Una promesa, una simple e inocente promesa que hicieron cuando niños los llevó a volver a encontrarse. Una promesa que los haría volver a hacerse amigos... Y quién sabe, quizás algo más que amigos, pero... ¿Esa promesa los interpondrá en algo?
Tamak...
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Los meses pasaron, meses tan aburridos que parecieron eternos para mí. Aunque por más eternos que me hayan parecido, valió la pena esperar todo este tiempo... Esperar para poder verlos de nuevo.
Esperaba en la estación para ir a un lugar relajante junto a los chicos, es decir, las aguas termales. La verdad necesitaba un descanso, y aunque solo nos fuésemos a quedar hasta tarde y no una noche entera, sabía que sin duda sería igual de relajante.
Se suponía que los chicos ya tendría que venir a buscarme... ¿Por qué se tardan tanto? ¿Será que cambiaron algo durante estos meses que estuve fuera? ¿Por qué siempre tardan? ¿Ya llegan? Me empezó a dar frío... Oh, que linda plata, al menos no tiene un lápiz en la macet... ¿Eso es un marcador? ¿Qué tiene la gente con dejar cosas en las macetas?
—Hola ____— saluda apareciendo repentinamente a mi lado.
—¡Tamaki!— grité sobresaltada—. ¡No me asustes así!
—Lo siento...— murmuró avergonzado.
—Ya, ya, da igual. ¡Hola! Cuánto tiempo, ¿cómo estás? ¿Los demás no están contigo?— pregunté mirando a sus lados puesto que no venía a tal dúo.
—Sabía que no debía venir primero... Mirio o Nejire hubiesen venido a saludarte primero— susurró para sí deprimido, creo que me malentendió.
—¡Hey! ¿Qué te dije sobre ser así de inseguro? ¡Claro que me alegra verte primero! Simplemente no esperaba que vinieras solo, la verdad creí que te quedarías en el auto— declaré sonriendo apenada—. Pero no me desagrada para nada esta sorpresa.
—Supongo que fue... ¿Inesperado? Mirio y Nejire insistieron en que venga a recibirte.
—De igual forma, me alegra verte a ti primero, me gustan las sorpresas así.
—Mejor vamos con los demás.
—Vamos— contesté empezando a caminar a su par afuera de la estación para encontrarnos con los demás&. Por cierto, ¿tú conoces a gente que tenga una obsesión por las macetas?
—¿Obsesión por las macetas...?— cuestionó incrédulo ante tal pregunta un poco absurda.
—Sí, ya sabes, gente que ponga cosas extrañas en las macetas. ¿Nunca viste algo raro en una maceta? A mí ya me pasó seis veces este año.
—¿Segura que viste cosas extrañas en una maceta? ¿No te habrá fallado la vista?— cuestionaba con cierta burla y una pequeña pero visible risita.
—¡Oye, no te burles! ¡Estoy siendo 100% honesta! Hoy vi un marcador mientras te esperaba, debería habértelo mostrado mientras podía para que me creas...
—La pregunta aquí es, ¿por qué la gente dejaría eso en una maceta?— cuestionó pensativo.
—Lo mismo me pregunto— respondí igualmente pensativa. Sin embargo, mis pensamientos se desviaron en cuando me di cuenta con la facilidad que pude sacar tema de conversación con Tamaki, ¿esto era otro pequeño avance?
