de arreglarse.
—Señoritas, el auto las espera — abrí la puerta y divisé a Guido, el chofer. — Aún no están listas — el chico ya se había acostumbrado a nuestra peculiar impuntualidad.
—Ya sabes, nosotras siempre tarde.
—Hola Guido — Ale asomó en la sala.
—¿Y la señorita Gina?
—Aquí, perdón por la tardanza, vamos — Gina terminaba de colocarse un zapato.
Llegamos al instituto y todo estaba normal, Fran había prometido contarnos todo en el almuerzo.
No me había encontrado con Evan en todo el día y lo agradecía, por desgracia, sabía que a última hora tendría que verlo por un dichoso ejercicio que la profesora nos había marcado.
Llegó el descanso y con ello la gran historia de Fran, realmente quería dejar de lado el tema de Evan por un momento y esta sería una gran forma de desviar mi atención de Evan por un momento.
—Hola chicas — saludó Fran.
—Vaya, hasta que te apareces, una noche con él y nos abandonas todo un fin de semana —reclamó Gina.
—¿Van a querer que les cuente el chisme o no? — se sentó Fran junto a mí, como siempre.
—Ya, está bien, suelta la sopa. — Ale estaba impaciente, al igual que nosotras.
—Todas sabemos que pasó la noche de bar, así que no tiene caso que entre en detalles de eso — comenzó.
—Si Fran, todas estamos conscientes de que follaste esa noche, así que a lo importante por favor — Gina le dio un gran mordisco a su hamburguesa.
—Al día siguiente, me preguntó si quería ir a la casa de playa de sus padres, por un segundo creí que me iba a presentar con ellos y juro que casi salgo corriendo — Fran hacía unos gestos graciosos— pero luego aclaró que ellos no estaban ahí, así que acepté y le mandé un mensaje a Stella — todas me voltearon a ver.
—Perdón, no revisé mi celular hasta en la noche — le quité importancia.
—Bueno, como les decía, pasamos un increíble fin de semana, el condenado cocina muy rico, igual que Ella — prosiguió.
—Yo cocino mejor — refunfuñé. A hora resulta que su nueva conquista cocina tan bien como yo.
—¿Me dejas terminar? Gracias — me regañó Fran. — ¿En qué estaba? A sí, ayer me llevó el desayuno a la cama, a la hora del almuerzo hicimos un picnic en la playa, estuvimos un buen rato platicando y conociéndonos, ahí me enteré que estudia gastronomía, a eso de las 6:00 me dijo que me arreglara, yo pensaba ¿Cómo rayos quiere que me arregle si no traje nada para eso y a duras penas me había dejado pasar a comprar un bañador? — Fran tenía una cara de enamorada que hace mucho no tenía — Cuando llegué a la recamara en la que nos habíamos quedado vi un lindo vestido azul agua sobre ella y me emocioné muchísimo, me arreglé lo mejor que pude, ya que estaba por terminar, él llegó con una rosa en su mano — su cara no tenía precio, Griffin se había lucido hasta ahora. — Salimos hasta un pequeño balcón de la casa, estaba adornado con unas cuantas velas y pétalos de rosa, romántico, pero no exagerado — aclaró mirando mi rostro que destilaba sorpresa — el punto aquí es que pasamos un rato abrazados mirando al mar y segundos después me susurró al oído si quería ser su novia — Fran estaba hecha un tomate al decir esto último y tapó su rostro con sus manos.