14/06/2016
Sábado.
—Tranquilo, ella no sabe la gran persona que perdió — Gina estaba furiosa.
—Es que la quiero, ella me dijo que me quería pero era yo o su herencia y... — Jasón estaba peor de lo que habíamos creído.
—Ya te dije que no lo vale, por favor, cálmate — consoló Gina.
Hace un par de horas habíamos regresado de la prueba de mi vestido y los arreglos resultaron a la perfección. Durante el viaje de regreso a casa Jasón nos había confesado la verdadera razón de su viaje con nosotras, estaba realmente mal.
—No creí que resultara una arpía — seguí manejando. La chica no me agradaba y ahora entiendo porque.
—Ya por favor, me deprimes — Fran siempre tan directa.
—Amigo, si te cambió por dinero, eso quiere decir que no te quiere — suspiró Ale. Desgraciadamente ella tenía razón.
—Es que dime, ¿quién es capaz de cambiar a la persona que quiere por lo que los demás puedan decir, o mucho peor, cambiarla por dinero? — Gina realmente quería matar a la chica.
—Es que no puedo odiarla, esa chica es muy linda, tierna, la quiero mucho y me jode no poder odiarla por esto — Jasón se aferró al abrazo de Gina. Así se quedó así el resto del camino a casa de mi abuelo.
Al llegar a casa, fuimos a la cocina a pedirle a Bi que nos llevara la comida al jardín ya que queríamos meternos a la alberca.
—Ella...— Bi se acercó con cautela.
—Si Bi, ¿qué sucede? — tomé un poco de mi jugo.
—El joven Javad acaba de llegar — mierda, no, se me olvidó por completo que él seguía aquí.
—Gracias Bi — asintió algo preocupada y se retiro.
—Stella, ¿qué piensas hacer cuando veas a Javad? — no tengo idea Fran.
—No lo sé — suspiré con frustración.
Sabía que no sentía nada por él, pero aun así sentía que solo estar en el mismo lugar que Javad, estaba mal.
Terminé mi comida, al igual que los demás, nuevamente nos encontrábamos jugando dentro de la alberca.
—¡Gerónimo! — Jasón se tiró un clavado.
— ¡Jasón! Casi me ahogas — el chico había caído a centímetros de mí.
—Perdón — se acercó y me abrazó.
— ¿Stella? — Mierda.
—Javad — su nombre salió de mis labios de la forma más fría que alguien pudiera imaginar.
—¿Qué se te ofrece? — Oh no, Gina ya venía con ganas de matar a alguien y creo que acaba de encontrar con quien desquitarse.
—Ella, ¿podemos hablar? — Javad veía a Jasón con ganas de matarlo ya que aún me tenía abrazada.
—¿Qué? — inquirí para que continuara hablando.
—A solas... por favor — giré los ojos.
Salí de la alberca y me paré frente a él, mientras más rápido hablara, más rápido podría regresar con las chicas.
—¿Y bien? — me crucé de brazos.
—Perdón, Ella lo lamento, yo no quise... Perdón — genial, otra vez con su escena.