La chica durmió sobre el pasto durante la noche mientras las lágrimas salían de sus ojos y tomaba su relicario con ambas manos.
Permaneció allí toda la mañana hasta que estuvo lo suficientemente segura de que si no iba al baño reventaría.
Entró en un shopping y, luego de hacer lo que debía, recorrió el lugar en silencio. Cuando el lugar cerró, volvió a la casa. Había dejado ahí su celular así que no sabía si los demás estaban buscándola.
Cuando llegó a la casa descubrió que definitivamente no estaban haciéndolo.
Entró sin ganas de nada y subió las escaleras en silencio. No se cruzó con nadie. Ellos no estaban. Seguro habían estado de fiesta.
La chica empezó a dibujar un largo rato pero estaba demasiado afectada por todo.
Dejó sus cosas a un lado y se cubrió el rostro con la almohada mientras gritaba con todas sus fuerzas.
Los chicos entraron a la casa y la escucharon. Una vez en su puerta la vieron con la cara contra la almohada sollozando.
-Les dije que iba a volver. Tiene dieciséis años, no va a desaparecer.- dijo Luke que se había pasado el día buscándola y estaba muy cansado.
-17- dijo ella.- por el amor de Dios. Tengo 17 malditos años.
Ellos se miraron entre ellos con el ceño fruncido.
-Sabía que lo habían olvidado. Como olvidaron llamarme. Estaban demasiado ocupados con esa maldita gira.- dijo ella.
-Esas chicas nos aman.- dijo Niall.- Querían conocernos. No podíamos fallarles.
-A ellas no pueden fallarles,- dijo ella levantando el rostro lleno de lágrimas.- pero a mi si.
Ellos se quedaron mudos y ella se levantó de la cama para empezar a tirar todos los cuadernos de dibujo por el piso.
-A mi si pueden fallarme. Los odio. Los odio.- gritó ella pateándolo todo con furia.
Zayn la rodeó con sus brazos levantándola del piso para que dejara de golpearlo todo.
-Soltame. Te odio.- gritaba ella.- No me toques.
-No me odias,- dijo él.- sólo estás enojada.
-¿Yo enojada?- dijo irónica.-¿Por qué? ¿Por qué se olvidaron de mi?¿Por qué no me llamaron nunca?¿Por qué todo se fue a la mierda y ustedes no estaban?
Michael se acercó y la tomó de las muñecas pero ella logró zafarse a pesar del agarre de Zayn.
-Vos no me toques. ¿Crees que no vi tus fotos con esas hermosas modelos en las que están muy acaramelados?
Él retrocedió un paso.
-Déjenme sola.- pidió ella pero nadie se movió.-DEJANME SOLA.
Se sacudió hasta lograr zafarse del agarre de Zayn y saltó por la ventana dejando a todos paralizados del terror.
Se echó a correr por la calle y no se detuvo hasta llegar a su departamento.
Una vez dentro se permitió llorar todas esas lágrimas que se había contenido desde el día que conoció a esos idiotas.
Cerca de las seis de la tarde se decidió a atender el teléfono.
-Hola.- dijo fría, agotada, destruída.
-¿Dónde estás?- preguntó Louis en tono de súplica.
-No importa.- dijo ella.- Estoy bien si eso es lo que te interesa.
-Por favor, hija...
-Vayan a cumplir los sueños de sus fans. Ellas los necesitan, no pueden fallarles.
Cortó la llamada.
Tomó algo de dinero y se preparó para salir del departamento para comprar algo de alcohol.
En la puerta estaba Mike, dormido con su pelo color verde.
Ella le pasó por encima y bajó las escaleras. Al volver con dos packs de seis cervezas él estaba de pie junto a la puerta golpeándola una y otra vez.
Ella lo apartó y abrió la puerta, él puso su pie antes de que ella pudiera cerrarla.
-¿Podemos hablar?- preguntó él.
-No.- dijo ella pero él ya estaba dentro.
Cerró la puerta a su espalda y se percató de las cervezas.
La chica las dejó en la cocina y abrió una para luego sentarse en un sillón.
-No tomes.- pidió él y ella le dio un largo sorbo a su cerveza.-Por favor, Clara.
Ella suspiró y se retiró la cerveza de los labios.
-No es lo que vos pensas.- dijo él y ella rió amargamente.- Yo no tuve nada con ella. Era una amiga de Ashton. Se supone que tenía que distraerla mientras él terminaba de vestirse.
Ella desvió la mirada.
-Mirame, por favor. Tenes que creerme.- dijo él.
Ella sintió las lágrimas acumularse en sus ojos y le dio un largo trago a la cerveza.
Mike se paró y se la sacó de las manos para apartarla y tomarla a ella por las muñecas.
-No lo hagas.- dijo él y ella volvió a apartar la vista. Estaba recostada en el sillón y él estaba encima de ella sosteniéndola por las muñecas, evitándole llegar a la cerveza.- No lo hagas.- volvió a pedir él y unas lágrimas escaparon de sus ojos y de los de ella.
-Se olvidaron de mi.- susurró ella.
Él negó mientras se acercaba a ella.
La chica los miró a los ojos.
-No me dejes, Mike.- dijo con un hilo de voz.
El chico acortó la distancia y ella se estremeció ante el roze de los labios de él contra los de ella. Había olvidado cuándo había sido la última vez que se habían besado.
