Plan Rathavit es un dulce y hermoso omega de dieciocho años, poseedor de una tierna inocencia pero también de un fuerte temperamento. Aunque ha tenido varios pretendientes que lo han querido poseer, él nunca ha sentido amor por ningún alfa o beta pe...
Mean estaba que lo llevaba el demonio, Plan había conseguido sacarlo de sus casillas con toda aquella palabrería del amor que le había gritado antes de irse.
El alfa tan solo creía en lo material, ya que desde niño eso era lo que le habían inculcado y por lo que en cuando había entrado a trabajar en la empresa de los Coates, había visto una gran oportunidad de superarse y conseguir todos sus objetivos.
No sentía por Samantha más que simpatía y una mutua ansia de disfrutar y conseguir el control de todo pues sabía de sobra que ella estaba con él porque su padre le había usado como moneda de cambio para el bien de la empresa.
El viejo Joong Coates quería un heredero para su patrimonio pero su única hija no parecía interesada en eso, ya que ella al igual que Mean deseaba vivir libremente, disfrutar del dinero, follar cuando quisieran y gastarse todo lo que pudiesen en bebida y lujos.
La verdad, eso había sido así durante unos años pero unos meses atrás, el viejo alfa había sufrido un infarto y temeroso de morirse sin un heredero, los había obligado a casarse con intención de que lo engendrasen, no sin amenazarlos con dejarlos sin nada.
...-¡Amor!-gruñó molesto-... ¿Qué mierda es eso del amor?, ¿Qué sabrá un mocoso como ese sobre lo que es eso?, ¡el amor no existe!, ¡Todo es una jodida mentira!.
Estaba más que furioso, entonces abrió el último cajón de su escritorio y sacó un vaso y una cara botella de whisky, la cual mantenía escondida celosamente y acto seguido se sirvió un trago y luego otro y otro más.
Tras un tiempo bebiendo y ya ligeramente ebrio, alzó el vaso y rió.
-Por ti, Plan... porque encuentres al fin ese jodido amor que buscas.
(...)
En su casa nuevamente, el omega secaba sus lágrimas por enésima vez mientras recordaba las últimas palabras que había compartido con el alfa, al cual tonto de él, le había abierto su corazón y éste se lo había pisoteado cruelmente.
FLASHBACK
«...-No fue mi intención amarte pero lo estoy haciendo.
-Eres joven e inexperto... Yo soy el primer alfa con el que estás pero eso no significa que debas obsesionarte conmigo... Si, estuvo genial, incluso podemos repetirlo alguna vez si tu quieres pero fue solo eso, sexo.
-Pero... y-yo no estoy obsesionado, de verdad siento que te quiero... Siento en mi interior que tú e-eres quien yo esperab...
-¡Basta!, ¡Deja de decir estupideces!. No sientes amor por mí, solo lo crees tener omega... De todos modos yo soy un alfa recién casado con mi rica y heredera esposa y además pronto seré padre de un heredero también... No tengo tiempo para romanticismos baratos.
-¡Eres un alfa horrible!. ¡De verdad que yo pensé que eras diferente y qu...
-¿Qué?...¿Qué creías?, no...no me digas-rió-... Creiste que yo era tu príncipe azul y que te rescataría de tú aburrida vida de dependiente de esa librería, dejando todo esto... Toda esta vida de lujos y riqueza.
-He tenido suficiente...¡me voy!. Espero que seas feliz en esta vida vacía y llena de lujos como tú dices...De verdad te deseo lo mejor, porque aunque tú no lo creas de eso se trata el amor...en alegrarse por la persona amada, a pesar de que esta no esté a nuestro lado...Adiós Mean, cuídate mucho...».
FIN DEl FLASHBACK
Esa era la última vez que iría a buscar al alfa, había sido demasiado doloroso para él y aunque esas palabras le habían revelado al verdadero Mean Phiravich, debía tenerlas siempre presentes, ya que recordarlas le dolían terriblemente.
Aún así, sabía que debía comenzar a hacer entender a su terco corazón, que no era su alfa y que nada bueno obtendría si seguía amándolo de esa manera y sin poder olvidarlo.
-Debo arrancarte de mí, señor Phiravich y aunque muera en el intento lo haré... Tan solo sé que necesito tiempo... sí, tiempo.
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