Capítulo 30: Casi expulsión

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Los personajes pertenecen a nuestra amada escritora JK Rowling, la trama es de mi propiedad.

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Varios días pasaron después de la charla con el profesor Dumbledore. Este tema preocupaba a la pelinegra. Iba de un lado a otro por la sala común, sus amigas lo notaron y se acercaron a preguntar.

—Pansy ¿Qué ocurre?
Astoria le preguntó mientras se sentaba en un sillon.

—Estoy preocupada.

—¿De que estás preocupada?

—Le dije a Dumbledore sobre mi situación.

—¿Sobre qué?— Daphne se sumó a la charla.

—Es tan difícil explicar. Le dije sobre la poción y sobre la pérdida de memoria de Granger. Estos días he estado atormentada por la culpa. Tengo miedo— su voz se quebró.

Ambas hermanas se quedaron en silencio para luego mirar algunas llamas de la chimenea de la sala común de Slytherin.

—Es un tema complicado Pansy, ¿qué te respondió Dumbledore?

—No debes de tener culpa Pansy, ya nos has contado lo que paso y no fue con intención. Sé que la odias pero no a tal extremo como para que por más que hayas traído una poción mal hecha se la dieras— Astoria serenamente tratando de calmar a su amiga, le consolo.

—Lo sé, lo sé. Pero no sé que será de mi. Dumbledore me dijo que el ministerio de Magia no debía enterarse de esto, ellos actuarán y dictará una devolución por mis actos.

El día lunes llegó y los estudiantes de las 4 casas ya se levantaban de sus camas para prepararse con su uniforme, desayunar e ir a la primera clase del día.

Hermione apresurada por ir al gran comedor se topó con Theodore Nott.

—¡Oh! Disculpa no te había visto ¿estás bien?

—Oh, no te preocupes, estoy bien. Iba camino a la biblioteca.

—Perdón pero voy apurada Theo— le dijo mientras caminaba apurada en su camino. El joven castaño le hizo un gesto de saludo y se fue a la biblioteca.

Theodore Nott, el chico de los ojos azules. Uno de los mejores amigos de Draco Malfoy y perteneciente a la casa de Slytherin estuvo atraído por la castaña en algún momento.  Estaba celoso de su amigo ya que él también le había cautivado la belleza de Hermione Granger. Sufrió y mucho cuando los vio besándose en aquel pasillo cercano a la Torre de Astronomía. Pero que más daba, solo él se sumergió en su laguna de emociones y sentimientos por ella.    

Solo el recuerdo de sus pequeñas charlas y encuentros en forma espontánea lo dejaría tranquilamente. Ahora su conquista era otra, una pequeña y soñadora Ravenclaw: Luna Lovegood.

Si ella lo había cautivado con su dulzura y bella sonrisa.

Luna había desayunado temprano y se dirigía a su destino: la biblioteca. A ella le interesaba la magizoologia. Los animales fantásticos era su fuerte y por el podía sentirse a gusto mientras estaba en Hogwarts. Sabemos que ella ha sufrido burlas de sus compañeros diciéndole "Lunática" y demás cosas pero era algo sin importancia, tal vez le dolía cada palabra y el viento se encargaría de llevárselas.

Entraba animadamente a la biblioteca, mezclándose con otros alumnos de las diferentes casas cuando lo vio. Si a Theodore Nott. Luna nunca había sentido amor por nadie, solo a sus amigos y a su padre que son su soporte de todos los días, les amaba incondicionalmente.
Ese año ese sentimiento cambio, aquel chico de ojos azules le había cautivado mucho antes de darle aquel beso en la mejilla ese día en otro pasillo de la biblioteca. 

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