Él aflojó el agarre en las muñecas de ella y la chica le rodeó el cuello con ambas manos.
-Te amo.- murmuró él y más lágrimas empezaron a salir de los ojos de ella.
-Fracasé en Paris.- admitió ella.
Él la besó con mas intensidad y al separarse le secó las lágrimas.
-Vamos a casa.- dijo él. -Creeme. Es lo mejor.
-No quiero esconderme más.- dijo ella.
-Ya no vamos a escondernos.- prometió él mirándola fijamente.
Salieron del departamento de la mano.
-¿Cómo me encontraste?- preguntó ella una vez que estuvieron en el taxi.
-¿Cuánto tiempo pensas que pasó antes de que saltara por la misma ventana para seguirte?
Ella lo miró y notó que lo decía en serio.
Le tomó la mano entrelazando sus dedos.
Una vez en la puerta de la casa el abrió presionando la mano de ella.
Ambos entraron.
-Dios.- dijo Louis corriendo hacia ella y abrazándola.- No vuelvas a hacerlo.- pidió y ella sabía que él lloraba pero no fue capaz de corresponder el abrazo. Cuando él la soltó ella los miró fijamente.
-Se olvidaron de mi.- dijo.
-Pensamos que querías estar tranquila en Paris cumpliendo tu sueño.- dijo Niall.
-Hace meses que volví de Paris.- admitió ella.- Todo se fue al demonio. El tipo era un imbécil. Me gritó un montón de cosas por una pintura que creyó que era mia pero no lo era. Me salí del curso y volví.
-Nosotros no lo sabíamos.- dijo Louis.
-Nunca llamaron.
-Vos tampoco.- dijo Harry.
Ella bajó la vista. Era cierto.
-Nosotros nos olvidamos de tu cumpleaños pero vos tampoco llamaste.- continuó Harry.
-Esperaba que mis papás se acordaran de mi cumpleaños.- dijo ella.- Parece que muy pocas personas lo recordaron.
-¿Dónde estuviste estos meses?- preguntó Liam pero ella no respondió.-No estuviste acá.
-Tengo un departamento.- dijo entonces.
Todos se quedaron mudos. Ella tenía ganas de irse de ahí. Se sentía humillada por no ser nada para ellos.
Mike le tomó la mano y ella lo miró igual que los chicos.
-¿Siguen juntos?- preguntó Ash.
Los cinco hombres miraron a Mike con ganas de matarlo.
-Si,- dijo ella.- seguimos juntos y ya no queremos escondernos.
-Miren.- dijo Mike.- Ustedes dicen saberlo todo de ella. Pero no ven lo confundidos que están. Falta poco para que llevemos un año juntos. No pueden reprocharle a ella por no llamarlos, ustedes llevan mucho tiempo desconectados de ella.
Harry se acercó furioso y ella se paró delante de Mike.
Al apartala, su mano se enganchó en el relicario haciendo que la cadena se rompiera.
Ella vio el objeto caer al suelo y sus ojos se llenaron de lágrimas.
-Es lo que te digo,- gritó Michael.- estás tan ocupado golpeándome que no ves a tu hija.
Harry se detuvo y volteó para ver a la chica sentada en el piso hecha un mar de lágrimas mientras intentaba arreglar la cadena. Los demás también la miraron.
Mike se arrodilló junto a ella. La chica abrió el relicario y vio el cristal sobre la foto de sus padres dañada.
La chica se puso de pie y corrió a su departamento. Al llegar se terminó la cerveza sobre la mesa y empezó a tomar el primer pack. Al terminarlo cayó dormida en el piso de la cocina.
Mike llamaba a la puerta pero no servía. Pidió al encargado una llave y este se negó a dársela y le pidió que se retirara.
Al despertar en la mañana la chica le dijo a Mike que estaba bien y que no se preocupara. Le pasó a Liam la dirección del departamento pidiéndole que fuera.
Le abrió la puerta a penas llegó y él entró en silencio.
-¿Estás bien?- le preguntó él.
-Si.- suspiró ella sentándose en el sillón. Él imitó la acción de ella y la chica recostó su cabeza en las piernas de él.
-¿Y el relicario?- preguntó él.
-Lo están arreglando.- dijo ella.
-¿De dónde lo sacaste?
Ella dudó unos segundos y luego suspiró y le contó la historia
Él no sabía que decir.
-Harry lo lamenta mucho.- dijo Liam al fin.
-No lo creo.- dijo ella sinceramente.
Cuando la chica se durmió ya era bastante tarde. Él moría de hambre así que fue a la heladera a buscar algo que comer luego de dejarla en la cama. Encontró el pack de seis cervezas sin abrir y lo sacó.
Empezó a vaciarlas una a una derramando su líquido y dejando que se vaya por las cañerías. Cuando buscó dónde dejar las botellas vacías se encontró con otras seis botellas vacías. Ya no tenía hambre. Ya no tenía nada.
Caminó hasta la cama de ella y se sacó los zapatos silenciosamente. Se acostó junto a ella y la rodeó con su brazo pegándola a él y besando su frente.
-Después de tanto tiempo seguimos haciendo las cosas mal.- murmuró él acariciándole la mejilla.
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Un mundo por descubrir
Hayran KurguMi nombre es Clara West y gran parte de mi vida es algo de lo que no puedo hablarles porque no lo sé, comenzando por mis padres. Acabo de cumplir los 16 años y, realmente, no sé quién soy.