Veintidós

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A pesar de todos los lloros, ruegos y súplicas que la abuelita Sara y también el joven beta hicieron, el omega cogió sus pertenencias y salió de la vida de los ellos, junto con su bebé.

Tenía algo de dinero, el cual la omega le había dado y aunque no sabía con que se encontraría, decidió dejar Corea y utilizarlo en unos billetes de tren para regresar a Bangkok.

Estaba dispuesto a buscar trabajo para así poder pagarse un lugar mejor donde vivir y poder mantener a su hijo sin depender de nadie.

Estaba dispuesto también a retomar la relación con su padre, ya que su propia experiencia le había servido para entenderlo un poco mejor.

Desde luego tenía muy presente que seguro se encontraría o sabría algo de Mean pero ya no tenía miedo, ya que la paternidad y la necesidad le habían, le hecho madurar muy rápidamente, así como el darse cuenta de lo más importante en su vida y como luchar por él.

Tras la muerte de Perth había decidido cerrar su corazón al amor y luego de la propuesta de Napat y el pensamiento de que seguro en el futuro, un nuevo alfa intentaría conquistarlo, le habían hecho darse cuenta de que a pesar de todo, tan sólo el alfa castaño era dueño de su corazón.

Aunque de todas formas no le preocupaba eso, ya que tan solo estaba Tin y por él lucharía diariamente, por eso quería un trabajo y un hogar confortable para poder vivir tranquilo con su pequeño y que este creciese sano y feliz.

Tan pronto puso un pie en Bangkok, lo inundaron los recuerdos y a pesar de que eran dolorosos, lo hicieron sentirse vivo, entonces suspiró nostálgico pues habían sido casi dos años desde su último viaje a su ciudad natal.

-Bueno, allá vamos.

Este se subió a un taxi y bastante nervioso puso rumbo a la librería de su amigo y exjefe, Zee Pruk.

Afortunadamente el establecimiento seguía en el mismo lugar, así que pagó al taxista y tras bajar a su pequeño y también su maleta, el omega sonrió agarrando el cochecito.

Caminó hasta la vidriera y desde allí pudo ver al alfa el cual colocaba unos libros en una de las estanterías.

-Hola Zee-saludó entrando en el establecimiento

El alfa que estaba girado, se dio la vuelta y lo miró con sorpresa, sobre todo por el carrito del bebé pero aún así sonrió ampliamente y caminó con los brazos abiertos a su encuentro.

-¿Plan? ...¡oh Dios muchacho!, ¿Eres tú de verdad?, estás muy distinto, ¿y ese niño?, Nuevamente ha pasado tantos tiempo desde la última vez que nos vimos-dijo feliz estrechandolo entre sus brazos.

-Que gusto saber que sigues bien y tu negocio también, Zee os extrañé mucho a ambos.

Cuando se separaron, el omega se giró hacia el carrito de su bebé y cogió a su pequeño en brazos para mostrarselo al alfa.

-Este es Tin, mi hijo.

Zee miró confuso al bebé y luego miró a este.

-¿Tú hijo?... Ah...de tu alfa y tuyo, claro ...emm por cierto, ¿dónde está él?.

Plan entonces miró al suelo entristecido.

-Perth ya no está, él se murió en un accidente de trafico hace un año.

El alfa chasqueó la lengua y le palmeó el hombro.

-Oh joder, vaya lo siento mucho, parecía un buen tipo ¿Estás bien?.

-Si bueno estoy bien, tranquilo-respondió el omega esbozando una pequeña sonrisa, mientras miraba a su pequeño hijo, el cual jugaba con su colgante del cuello.

4. No fue mi intención amarte - Meanplan (Zaintsee)  -Omegaverse TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora