Homo Model - Jaedo

CAPITULO 5

- ¡¿Qué vas a ir a dónde?!

Ten casi se cae del banco donde estaba examinando cuidadosamente las aplicaciones.

- A comer.

Ten apretó los labios.

- Bien, formulé mal mi pregunta, ¿Qué vas a ir con quién?

Sonrió divertido.

- Con Jaehyun.

Ten lo miró unos segundos y después negó.

- Ese caliente hombre al fin lo logró.

No pudo evitar reír.

- Dije que iba a comer con él, no a acostarme con él.

Ten sonrió.

- ¿Sabías que puedes hacer ambas en la cama? Al mismo tiempo también.

Oh por Dios.

- ¡Ten! - el nombrado soltó una gran carcajada.

-¿Qué? Es la verdad - se alzó de hombros - Pero bueno, buena suerte.

- Gracias - dijo antes de salir.

Bueno, no tenía ni idea de cómo había aceptado salir a comer con Jaehyun después del besuqueo de en la mañana pero de alguna manera terminó siendo así.

El modelo le dijo que fuera a buscarlo cuando terminara con Ten así que eso hizo.

Al llegar al salón espió por la pequeña ventana y vió a Jaehyun nuevamente caminar de un lado al otro esta vez con ropa gracias al cielo.

El modelo era muy dedicado a su trabajo y también muy perfeccionista, eso explicaba por qué había tenido tanto éxito.

Abrió la puerta y después la golpeó para llamar su atención, Jaehyun sonrió al verlo.

- Vamos, no tengo todo el día - dijo antes de salir con una sonrisa.

Jaehyun salió detrás de él y ambos caminaron al elevador.

- ¿Jamás dejas de practicar?

Él había visto que obviamente no, pero se le hizo un buen tema de conversación.

- No, por qué siempre puedo mejorar y eso aplica para todo.

Jaehyun le guiñó un ojo.

- Ten tiene razón, eres un cerdo, ¿Solo piensas en una cosa todo el día?

El modelo le sonrió coqueto.

- Sí, pero en diferentes circunstancias.

Arrugó la nariz.

- A veces me da miedo lo sincero que eres.

- A mí también me da miedo lo sincero que soy contigo.

¿Uh?

Miró a Jaehyun que ahora parecía perdido en sus pensamientos, le dió un codazo cuando el elevador llegó.

- ¿A qué te refieres con eso?

- A que tal vez no sea bueno ser sincero todo el tiempo ¿Sabes? Pero por alguna razón no lo puedo evitar - sonrió divertido - me preguntó por qué.

- Es sencillo, te gusta molestarme y jugar conmigo, no hay una razón oculta al respecto.

- Sí, creo que tienes razón lindo.

Hizo una mueca de desagrado.

- Oh no, pensé que habíamos pasado la etapa del coqueteo barato.