Familia del alma.

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Hay veces en que tu cuerpo nace en un lugar y tu alma en otro. Quizás en otra vida fuimos madre e hijo.

Romina es sin duda alguna, una de las mujeres más fuertes y valientes que he conocido y que han inspirado mi vida.

La conocí en unas vacaciones familiares el año pasado. Por suerte o por destino nuestras familias coincidieron en tiempo y espacio.

Una familia llena de energía y amor por la vida, llena de luz. Cuando los conocí me sentí en paz.

De día, los amigos que no sabía que quería pero que siempre necesité. De noche, un carnaval lleno de bailes y caraoque, hasta que hakuna matata sonaba. Esa era nuestra despedida.

Sus hijas son maravillosas, inteligentes y tiernas como su madre, llenas de vida como su padre.

Al año siguiente volvimos a encontrarnos, esta vez logré conocer mucho mejor a la madre.

Una mujer con una historia increíble, con una fuerza que sólo las mujeres tienen, con una de las sonrisas mas dulces que alguien puede ofrecer.

Ella se volvió una madre para mi también. Me cuidó cuando enfermé, me aconsejó cuando los problemas no me dejaban ver, me dio la aceptación que tanto esperé, y me regaló sus calcetines favoritos para siempre tener una parte de ella cuando tuviera frío.

Hay personas tan increíbles que alumbran cualquier lugar con su presencia. Ella es una de esas.

Durante este año y a pesar de la distancia, ha estado ahí para mi más que nadie. Me ha escuchado cada vez y me ha dado esperanza para seguir adelante.

Soy un fiel creyente de que la familia se elige. Yo la elegí a ella como mi madre.

Sólo espero que este virus mortal no nos venza para poder verlos de nuevo. Para poder abrazarlos y verlos reír nuevamente.

Hay veces en que tu cuerpo está en un lugar y tu alma en otro. Mi alma siempre estará con ellos.

Ad infinitum

Miedo y valentíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora