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Solo tenía siete cosas que decir. Siete cositas bien chiquititas, más bien palabras...
Odiaba con toda mi vida los ascensores.
«No pasara nada» Decía Jaeden. «No nos encontraremos en él» Decía otra vez.
¡Puras patrañas! Estábamos los dos encerrados en el ascensor desde hace veinte minutos. Y todo porqué al señorito le daba flojera tomar las escaleras. ¡Y yo que le dije mil veces que el ascensor estaba haciendo ruidos raros desde la última vez que subí! Pero claro, no me hizo caso.
— Tengo calor. –Hablando del rey de Roma. Jaeden paseaba por todo el ascensor dándose aire con su mano, mientras su mano estaba en su cintura. Yo lo veía desde el piso, sentada con la bolsa de las compras en mi regazo.
— No lo tendrías si hubiéramos tomado las escaleras. –Le dije en reproche.
— Y tengo hambre, quiero comer Sopa de Tofu.
— No la tendrías si hubiéramos tomado las escaleras.
— Y quiero ponerme mis pantuflas de conejo.
— Lo hubieras hecho si...
— ¡... Si hubiera tomado la escaleras! Ya sé, ya sé. –Se dejó caer conmigo en el suelo, quitándose la gorra negra de su cabeza liberando su cabello rubio tintado.
Al oír la palabra "Hambre" de su vocabulario, no tarde en buscar unas papas que iba a comerme más tarde viendo Netflix. Suspiré con lastima al saber que no será así. Saqué las ansiadas papas y se las tendí. Jaeden las observó con confusión, y después a mí.
— ¿Cuando compraste esas papas? –Preguntó al momento que las tomaba.
— Cuando te fuiste al pasillo de mascotas a comprarle premios a Bummer. –Respindí cerrando mis ojos.– Disfruta, porque de seguro estaremos un largo rato acá dentro.
— Gracias, nena.
Oí el empaque abriéndose, a la vez que el masticar de Jaeden con las papas llegaba a mis oídos. Respiré profundamente antes de relajarme por completo, debería a tomar una sienta ya que el botón de emergencia del elevador no servía, por lo tanto no sabía cuándo tiempo estaríamos encerrados.
Después de unos minutos, sentí como la cabeza de Jaeden se iba poco a poco acomodando en mi regazo, acariciando mis rodillas cubiertas por mis leggins negros, dándome un cosquilleo leve. Abri los ojos para apreciar la cabellera de mi novio en mis piernas, lleve mi mano hasta su cuero cabelludo y lo masajee un rato para volver a cerrar mis ojos. En esas ocasiones que Jaeden me usaba como almohada, eran los mejores ya que se veía como un niño pequeño.
Hasta que de pronto escuché la voz de Jaeden hablar, pero no conmigo, sino como si saludara a personas...
Ya va, ¿No será que...?
— ... Nos quedamos encerrados y la verdad que no sé qué hacer ahora. Las piernas de Mónica son muy cómodas. –Ladee mi cabeza para ver a Jaeden con su teléfono en un Live de Instagram.
¿El muchacho estaba haciendo un Live en medio de un encierro? ¡Que clase de broma es está!
— Estamos en pleno encierro y a ti se te ocurre iniciar un Live. –Interrumpí su plática con sus seguidores.
— Oh, cariño saluda a todos. ¡Hola! –Movió su teléfono para dejarme ver en la cámara. Sonreí leve, ni estaba en buen ánimo.
Cerré mis ojos de nuevo al ver que solo platicaria con ellos un rato, no quería molestar. Hasta que de pronto sentí un apretón en mi mano, la que estaba en la cabellera de Jaeden Lara ser exacta. Abrí mis ojos de nuevo ante su llamado.
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(editando) | ONE SHOTS ; Jaeden Martell ✓
SonstigesJ.M. | Pequeñas historias sobre nuestro querido Jaeden Martell. ━━━━━━━━━━━━━━━ • No se aceptan copias o adaptaciones. • Por favor, no me robes el material o tendré que tomar medidas. • Gracias por escoger mi Fanfic.