Si me amas, ¡dímelo!

Capítulo 35: Mirada de amor

Los personajes pertenecen a nuestra amada escritora JK Rowling, la trama es de mi propiedad.

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Los minutos corrían, pero en ese momento pasaban lentamente, cuatro personas se miraban incómodos.

—¿Qué haces aquí? — preguntó Harry acercándose a Hermione.

Ella no respondió la pregunta de su amigo y se acercó hasta Pansy.

—Solo quiero saber ¿por qué hiciste esto? Yo nunca te hice nada en el pasado, sé que eres una serpiente y que nuestras casas siempre han existido la rivalidad, pero sigo sin creer que la maldad pueda llegar tan lejos y tu acción sobrepasó todos los límites.

La castaña se quebró ante lo dicho. El rubio noto como las lágrimas empezaron a rodar por sus mejillas.

Pansy se limitó a decir que lo sentía desde lo más profundo de su corazón, pero no surtió el mismo efecto en Herms.

—Nos conocemos desde niños, hemos pasado muchas vivencias en el mundo de la magia. Si bien, como Slytherin que somos y "odiamos" a quienes pertenezcan a Gryffindor, lo que hiciste no tiene nombre.

Harry intervino ante las palabras de Draco.

—No fue con intención, por favor escuchen lo que tiene que decir. Hermione ella no quiso jugarte una broma y ni mucho menos solo es que...

La pelinegra interrumpió las palabras de Harry y comenzó a hablar de cómo pasaron los hechos, sus lágrimas brotaron inmediatamente.

—Granger, déjame darte una explicación lógica de todo esto.

—¿Qué tienes que decir? — un furioso Malfoy dijo escupiendo hacia su amiga.

—Está bien empezaré.

Tomo aire para poder comenzar, es una situación complicada. Debe aclarar todo este asunto.

—En el verano, mi madre estaba experimentando y creando unas pociones nuevas. Por si no lo sabias Granger, ella es una muy buena pocionista y en sus tiempos libres se dedica a eso. La cuestión es que un día, ella me pidió que la ayudará ya que ella me alago por mi "Supera las expectativas" en Pociones y entonces accedí. Estaba buscando algunos ingredientes para agregar a la nueva poción mientras yo me encargaba de revolver hasta que ella me pidió que agregará "Raíces de Valeriana". En eso, apareció el elfo domestico de mi mansión avisándome que Draco había llegado con su madre a visitarnos y del apuro vertí un líquido medio anaranjado, parecido al jugo de calabaza. Cuando vi el efecto que se produjo al dispersarse, un humo naranja cubrió la mazmorra. Admito que me asuste y mi madre llegó rápidamente hacia mí para regañarme por realizar la poción incorrectamente. Enojada me dijo que saliera de la mazmorra y que fuera a recibir a Draco y a su madre como una persona civilizada, como una dama de sociedad. La cuestión es que...

—¿Qué paso después?

Dijo curiosa, pero a la vez confundida. Draco estaba igual de confundido que la castaña.

Recordó la cena y charla que tuvo con Pansy aquel día.

Con voz algo angustiada narraba cada palabra, pero sabía que debía contarle y disculparse por su error.

—Luego de que salí de la mazmorra, me fui a mi habitación para arreglarme para Draco. Se quedaron a cenar y luego en la sobre mesa, Draco salió hacia el jardín de mi mansión un poco triste por lo que había ocurrido con su padre. Así que me puse a charlar con él. Lo importante de aquí fue...

—Recuerdo todo eso.

Draco intervino y Pansy empezó a impacientarse, estaba soltando todo lo que le hacía daño.