Una promesa, una simple e inocente promesa que hicieron cuando niños los llevó a volver a encontrarse. Una promesa que los haría volver a hacerse amigos... Y quién sabe, quizás algo más que amigos, pero... ¿Esa promesa los interpondrá en algo?
Tamak...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Era de tarde y la pequeña llovizna adornaba la noche con el sonido de las gotas cayendo mientras todos veíamos una película acostados.
Todo era bastante tranquilo, se podría decir que era una noche prácticamente perfecta... Hasta recordar que hoy me debería declarar a Tamaki ya que se lo había prometido a Nejire indirectamente, es decir no podía hacer que toda esta salida sea para nada, ¿no?
Estaba nerviosa así que no presté casi atención a la película. El plan según Nejire era el siguiente; "Mirio y ella saldrían a comprar algo para cenar y en ese tiempo que yo estaba a solas con él me tendría que declarar". Fácil, ¿no es así? No me tendría que preocupar tanto, solo le diría lo que siento y vería como reacciona, si estaba la posibilidad de que él sintiese lo mismo sería un good ending para mí, y si ese no fuese el caso recordaría este día como el día de mi muerte no muerte.
Estaba tan metida en mis pensamientos que por poco no me doy cuenta cuando salen Nejire y Mirio.
—¡Ya venimos, no hagan nada raro mientras no estamos!— exclamó Nejire azotando la puerta rápidamente al salir sin dejarme despedir siquiera.
Me giré a ver a Tamaki que simplemente miraba la puerta cerrada como la cosa más interesante del mundo.
—Bueno... ¿Qué quieres hacer?— pregunto acercándome a él, llamando su atención.
—Lo que tú quieras.
¿Lo que yo quiera? Mmh... Realmente yo tampoco sabía que hacer o jugar. Pensando por unos segundos se me vino a la mente aquella cosa que me había querido decir Tamaki antes de irme, así que por curiosidad decidí sacar el tema.
—Hey, ¿te puedo hacer una pregunta?— asiente—. ¿Qué fue lo que me dijiste antes de irme? En la estación dijiste algo, aunque no llegue a escuchar bien... ¿Qué era lo que me querías decir?— interrogué pudiendo notar como sus músculos se tensaban ante la repentina pregunta.
—Es...Eso... No recuerdo bien— susurró en voz baja sin mirarme.
—¿Seguro?— pregunté de vuelta. Parecía nervioso, ni siquiera me miraba a los ojos, veía en el una pizca de mentira así que decidí adentrarme más. Simple curiosidad.
—No me estarás mintiendo, ¿verdad, Tamaki?
—No...
Seguía sin mirarme a los ojos.
—A ver, mírame a los ojos para ver si mientes o no— declaré esperando a que lo haga.
Tamaki estaba sentado a lado mío con la mirada hacia la pared, así que cuando se giró para verme nuestras caras quedaron accidentalmente muy cerca.
