Plan Rathavit es un dulce y hermoso omega de dieciocho años, poseedor de una tierna inocencia pero también de un fuerte temperamento. Aunque ha tenido varios pretendientes que lo han querido poseer, él nunca ha sentido amor por ningún alfa o beta pe...
Tras salir del registro donde Plan había recogido sus documentos, la pareja decidió tomarse algo en una cafetería que había doblando la esquina de la calle.
Cuando ya llevaban un rato disfrutando del café y el tranquilo ambiente del local, de repente un olor muy familiar llegó a las fosas nasales del omega interrumpiendo la agradable conversación que mantenía con su prometido.
-Plan, cariño ...¿ocurre algo?.
-Y-yo...y-yo.
El omega se estremeció y notó que su corazón comenzó a palpitar a toda velocidad, el alfa notó entonces las feromonas de su prometido flotar y expandirse por todo el lugar, por lo que su alfa interior gruñó enloquecido por protegerlo de otros alfas que había allí.
-Cariño, estás entrando en celo... debemos irnos de aquí ya.
El omega asintió temblando.
-S-Si creo que si pe-pero no sé porqué... n-no es ti-tiempo aún.
-Vamos rápido... Amor debemos salir de aquí... Iremos al hotel-dijo el alfa agarrándolo fuerte y cargandolo en su regazo pues el pequeño omega ya se retorcía de dolor y apenas podía tenerse en pie.
Salían por la puerta del local cuando Perth sintió como un fuerte brazo lo detenía.
-¡Ese es mi omega!-gruñó una ronca voz tras ellos.
El alfa entonces se giró, topándose con un enorme alfa de abundante barba, la cual prácticamente le cubría el resto de la cara semioculta bajo una gorra gris de béisbol.
Entonces el omega levantó su rostro apoyado en el pecho de su prometido y miró fijamente a aquel alfa que tenían enfrente pues la voz se le había hecho conocida al igual que su olor.
De repente el extraño alfa alzó su cabeza también y se quitó la gorra.
-Hola Plan.
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-Mean...n-no...no pue-puede ser.
En un rápido movimiento, el alfa agarró al más que sorprendido omega arracándolo de los brazos de Perth y echó a correr rápidamente de allí.
-¡Sué-Suéltame!, ¡Dé-Déjame!-suplicaba el omega mientras notaba su agujero chorrear de lubricante natural.
-¡Cállate!, ¡Debo deshacerme de esa sanguijuela que has traído contigo!-Gruñó Mean intentando buscar un lugar para despistar al alfa que venía corriendo tras él por la calle.
-¡Sueltalo desgraciado!, ¡Plan es mío!, ¿Quién coño eres tú?- Le gruñó el moreno doctor en cuando lo atrapó.
Mean entonces sonrió cínicamente y dejó a Plan en el suelo.
-Este omega es solamente mío, ¡lárgate ahora o lo lamentarás!-gruñó Mean.
-¡Devuelvemelo ahora mismo!, ¡Plan es mi omega!-gruñó Perth
Sin mediar palabra, el castaño se abalanzó sobre el alfa desconocido para él y le propinó un fuerte puñetazo pero pronto este recibió otro propinado por Perth.
El omega agonizaba por la fuerza de su celo, mientras los poderosos alfas se enzarzaron en una violenta pelea llena de golpes, gruñidos, patadas, empujones y alguna que otra mordida.
Algunos de los peatones que pasaban por su lado los jaleaban y otros se escapaban asustados, hasta que finalmente la policía llegó y los separó, llevándose a los tres a la comisaría.
Plan fue aislado en una celda, mientras que los dos eufóricos alfas fueron llevados a distintas salas de interrogatorios para prestar declaración.
Fueron necesarios varios agentes y unas fuertes cadenas para sujetarlos a ambos, aunque con el pasar de las horas se fueron calmando, mientras que el pobre omega se acabó desmayado debido a la agonía de ser poseído por su alfa.
Lo que había comenzado como un rápido y sencillo viaje a su cuidad natal para recoger sus documentos y ver a su padre, se había convertido en cuestión de minutos en una horrible situación, dando comenzo a una inesperada e inevitable pesadilla para este.
