Una promesa, una simple e inocente promesa que hicieron cuando niños los llevó a volver a encontrarse. Una promesa que los haría volver a hacerse amigos... Y quién sabe, quizás algo más que amigos, pero... ¿Esa promesa los interpondrá en algo?
Tamak...
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Un martes a la mañana voy a la cafetería como normalmente hago y me encuentro con mi trío favorito sentado en una mesa.
—¡Hola! ¿Me puedo sentar?— pregunté llegando.
—Claro que sí ____-chan ¿qué tal todo?
—Con mucha tarea, a pesar de ser vacaciones aún tengo trabajos pendientes, y encima tengo que terminar la letra de una canción ¿y ustedes, como la pasan?— pregunté mientras me sentaba a lado de Nejire dejando mis cosas en el piso.
—Nosotros estamos igual, con varios entrenamientos y los profesores no son ni una pizca de amables, tareas cada clase, estoy exhausto— contestó Mirio suspirando.
—¿Ya estás por terminar la canción? ¡Yo quiero ser la primera en escucharla!— exclamó Nejire.
—De hecho estaba pensando en que vengan mis amigos para tocar algunas canciones aquí, pero tengo que ver si la dueña me deja. Voy a estar un poco ocupada estas semanas.
—Por cierto ____ ¿cuándo vas a cumplir con tu reto?— preguntó Nejire con una mirada pícara.
—¿Reto? ¿Qué reto?— pregunté a lo que después de unos cortos segundos de silencio y una mirada fija de Tamaki hacia mí, lo recordé— ¡Ahh, ya entendí! ¡El reto, claro que lo cumpliré! Aunque también depende que Tamaki vaya, no te arrepentiste de aceptar ¿verdad?
No entendí bien porque le volví a preguntar, ya me había dicho que sí, pero aún estaba un poco insegura, no quería que vaya solo por compromiso, porque en serio, quería conocerlo, bien.
—Claro que no. De hecho me alegra ir contigo...— susurró lo último, aunque lo llegué a escuchar, un poquito. Eso me hizo feliz.
Pasaron unos días, días en los que me juntaba con Nejire, Mirio y Tamaki en la cafetería o en algún otro lugar. Siempre estábamos todos juntos, siempre íbamos en grupo, pero esta vez iba a ser diferente ya que hoy me iba a juntar con Tamaki... A solas.
Sería como una ¿cita? o eso creo. ¿O quizá una salida de amigos? Fuese lo que fuese, estaba bastante nerviosa y emocionada a la vez. Muy pocas fueron las veces en las que estuve a solas con Tamaki.
Como eran vacaciones de verano había un festival por estos días. Así que decidimos ir ahí, bueno, lo decidí yo. Tamaki no daba ninguna idea ni decía un lugar al que quisiese ir, simplemente me dijo que donde yo quiera ir, él iría también. No estaba muy convencida ante eso pero acepté y me guié por lo normal, el festival.
—¡____! ¡Baja ya, aquí está tu amigo!— gritaba mi mamá desde abajo, estaba segura que ahora mismo le estaba hablando de todo al pobre de Tamaki.
—¡Voy!
Me di los últimos retoques y bajé. Lo primero que vi al bajar fue a Tamaki excesivamente lindo ¿acaso me quería matar? Tenía puesto unos jeans negros olgados con un cinturon, arriba una camisa verde militar con cuello tortuga junto con una chaqueta de cuero azul, era demasiado para mí.
