Capítulo 33: Un secreto expuesto entre confusiones

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Los personajes pertenecen a nuestra amada escritora JK Rowling, la trama es de mi propiedad.

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Terminó el beso para darle un abrazo y contemplar los latidos de su corazón, ellos la calmaban.

La noche llegó de prisa a Hogwarts, los alumnos se encontraban cenando animadamente. El trio dorado charlaba mientras un rubio ansioso miraba a su castaña desde la mesa de las serpientes.

—Draco ¿a quién miras?— Blaise se posó frente a él. —Creo que no debo preguntar porque ya me imagino a quien.
Su amigo no le respondió, como podría la belleza de la joven tenerlo asi.

Ambos aceptaron sus sentimientos y se entregaron en la sala de Menesteres, dos cuerpos unidos por un sentimiento verdadero.

Quien lo creería que Draco Malfoy y Hermione Granger se lograrán entender y se amaran a pesar de todo. Pero no todo será de color de rosa para ellos, dos pelinegros ocultan un secreto que mas de uno saldrá lastimado.

—No te importa.

—Eres un tonto enamorado— agregó Theo que también lanzaba una que otra mirada a cierta rubia de Ravenclaw.

Pansy no parecía de humor, sus amigos no sabían que ocultaba un secreto. Solo ella, sus compañeras de casa, los profesores y Harry lo sabían pero porque no le habían comentado nada a Hermione, no querían lastimarla ni mucho menos.

Decidida se levantó de la mesa y se dirigió a su sala común, su dolor de cabeza pudo más, necesitaba descansar.

Los alumnos iban abandonando el Gran Comedor una vez terminada la cena.

La ronda de prefectos comenzaba, un pelirrojo caminaba nervioso a unos pocos metros de la castaña.

—¿Pensaste lo que te dije Hermy?
— se mantenía perseverante Ron.

—Ron…—solo pudo decir la castaña siendo interrumpida por unos alumnos besándose cerca de las cocinas.

—Alumnos no deberían estar aquí. Puedo restarle puntos por estar fuera de su habitación a esta hora.
Asustados, los alumnos salieron corriendo por el pasillo haciéndole caso omiso a Hermione.

Ron bufo y siguió a la castaña.

Hermione iba sumida en sus pensamientos, pensando en aquel encuentro con el rubio. ¿Por qué estaba en la sala de Menesteres? Estaba un tanto nervioso cuando se dio cuenta de mi presencia. Sabía que el padre de Draco es mortifago y algunas de sus acciones puedan afectarlo a él. ¿Qué pasaría si su padre se entera que se ha enamorado de una sangre sucia? Si, deshonraría a su familia y lo tacharían de traidor. Su mente era un caos cuando fue interrumpida por la prefecta de Hufflepuff.

—Hermione ¿estás bien?— preguntó la joven. Ron la miraba extrañado.

—Estuvo toda la ronda así.

—Solo estoy cansada. Eso es todo.

La castaña junto al pelirrojo saludaron a la prefecta de Hufflepuff para luego irse a su torre.

Estaban a unas semanas de terminar el año escolar y la mañana del día sábado se hizo presente.

Luna salía de su sala común junto a otras jóvenes de Ravenclaw, sonriente y soñadora como siempre dirigiéndose al Gran Comedor, el desayuno los esperaba.

Ese día había entrenamiento de Quiddicht, faltaba una semana para el partido final. La revancha de un clásico: Gryffindor vs Slytherin.

Theo se encontraba en los jardines, desayuno temprano. Un libro de Cuidado de Criaturas Mágicas estaba en su regazo, hoy era el dia del paseo por los jardines junto a la joven de ojos azules.

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