Una promesa, una simple e inocente promesa que hicieron cuando niños los llevó a volver a encontrarse. Una promesa que los haría volver a hacerse amigos... Y quién sabe, quizás algo más que amigos, pero... ¿Esa promesa los interpondrá en algo?
Tamak...
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El día siguiente llegó y me desperté un poco desganada, recordar las cosas que pasaron ayer... Si bien no estaban peor, no era el mejor de lo casos, estaban heridos. Mis amigos estaban lastimados y eso me dejó un poco enojada conmigo y el mundo. Era de mañana así que decidí ir de nuevo al hospital para ver como estaban.
Cuando llegué, esta vez la recepcionista sí me dejó entrar, así que me dirigí a la habitación de Mirio ya que al parecer Tamaki seguía durmiendo, supongo que estaba bastante cansado, apenas eran las 8am. Toqué la puerta despacio, creo que demasiado, ya que nadie escuchó o simplemente me ignoraron, preferiría pensar que fue la primera opción, sin respuesta entré.
—Con permiso...— hablé lo suficientemente alto para que me escuchasen, abriendo la puerta lentamente.
—¡____, buen día!— me saludó Nejire.
—¡Buenos días! ¿Cómo est...?— me quedé callada al visualizar a la niña en frente mío, más en concreto, la niña del parque. Al parecer estaba jugando con Mirio. Ambos al notar mi presencia dejaron de jugar.
—¡Hey! Mira, Eri. Esta es ____, ____ esta es Eri— nos presentó Mirio.
—Un gusto pequeña, por fin nos conocemos bien— expresé sonriente mientras le daba la mano, la niña miró mi mano por unos segundos para luego aceptarla.
—Ho-Hola...— tartamudeo Eri sin verme.
¡Más linda imposible! Después de unos minutos hablando, apareció un chico de cabello verde, al parecer se llamaba Izuki Midoriya, aunque quería que lo llamase Deku y por lo que escuché él también había ayudado a salvar a Eri.
Estuvimos un tiempo hablando hasta que Deku le preguntó a Eri si quería ir a un festival que tenían en la Academia, a lo que ella con brillos en los ojos aceptó gustosa. Estaba feliz por ella, me contaron un poco de su historia y la niña en realidad lo había pasado mal, estoy segura que esto sería algo muy emocionante para ella.
—Saiko, ¿tú también quieres ir al festival?— pregunta el de cabello verde.
—¿Yo?— asiente. Sinceramente no esperaba que me lo preguntase—. Claro, me encantaría ir.
—Genial, ¡espero verte allí! Si me disculpan, me tengo que ir, un gusto— se despidió Deku saliendo con su típica sonrisa amable. Ese chico en definitiva sería una persona increíble.
Cuando se fue recordé que tenía que contarles a los chicos que la próxima semana iba a tocar con mi banda en la cafetería, para ver si tenían tiempo para venir, y si no podía lo entendería ya que estaban muy ocupados y... Bueno, tampoco estaban en el mejor estado.
—¡Oh, es cierto! ¿Quieren venir la próxima semana a la cafetería?
—¿Mmh? Claro, pero ¿para qué? ¿hay algo especial?— interrogó Nejire, miré a Mirio y él asintió.
