Si me amas, ¡dímelo!

Capítulo 13: Aunque no confíes en mi, déjame ayudarte

Los personajes pertenecen a nuestra amada escritora JK Rowling, la trama es de mi propiedad.

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Era ahora o nunca, debía agradecerle.

—¡Hey escúchame! Gracias—
dijo viendo como los ojos miel de ella se desprendía una lágrima.
Lo vio sorprendida ante el agradecimiento del rubio.

No podía creer que escuchará esas palabras de Draco Malfoy. Él le abrazó suavemente apoyando su cabeza sobre sus hombros, sus corazones latían rápido en ambos.

Su abrazo le culminaba una templada calidez, el chico soltó una lagrima y deshizo el abrazo muy despacio. La miro a los ojos, ella estaba confundida por esa reacción, la tomó lentamente de las mejillas y posó un tierno beso en sus finos labios.

Miles de sensaciones se produjeron en ellos.

Ella se sentía como si su cuerpo no estuviera, su alma y corazón no rechazaban el beso. Él estaba calmo pero un cosquilleo lo envolvía en sus pensamientos. Estaba besando nuevamente a Hermione Granger, a la persona que odiaba por tener sangre sucia y ser hija de muggles, trato de alejar esos pensamientos y quiso profundizar el beso.

Ella sintió la lengua del rubio, estaba desesperada por ese beso y con suma lentitud cedió. Ambas lenguas se encontraron y sintieron todo su deseo en ese mismo instante. Ambos se besaban, solo el tiempo giraba en torno a ellos.

A lo lejos de aquel pasillo, una mirada de unos ojos verdes veía la escena con sigilo y sorpresa.

Cortaron el beso por falta de respiración, ella lo vio a los ojos y él mostraba tranquilidad. Una lagrima bajo por la mejilla.

—Mal..Malfoy— tartamudeaba. —
¿Por qué haces esto?— logró articular confundida.

No produjo palabra alguna, vio como la castaña se sentía perdida en sus pensamientos y se alejó dejándola sola en ese pasillo.

Hermione se tocó sus labios, aún sentía la fricción de aquel beso. Todavía confundida camino hasta su sala común para acostarse, su cabeza le dolía. Ella presentía que recordaría pero no, ese beso la dejo así.

Mientras en la sala común de Gryffindor…

Harry se encontraba frente a la chimenea tratando de leer un libro y descifrar que era eso del "Príncipe Mestizo". Ginny se acercó a él y le ofrecio un poco de jugo de calabaza.

—Todavía sigues con ese libro—dijo Ginny tratando de quitárselo.

—¡No Ginny, no!— dijo Harry zafándose del mismo.

Hermione dijo la contraseña y pasó por el cuadro de la Dama Gorda, vio a Harry y Ginny hablando así que decidió no acercase a ellos. Caminaba sumamente con su cabeza perdida. Si que ese beso la puso  asi hasta que la voz de Harry la trajo de nuevo con los pies a la tierra.

—Hermione.

—¿Que pasa Harry?— curiosa le preguntó.

—Debo preguntarte algo pero no ahora. Tiene que ser en privado, luego te avisare— aviso el pelinegro 

—¡Está bien Harry! Iré a dormir, mi cabeza esta que me explota— dijo cansada.

—¡Buenas Noches Hermy!—dijeron al unísono ambos chicos.

Harry y Ginny siguieron en la sala común, ya era tarde así que no tardarían en irse a sus respectivos dormitorios.

Hermione se puso su pijama para dormir y se recostó en su cama. Por Merlín que día había tenido. Primero vio a Ron y Lavender besándose, luego Draco le agradecía y le dio un beso, uno que nunca olvidaría, quien diría que aquel chico le robaría un beso nuevamente. Si asi se sintió con el primero ahora con el segundo estaba aún más confundida y no entendía al rubio completamente.