Capítulo 4 [Corregido]

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—Debo irme, pero prometo que mañana te explicaré lo del lago y otras cosas también haré que alguien te traiga algo de comer y supongo que también una manta -Aseguró el joven príncipe un poco apenado, su poder no era lo suficiente como para pedir que lo dejaran libre.

—¿Quién lo diría? Mi primera vez en la cárcel es un lugar que ni siquiera sabía que existía ¿Y al menos puedo saber cuánto tiempo estaré aquí? -Cuestionó ya resignado a ver cómo se acomodará en su húmeda celda.

—Pues trataré de que sea rápido, solo que no puedo asegurar nada, al final mi madre es la que decide, así que lo siento por eso

—Entonces eso significa que tú eres alguien importante, pero no tanto como tu Mamá ¡Ahora tengo más dudas y curiosidad -Exclamó desconcertado mientras se revolvía sus cabellos con desesperación, en su rostro se dibujaba una sonrisa juguetona.

—No soy diferente a los demás y ya te dije mañana te explicaré la mayoría de las dudas que tengas, ahora intenta ponerte cómodo, nos vemos -Se despidió sonriendo con dulzura.

Kappa simplemente hizo un gesto de despedida con su mano y observó a su alrededor, no será una noche cómoda, pero podría ser mucho peor, realmente no podía hacer nada por lo que veía, estaba en una celda bajo agua y si, le costaba creer que estaba dentro de una burbuja de aire, cuando intento sacar su mano pudo sentir la helada agua.

Por otro lado, Siren regresaba a la superficie junto a Skiff quien en ningún momento le interrumpió de su entusiasta ánimo por la conversación que había entablado momentos antes, era un poco raro ver al príncipe tan motivado, le alegraba verlo genuinamente alegre, no fue hasta que se encontraron a la Reina que el joven guardia trajo a la realidad a su querido príncipe.

—Siren, Skiff me alegra encontrarlos ¿Cómo les fue con el humano?- preguntó Susca con un tono suave, parecía bastante relajada a pesar de los tiempos en los que se encontraban.

—Sí, sobre él no creo que represente un problema, pero aún si quieres asegurarte podríamos mantenerlo unos días en la celda solo para asegurarnos de que no tiene intenciones ocultas - Sugirió seriamente el de ojos azules claros con total seguridad, si bien hubiera preferido sacar a Kappa en ese instante era cierto que debía seguir la razón y ser cuidadoso.

—Entiendo, por un momento, pensé que llegarías pidiéndome que lo libere cuanto antes ¿Qué opinas tú Skiff? -A juzgar por la mirada de la reina, simplemente quería una segunda opinión en caso de que su hijo pasará por alto algún detalle.

—Su majestad en mi humilde opinión, el príncipe Siren tiene razón, a pesar de que me mantuve a distancia y el humano no me vio no pude percibir ningún tipo de maldad en sus acciones o comentarios, concuerdo en que lo mantengamos en observación un tiempo debido a que se veía confundido y desorientado una vez se acostumbre quizás veamos sus verdaderas intenciones -Explicó tranquilamente el guardia a lo que Siren asintió lentamente, agradecía que Skiff estuviera de algún modo de su lado y aunque no lo estuviera entendía que hacía su labor como guardia.

—¿Por qué te acercaste solo al humano? Pudo hacerte daño -Cuestionó sujetando a su amado hijo de los hombros.

—Su majestad disculpe que interrumpa no obstante creo que fue la mejor decisión del príncipe, el humano no sabía que me encontraba ahí y por eso creemos que actuó con mayor honestidad a diferencia de que me hubiera visto, probablemente hubiera mantenido una actitud mucho más conservadora, aun así estaba lo suficientemente cercas para auxiliar al príncipe en caso de ser necesario -Agrego Skiff intentando ayudar a su príncipe para que pudiera tener más relevancia en las decisiones del Reino, si la Reina Susca veía que su hijo era capaz de actuar de manera sensata probablemente le permitirá enterarse de más cosas.

—Entiendo, supongo que me precipite un poco, gracias por tu sincera opinión Skiff y por proteger a mi hijo ¿Podrías regresar a tu puesto? Tengo que hablar algunas cosas con Siren -Pidió sonriendo con mayor tranquilidad.

—¡Si su majestad! Con su permiso me retiro -Exclamó un poco nervioso mientras daba media vuelta y se retiraba a buscar a Seko.

Tanto Susca como Siren comenzaron una tranquila caminata a uno de los jardines del Castillo, ambos estaban en silencio, pero no era algo incómodo, al contrario, era reconfortante y relajante, quizás la última vez que pudieron estar así de relajados fue poco antes de que su padre se fuera y eso ya tenía un tiempo de haber sucedido.

—Debo admitir que has actuado con sabiduría, durante la junta realmente creí que llegarías pidiendo que libere al humano, me sorprendiste con tu decisión de ver primero por tu reino que por tus caprichos, quizás yo estaba siendo muy sobre protectora es solo que... desde que tu padre...

—Lo sé, no tienes que decirlo, solo... me gustaría que me involucres más, es decir un día reinaré y no quisiera ser un incompetente, además quiero aprovechar que al menos te tengo a ti para aprender, temo que el día que tome la corona no sea capaz de hacer algo.

El silencio era un poco desconcertante, el agradable ambiente se había casi desvanecido por completo, solo siendo salvado por la dulce sonrisa que se dibujó en el rostro la reina, esa sonrisa que hizo que su amado hijo se calmará nuevamente, Siren sabía que para su madre era un bebe, pero debía darse cuenta de que ya no era así.

El ciclo de nuestras vidas [Castle Swimmer]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora