15/06/2016
—Amor, te extrañé — y yo a ti cariño, no sabes cuánto.
Hace un par de minutos que el avión aterrizó, Evan había venido por nosotros en compañía de Griffin, este último pidió permiso para pasar el resto del día con Fran.
—También te extrañé mi Romeo — me acerque a él para depositar un casto beso en sus labios.
—Yo más, mi Julieta — me encantaban los apodos melosos que llegábamos a ponernos, nunca sabia como me llamaría y eso me sacaba una sonrisa cada que lo escuchaba llamarme de una forma diferente.
—No coman enfrente de los pobres — se quejó Jasón.
—Tú estabas peor que ellos con la enana esa — Gina no sigas o se aran notorios tus celos.
—Gracias, no tenías que recordármelo — y aquí vamos de nuevo, ya se habían tardado, un fin de semana sin discutir era mucho para ellos.
—De nada — el tono burlón de Gina era único.
—Suficiente, hora de ir a casa. Gina, tu iras con Ella y Evan, Jason, tú con nosotros — tu muy bien Ale, aún es muy temprano para el drama.
—Sí señora — el tono militar en la voz de todos, formo una sonrisa en el rostro de la chica.
—Andando — siguió Ale con el juego y todos nos comenzamos a reír.
Después de una hora aproximadamente, llegamos al departamento.
—¿Que tanto traes aquí, piedras? — se quejó Griffin con las maletas de Fran en las manos.
—Zapatos — se encogió de hombros Fran.
—No te quejes, las de Ella pesan el doble — Evan apenas y podía con las mías.
—Niñas — Fran y yo tomamos las maletas y sin mucho esfuerzo las cargamos en dirección a los cuartos, ya era costumbre para nosotras, pues por desgracia los zapatos eran una de nuestras debilidades, obviamente no del mismo tipo.
—¿Cómo pueden hacer eso? — Jasón se nos quedó mirando impresionado por el poco esfuerzo que hicimos.
—Eso no es nada, en las vacaciones del año pasado se nos ocurrió ir a la semana de la moda en Nueva York — o Gina, y este año iremos a Paris, así que prepárate.
—Aún lo recuerdo, ya no cabían más bolsas en sus manos y aun así encontraron la forma de poderlo cargar todo, luego unos chicos se ofrecieron a ayudarnos a llevar las cosas al auto —Ale, no fue para tanto.
—Les recuerdo que no solo nosotras estábamos comprando — se defendió Fran.
—Pero ustedes compraron más — prosiguió Gina.
—Claro que no, Abel fue el que más compró de todas nosotras, y recordándolo bien, los chicos cargaron sus cosas, no la de nosotras — Abel los ocupo a todos alegando que las bolsas eran de nosotras.
—Uy no, si metemos las cosas de Abel las nuestras juntas son nada comparadas con las de él — Ale tenía toda la razón.
—Hablando de Abel, ¿ya ha hablado con alguna de ustedes? — preguntó Fran.
—Lo último que hablé con él fue que su seminario ya iba a terminar y que nos tenía una sorpresa —Gina se encogió de hombros.
—Bueno, esperemos que pronto regrese — no solo tu Fran.
—Chicas si recuerdan que seguimos aquí, ¿verdad? — Jasón interrumpió nuestra pequeña plática ajena a ellos.
—Si Jasón, sabemos que sigues aquí — Gina volteó los ojos.