ᴅᴇ ᴍɪ, ᴘᴀʀᴀ ᴛɪ. ᴘᴛ ⁴

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20 de noviembre del 2020.

Para: Jaeden Wesley Martell.
De: Sir Gabriel Teodoro Mulosk.

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Apesar de no conocerlo personalmente, joven Martell, por las cosas que me ha contado mi sobrina sobre usted son maravillosas. Mónica siempre me decía que usted la había hecho sentir una mujer completa y que, como no, era el amor de su vida. Estoy agradecido por eso, ya que con la muerte de mi hermano y su esposa, Mónica se quedó completamente sola y devastada, ya ni sonreía a menudo y no podía escuchara nada más que su silencio.

La guerra terminó por fin, pero lamentablemente ellos lograron llevarse aquello que a usted y a mí nos importaba.

A Mónica.

Lamentablemente un disparo en el pecho la mato lentamente mientras ayudaba a un par de hombres a defenderse. Mónica murió apretando una foto fuertemente contra su pecho lastimado, en esa foto, estaban usted y ella abrazados sonriendo a la cámara.

Ella me pidió antes de morir que, sin importar que, le hiciera llegar esas cortas palabras:

"Dile que lamento no haberle dado una familia. Dile que sea feliz y que nunca me olvido. Dile que lo amo"

Después de eso, Mónica murió en mis brazos, exactamente a las doce y treinta de la madrugada. Pero gracias a ella, un grupo de hombres lograron salvar sus vidas y asesinar a los responsables de la muerte de mi difunta sobrina, por lo tanto, su muerte no fue en todo en vano.

Realmente lamento la perdida de mi sobrina. Apesar de no haber sido muy cariñoso con ella, era mi única familia, y también se me fue arrebatada.

No puedo comparar mi perdida con la suya, ya que usted en cambio, la amó y respetó por mucho tiempo, incluso la hizo sonreír de nuevo cuando ti creí que jamás volvería a hacerlo. Así que gracias por eso.

Sin más que agregar, me despido.

Y una vez más, lamento mucho la perdida de Mónica.


Jaeden arrugó la hoja de papel tan fuerte que sus nudillos se volvieron blancos, la mantuvo ahí y dejó que aquellas gruesas lágrimas resbalaran por sus mejillas hasta caer al suelo.

Miró el anillo que su difunta novia le había dado, se lo quito y vio en el interior con tristeza y dolor.

"Siempre juntos. Te amo"

Siempre juntos. Ella no cumplió su promesa.

Y ahí quedó Jaeden, viendo como las gotas de lluvia caían fuertemente en el piso de la acera. Miró hacia arriba en la ventana, el cielo se veía igual de triste que él. Cerró sus ojos y solo pensó en aquella chica morra de cabello rizado que lo hacía reír con cualquier estupidez.

Yo también te amo, Mónica. Pensó tristemente el rubio teñido sin abrir sus ojos.

No llores. Estoy aquí. Una voz femenina resonó en su cabecita.

Jaeden no abrió sus ojos apesar de haber escuchado la voz de Mónica, porque él ya sabía perfectamente, que solo había sido producto de su imaginación.

Se había quedado solo. Completamente solo.

(4/4)

Recuerden darle estrellita, comentar y seguirme.
Los amo. ♥️

(editando) | ONE SHOTS ; Jaeden Martell ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora