Los personajes pertenecen a nuestra amada escritora JK Rowling, la trama es de mi propiedad.
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Ha pasado una semana y Hermione y Draco no se han visto como solían hacerlo, ni hablado. Absolutamente nada. Esa misma no tuvo rondas juntos entre ambas casas, en las clases solo se veían desde lejos.
Hermione ya tuvo otro recuerdo del rubio y lo odia, eso es seguro, pero las actitudes de él la tienen confundida. No le gustaba ese juguito pero mientras más lo pensaba, su corazón latía cada vez más.
Ese viernes era el partido de Gryffindor y Slytherin. Ron era uno de sus amigos y jugaba como guardián ya que le gano el puesto a MacLaggen, otro compañero de su casa. Esa sería la oportunidad para ver de nuevo al rubio, debía agradecerle por lo que hizo anteriormente en el bosque.
No encontraba la forma de agradecerle. No es que fuera tímida ni nada por el estilo pero su espíritu del leona no se lo permitiría, él fue muy grosero con ella todos estos años. Eso le dolía profundamente pero sus principios le decían que debía ser agradecida. Lo que se preguntaba es ¿Cómo lo haría?
El partido comenzaba en 15 minutos, los leones y leonas ya estaba en sus gradas esperando a que saliera el equipo de Gryffindor. La castaña estaba junto a Neville y Luna apoyando a sus amigos ya que jugaban con sus dichosos enemigos, si contra la casa de las serpientes.
En las gradas contrarias, las serpientes esperaban ansiosos al equipo de Slytherin.
-Que empiece el juego.- anunció la voz del relator.
El juego empezó de la mano de una leona que se dirigía para los aros de Slytherin. Cuando una de las serpientes golpea contra la chica, ella pierde su estabilidad y cae de su escoba. Un murmuro de rabia se escuchó por parte de las gradas de Gryffindor, mientras tanto, las serpientes gritaban y cantaban una canción dirigida especialmente al guardián de Gryffindor: Ronald Weasley.
El juego transcurrió con anotaciones de los leones y otras por parte de las serpientes. Harry seguía siendo el buscador, él detecto la snitch dorada rápidamente. La siguió y siguió hasta que un intento de levantarse de su escoba, logró atraparla logrando así el triunfo por parte de la casa de Gryffindor.
Las serpientes bufaban por el resultado obtenido.
En la sala común de Gryffindor, se escuchaban ánimos y festejos por el debut de Ron en el campo de Quiddicht y por el partido ganado. Lavender Brown, una joven de 16 años, estuvo alentando a Ron desde que supo que estaría en el equipo. Ella estaba enamorada de él. Se acercó, lo vio a los ojos y lo besó. Un grito por parte de los leones se escuchaba inundando toda la sala.
Harry y Hermione veían a su amigo feliz por el triunfo del partido. Ella aunque no lo recordara a Ron, sentía que lo quería con unos sentimientos más allá de una amistad. Ella vio la escena y se le reprimio el corazón. No sabía muy bien porque pero unas ganas enormes de llorar y salir corriendo rápidamente de la sala, le inundó.
Harry se percató de la situación de la castaña pero no quiso intervenir, creyó que necesitaba estar sola.
En uno de los pasillos, una castaña se encontraba sentada en un escalón y sollozaba muy dolida. No quería pensar en lo que había visto, no sabía porque se sentía así pero ella estaba lastimada por la actitud de Ron con Lavender.
Theodore Nott, un poco desconcertado por el resultado del partido, salió de su sala común. No soportaba escuchar quejas de sus compañeros de casa.
Se dirigía a la biblioteca porque debía adelantar algunos trabajos para las materias que le gustaba y estudiar gustoso por ello. Antes de ir a la biblioteca, quería ir a las cocinas a comer algo ya que tenía hambre.
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Si me amas, ¡dímelo!
RomanceAl volver a su sexto año escolar, Hermione tiene un fuerte dolor de cabeza que provoca que se desmaye y pierda la memoria. No sabe que es una bruja y tampoco sabe como fue a parar a Hogwarts. Draco, por un impulso indescriptible, "intento" ayudarla...