Plan Rathavit es un dulce y hermoso omega de dieciocho años, poseedor de una tierna inocencia pero también de un fuerte temperamento. Aunque ha tenido varios pretendientes que lo han querido poseer, él nunca ha sentido amor por ningún alfa o beta pe...
El omega lo miró con espanto pues no lo hubiese reconocido como tal a no ser por sus rasgados ojos y su especial olor pues éste lucía muy diferente a como lo recordaba.
-Oh Dios, es-estás muy cambiado-Exclamó sorprendido y entristecido a la vez-...¿Qué es lo que te ha pasado?.
El alfa miró al suelo de su celda y resopló resignado.
-Todo se torció luego de que te fuiste...Mi vida se complicó y no sé como volver a ser él que era.
-Pe-Pero y tu espos...
-Poco después de esa última vez que tú y yo nos vimos- le interrumpió el alfa-...ocurrieron un cúmulo de desafortunados acontecimientos en mi vida, Plan... Mi suegro murió y cuando el notario leyó el testamento, me enteré que éste le había dejado todo a su hija y al futuro bebé.
-Oh vaya...lo siento mucho.
-¡No lo sientas!-gruñó mirándolo molesto- ...¡el viejo era un grandísimo hijo de puta que no conforme con joderme en vida, también lo hizo en su muerte!.
-¿Y que hay de tu esposa y tu bebé?, ¿Por qué ella no está aquí intentando sacarte?.
El alfa rió irónicamente.
-Esa maldita zorra avariciosa debe estar puliéndose el resto de la fortuna, sino lo ha hecho ya-gruñó-...La muy hija de puta no estaba embarazada de verdad.
-¿Qué?, ¿Có-Cómo qué no estaba embarazada?-preguntó el omega sorprendido.
-No, no lo estaba... Cuando salimos del notario y llegamos a casa se quitó la barriga falsa y se rió en mi cara... Yo entonces no lo pillé pero unos días después, me enteré de sus verdaderas intenciones.... De la noche a la mañana se quedó con todo... Me despidió de la empresa cediéndome tan solo una mínima cantidad, que según sus abogados era la parte que me correspondía por ser su marido.
-¿Y tus co-cosas?, ¿tu coche?, ¿la ca-casa?-preguntó el omega asombrado.
El alfa negó y gruñó agarrando los barrotes con fuerza.
-¿No has escuchado?, ¡Maldita sea!, ¡nada de eso se me cedió!, ¡El maldito dinero que conseguí tan sólo me da para un miserable apartamento y una vida mediocre!.
Plan dio un paso atrás asustado pues este empezaba a darle verdadero miedo.
El alfa le tendió la mano a través de los barrotes y le sonrió.
-Lo siento...Ahora estoy feliz porque tú has regresado conmigo, todo será diferente ahora, pequeño.
Este frunció el ceño y lo miró con confusión.
-Mean...y-yo no he regresado para quedarme... Lo s-siento pero ya tengo un alfa y vamos a cas....
-¿Te refieres ese estúpido? -gruñó el alfa de nuevo furioso-..¡ese no es tu alfa!, ¡Tu alfa soy yo!.
El omega rompió a llorar pues las feromonas de este lo tenían muerto de miedo pero le preocupaba lo que le pasase, ya que éste parecía no estar en sus cabales.
-Señor Rathavit, es mejor que se vaya- le habló el agente de policía acercándose.
-Si, gra-gracias, a-ahora mismo voy.
Mean volvió a sujetarse con fuerza a los fríos barrotes y gruñó furioso al agente para luego fijar su mirada en el omega.
-Vuelve mañana, Plan, por favor... No me dejes solo de nuevo- le suplicó desesperado.
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El omega le miró durante unos segundos sin saber que decir pues por un lado sabía que debía regresar a Corea en ese mismo día con Perth pero por el otro, algo en su interior le decía que no podía irse, sabiendo que el alfa estaba encerrado ya que no podría continuar con su vida como si nada.
-Está bien-dijo finalmente- ...Tra-Tranquilo, mañana re-regresaré y seguiremos ha-hablando.
-Gracias pequeño, muchas gracias-respiró entonces el demacrado castaño.
Por los pasillos, según iba caminando hacía la primera planta donde su futuro marido lo esperaba impaciente, Plan no dejaba de pensar porque había sido tan débil y había aceptado quedarse por un alfa que le había hecho tanto daño en el pasado y en cómo demonios se lo iba a explicar a su prometido.
-Plan, definitivamente eres un omega muy patético y además masoquista-se regañó a sí mismo deteniendo su paso.
Luego de eso, respiró hondo y siguió caminando hasta cruzar la puerta y regresar al lado de su prometido, el cual soltó un suspiro aliviado al verlo aparecer nuevamente.
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