Veintiséis

602 95 11
                                    


Mean daba vueltas a todo lo que Zee le había dicho tras encontrarselo en la calle.

La verdad era que no sabía como iba a lograr que Plan lo perdonase pues aunque le sobraban las ganas de raptarlo de nuevo y no dejarlo salir nunca más, eso había estado mal y además existía un hijo de ambos, Tin.

El olor del pequeño niño aún presente en su memoria, le era tan exquisito y atrayente como el que el pequeño omega poseía y eso lo atormentaba aún más.

De repente, el saberse padre le hizo lamentar mucho el haber tenido una vida tan desastrosa, la cual lo había llevado a tener el terrible accidente en donde lo había olvidado todo y por tanto tiempo.

Decidió entonces que ya no más, no estaba dispuesto a perderlos o al menos sin haber luchado lo absolutamente necesario y aunque sabía que era una misión casi suicida, necesitaba intentarlo.

Definitivamente estaba convencido pues amaba al omega más que a su vida y también al pequeño Tin, necesitaba a los dos junto a él.

En la noche de ese día, volvió de nuevo a la librería donde el omega estaba ya por cerrar pues deseaba volver cuanto antes a casa junto a su hijo y sus amigos, los cuales se habían tomado la tarde libre y habían ido a pasear con el pequeño a un parque cerca de su casa.

—Hola Plan—saludó cabizbajo.

—¿Qué haces aquí otra vez, Mean?... creo que ya está todo hablado entre nosotros—dijo el omega algo molesto mientras cerraba la verja.

—No, todo no...necesito decirte muchas cosas, necesito pedirte perdón.

Plan entonces se giró y miró fijamente al alfa tras escuchar esas palabras y aunque se sentía nervioso, no se doblegó pues pensar en su hijo le dio fuerzas para mantenerse firme  e impasible, ante todo lo que la cercanía de este provocaba en su cuerpo.

—¿Perdón?, ¿Y por qué ahora?.

El alfa sonrió levemente.

—Nuestro hijo.

Al escuchar eso, el omega se tensó.

—N-No, n-no hay un nu-nuestro.

Mean se acercó más.

—Tu jefe ya me contó, Tin es hijo mío también.

El omega suspiró resignado.

—Si ya sé...está bien, si... Tin es tu hijo pero eso no significa que puedas llegar y utilizarlo para que regrese contigo.

—Pero Plan...él necesita de sus dos padres.. Yo quiero estar con vosotros... Te lo ruego—suplicó —... por favor, permíteme ser tu alfa.

—¿O sino qué, Mean?, ¿Acaso volverías a llevarme a la fuerza y me poseeras hasta que ceda?—preguntó el omega con recelo.

El alfa rodó los ojos y bufó arrepentido.

—Lo siento, tienes razón al estar molesto...Sé que eso no fue lo correcto pero entonces estaba desesperado y quería que te quedases conmigo...Tú ibas a irte de nuevo y a casarte con otro, necesitaba demostrarte todo lo que sentía por ti.

El omega lo miró confuso.

—¿No era que tú no creías en el amor?, ¿La amnesia ha ablandado tu corazón o es que acaso no has recordado todo lo gilipollas que eras?.

El alfa entonces esbozó una pequeña sonrisa.

—Me lo tengo merecido, lo sé... Tienes razón nuevamente pero te diré que ahora ya no pienso eso... Supongo que el tiempo y las experiencias cambian a las personas y también sus pensamientos.

El pequeño dio un paso atrás y dio una palmada.

—Vaya... así que te has vuelto muy profundo—dijo con sarcasmo mientras echaba a andar por la acera, seguido por el alfa, el cual sonrió de nuevo mientras seguía los movimientos del omega.

—Ok, estás muy dolido, ya lo he pillado pero de verdad habló en serio....He cambiado y no hay nada en este mundo que desee más que ser tu alfa y también un buen padre para Tin... Perdóname por favor.

Plan se detuvo y entonces se giró para mirar seriamente a este, quién se mordía el labio inferior mientras rascaba su nuca intentando aguantarse las ganas de besarle.

—Está bien, tu ganas...te daré una última oportunidad pero si la cagas te juro que jamás volverás a vernos.

—¿En serio, Plan?—preguntó entusiasmado—..Me permitirás estar contig...

—No, no te equivoques, Mean—le cesó rápidamente su entusiasmo pues éste estaba asintiendo pero su cara aún seguía muy seria —...Podrás venir y ver a Tin siempre y cuando me avises con antelación pero...

Un breve silencio se hizo, hasta que el alfa habló nuevamente.

—Entonces, ¿Qué hay de ti y de mi?, ¿d-de nosotros?.

El omega volvió a reírse con sarcasmo y se acercó desafiante ante el alfa .

—De momento no habrá un tú y yo... Siento decirte que ya no soy el chico ingenuo y enamoradizo de entonces... Mi prioridad ahora es el bienestar de mi hijo y eso es lo que necesito... Demuestrame que  realmente has cambiado y que el niño te importa y entonces veremos lo que sucede.

 Demuestrame que  realmente has cambiado y que el niño te importa y entonces veremos lo que sucede

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
4. No fue mi intención amarte - Meanplan (Zaintsee)  -Omegaverse TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora