Plan Rathavit es un dulce y hermoso omega de dieciocho años, poseedor de una tierna inocencia pero también de un fuerte temperamento. Aunque ha tenido varios pretendientes que lo han querido poseer, él nunca ha sentido amor por ningún alfa o beta pe...
Plan salió llorando del despacho de Mean, hubiese querido quedarse más para hablar pues había sido su primera vez con un alfa pero este lo había echado de mala manera, tras recibir una llamada a su móvil.
Cuando ya abandonaba el edificio de la empresa, el omega se fijó en una elegante y distinguida omega que entraba en el lugar y la cual se le quedó mirando descaradamente.
-Buenos días señora Phiravich-escuchó decir a la recepcionista.
-Buenos días Betty... Mi marido se encuentra ya en su despacho ¿verdad?-preguntó ésta mirándola por encima del hombro.
El pequeño omega muy desconcertado vio como la altanera omega subía al ascensor y este se paró en la segunda planta, donde estaba el despacho del alfa.
Rápidamente se acercó al mostrador.
-O-Oiga, perdone.
-Si dime, ¿Querías algo?-le preguntó la recepcionista al verlo con el ceño fruncido sin dejar de mirar al ascensor.
-Oh si, por supuesto...ella es Samantha Coates... Ella es la hija del dueño y director de esta empresa, Joong Coates.
-Emm pero hace un momento te has dirigido a ella como señora Phiravit.
La recepcionista asintió.
-Si claro, porque ella es la esposa del señor Mean Phiravich, el subdirector...Hace un mes que se han casado, después de haber estado cuatro años como novios.
Plan sintió que las fuerzas le fallaban, «¿Mean estaba casado?, ¿Y con una omega?», no podía entenderlo y le dolió mucho más que cualquier otra excusa que había pensado, por la cual este lo había tratado como lo había hecho.
Había creído que éste tal vez no lo quería porque era un pobre dependiente y no pertenecía a su mundo de riqueza y lujos pero la verdad ni se le había pasado por la mente, que el alfa pudiese estar casado.
Finalmente, el omega se fue de regreso a su humilde apartamento con la intención de cambiarse de ropa y seguir llorando hasta quedarse sin lágrimas, mientras que en el despacho del alfa este recibió a su esposa..
...-Cariño, he visto a un joven omega muy lindo salir de aquí, ¿venía a la entrevista?, ¿Lo has contratado?.
Mean tragó duro al escuchar eso.
-No sé a quién te refieres-mintió- ...he entrevistado a muchos omegas.
La morena omega se acercó a la mesa de su esposo y lo miró molesta.
-Es imposible que no te hayas fijado, mi amor... Él era realmente hermoso y aún percibí tu olor en él.
El alfa notó la incomodidad y desconfianza de Samantha y entonces decidió cortarla de raíz pues podía causarle problemas con su suegro y jefe.
-Oh si, ya recuerdo... Él es uno de los aspirantes al puesto de reponedor de ventas... Resulta que sin querer se le de-derramó el café sobre su ropa y bueno, en un intento de ser amable le he ayudado a limpiarse la mancha.
La omega lo miró incrédula aunque finalmente no dijo nada pues no quería discutir, llevaba días sin ver a su esposo y la verdad quería que éste la dejara satisfecha antes de ir de nuevo a su despacho y ponerse con el trabajo que tenía acumulado debido a su viaje.
-Está bien entonces....anda, dejemos a los empleados y centrémonos en nosotros...Desde que he entrado he notado tus feromonas en el ambiente y mi cuerpo está ansioso por sentirte dentro-le susurró esta empezando a quitándose la ropa.
Mean negó con la cabeza mientras su boca esbozaba una mueca de desagrado.
-Estoy cansado Sam, además yo...emm...yo ya....
-Si, bueno ya sé que te acabas de masturbar pero...-interrumpió la omega agarrándolo del pantalón y creyendo que el olor a sexo del ambiente había sido eso.
El alfa rápidamente le detuvo sujetándole la mano.
-Ahora no puedo Sam... Sabes perfectamente que necesito un tiempo para recuperarme.
La omega ligeramente molesta, lo fulminó con la mirada y se le acercó.
-Está bien, te daré tiempo pero como no cumplas, llamaré a mi padre y le dir...
El alfa se tensó rápidamente y quiso arreglar su torpeza.
-Te amo, Sam nunca lo dudes... nunca...Nuestro bebé y tú, sois lo más importante para mí.
-Está bien, te creo ...espero que no cometas una estupidez o todo esto se terminará, lo sabes.
-Si amor... tranquila, lo sé, perdóname.
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