Plan Rathavit es un dulce y hermoso omega de dieciocho años, poseedor de una tierna inocencia pero también de un fuerte temperamento. Aunque ha tenido varios pretendientes que lo han querido poseer, él nunca ha sentido amor por ningún alfa o beta pe...
Durante los siguientes dos días, Plan esperó impaciente que el alfa se dignarse a aparecer y le diese una explicación por su rechazo o que al menos regresara con la excusa de comprar algo y así poder verle.
Finalmente eso no sucedió por lo que este se sentía devastado, Mean había sido el único alfa hasta el momento, el cual le había causado un gran revuelo en sus hormonas y había encendido su deseo de aparearse.
Su interior era un caos de emociones y lo peor de todo, era que por más que lo intentaba, no conseguía olvidarse de él ni por un momento, por lo que cansado de esperar y con la tarjeta en mano, tomó una decisión.
-Mañana le diré a Zee que me encuentro indispuesto e iré en tu busca... Quieras o no, tendrás que enfrentarme... Tú lo has iniciado y debes terminarlo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Tras llegar a casa, durante toda esa noche no consiguió pegar ojo pues una vez más el alfa perturbaba su sueño y su tranquilidad, impidiendo que cayese en los apacibles brazos de Morfeo.
(...)
Amaneció, entonces este se levantó y se fue directo a la ducha, rápidamente se enjabonó y se aclaró el cuerpo, luego eligió su mejor ropa y frente al espejo, se peinó sus revoltoso pelo pues quería lucir lo más hermoso posible.
Cuando ya estuvo listo, bajó las escaleras de su edificio pues como siempre el ascensor seguía estropeado y entonces su teléfono sonó.
-Plan, ¿Donde estás?.
-Oh lo siento Zee... hoy no podré ir, me levanté muy mal-mintió-...De hecho estoy saliendo para el médico ahora mismo...¡taxi!...
El omega tosió falsamente y tras escuchar un «está bien, mejórate», de su jefe, colgó sonriente y victorioso.
-Bien, señor Phiravich... Veamos a que tanto tienes miedo- susurró mientras se abrochaba los botones de su cazadora, ya que era una mañana y realmente hacía mucho frío para ir caminando.
Resultaba que había mirado en Google y la empresa llamada, Coates International Company, no estaba demasiado lejos de donde él vivía, por lo que esa aventura investigadora no le costaría mucho dinero.
Tras unos diez minutos, el omega al fin encontró el edificio donde se suponía que trabajaba el alfa, así que decidido entró y caminó hacia el mostrador donde una hermosa omega le sonrió.
-Buenos días señor, bienvenido a Coates International Company, ¿En qué puedo ayudarle?.
-Oh...emm, bu-buenos d-días... pues verás, y-yo ve-venía p-por...por...-Balbuceó el omega pues no sabía que motivo alegar-... yo q-quisiera...emm ha-hablar con el se-señor Phiravich.
La omega entonces volvió a sonreírle.
-Ah... ¿Eres otro de los aspirantes al puesto de reponedor en ventas?
El omega la miró incrédulo hasta que esta le entregó unos cuantos papeles.
-Rellena esto con tus datos y luego espera ahí-le dijo señalándole unos sofás del fondo- ...cuando finalices, me los entregas y entonces te daré tu turno para pasar con el señor Subdirector... Él es el quién da el visto bueno al nuevo personal, ya que el director no se encuentra.
Plan se encogió de hombros y sonrió, no quiso sacar de su equivocación a la chica pues no perdía nada por probar y además era una excusa perfecta para pasar al despacho de Mean y verle.
Cubrió los documentos con sus datos y finalmente se lo entregó a la recepcionista, luego volvió al grupo de sofás y se sentó a esperar junto con otros omegas que habían llegado también.
-Plan Rathavit-dijo la omega transcurridos unos minutos-...Por favor, toma esto y sube a la segunda planta.
El pequeño omega obedeció y tímidamente cogió las hojas que ésta le entregó de nuevo y subió al ascensor, donde al llegar, se bajó y se encontró con otra hermosa omega que le sonrió también.
-Tú eres Plan, ¿verdad?.
-Si-asintió el omega tímidamente.
-Bien pues sigueme, ya el aspirante anterior a ti ha salido.
Los dos omegas caminaron por un estrecho pasillo y llegaron a una gran puerta en la que había una placa que ponía en letras doradas, «Subdirector General».
La secretaria entonces tocó a la puerta y un rotundo y sonoro «pase» se oyó tras ésta, así que la omega la abrió y dio paso a este, el cual entró tímidamente.
-Gra-Gracias.
Todo era muy lujoso allí dentro, por lo que el omega soltó un «wow...vaya» muy revelador e incontrolado, mientras que caminaba hacía el interior del despacho, donde tras una gran mesa había una silla girada.
-¿Se-Señor P-Phiravich?-habló aturdido por el olor.
La silla se giró rápidamente y un más que sorprendido Mean, lo miró con el ceño fruncido.
-Pe-Pero... ¿Q-Qué coño haces tú a-aquí?.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.