𝗕𝘂𝘁𝘁𝗲𝗿𝗳𝗹𝘆 | Tamaki Amajiki

07.

— CAPÍTULO 7: ¿ERES TÚ?

—Oye Tamaki...

Era la hora, tenía que preguntarle sobre la promesa. Cuando estaba por abrir mi boca para hablar, suena una explosión, los fuegos artificiales empezaban a aparecer en el cielo mostrando un sin fin de colores exparcidos por la fría noche, dando un espectáculo visual, que aunque estuviese muy emocionada por verlos, ahora no valía la pena, no si podía saber que el chico que tenía a lado, era mi mejor amigo de la infancia, ese amigo al que siempre admiré.

Aunque los fuertes sonidos de los fuegos artificiales y la gente emocionada hacía vibrar todo el lugar, parecía que solamente estábamos nosotros dos, analizando cada parte de nosotros, creo que ambos sabíamos lo que estaba pasando, sin decir ni una sola palabra. Nuestras manos seguían entrelazadas y solo estábamos ambos en esa pequeña montaña, mirándonos fijamente hasta que decidí romper el silencio.

—Quería hablarte de algo... Desde hace meses tengo una duda en mi cabeza y hoy me la quiero saca— dije no muy segura de las palabras que salían de mi boca.

—Dime...

—Por alguna casualidad... ¿Vivías por aquí de pequeño?— asiente—. ¿Solías venir con una niña aquí para hablar?

—Lo hacía. Siempre veníamos aquí para estar tranquilo entre los dos...— comentó sin mirarme. Sentía que me estaba acercando a la verdad y que en realidad, él sí era ese niño...

—Y por último... Te acuerdas de una promesa que... ¿Qué hiciste con una niña hace años..?— pregunté insegura mirándolo fijamente para ver si encontraba algún ápice de mentira o verdad.

Estaba nerviosa ¿por qué? Si me decía que no, me iba a decepcionar un poco al saber que no lo encontré y no era él, pero vamos, todo era muy parecido, no podía ser una simple casualidad, solo necesitaba su afirmación. Estaba segura que lo había encontrado, que era él, el chico que por más callado y tímido que fuera, era el chico al que siempre admiré y al que siempre le tuve un cariño enorme.

Ambos nos quedamos viéndonos fijamente de nuevo, como si fuese que aquel momento lo quisiesemos grabar en nuestras memorias para siempre. Tamaki tenía su ceño levemente fruncido, estaba serio y me estaba analizando con la mirada, lo podía notar. Después de unos segundos mirándonos Tamaki dice algo que provoca que mi corazón empiece a latir con fuerza.

—____... ¿Eres tú? Eres... ¿Eres esa niña la cual siempre estaba conmigo no importase dónde? ¿La linda niña que siempre hablaba conmigo de cualquier cosa? ¿La niña que siempre admiré? La niña con la que... ¿Alguna vez hice una promesa...?— después de decir eso Tamaki levanta la manga de su chaqueta mostrando una linda pulsera con una mariposa en ella, la misma que le di hace años. Lo sabía, lo había encontrado.

Posteriormente yo también le mostré mi pulsera y las lágrimas no tardaron en salir, aunque las quisiese retener brotaban sin cesár. Me era imposible no hacerlo después de todas las noches en las que lo extrañé y anhelé estar junto a él, viéndolo esforzarse tanto por lo que quería lograr, pero ya no más, lo encontré y jamás lo dejaría ir, jamás volveríamos a perder el contacto.