Homo Model - Jaedo

CAPITULO 8

- Jae... Jae... Hyun...

En verdad trataba de ahogar aquellos gemidos que salían de su boca incontrolablemente.

Se suponía que era su hora de comer pero... se había dado una escapada para ver a Jaehyun y cuando se encontró con él en el salón de música de alguna manera terminó con la mano del modelo dentro de su pantalón mientras lo besaba apasionadamente haciéndolo perder el aliento.

Una de las cosas que más le gustaban era como sus lenguas danzaban y jugaban.

Pero en algún momento se desconcentró debido a la magnífica sensación que Jaehyun le daba al tocar y masajear esa zona tan sensible.

Era una locura, alguien podría entrar en cualquier momento y estarían en problemas, pero no importaba.

Nunca nada importaba si tenía las calientes manos de Jaehyun sobre él haciendo sentir así de bien.

El modelo sin dejar su labor se apartó ligeramente y le dió una de esas miradas que lo hacían temblar.

- Quiero estar en tí.

Oh mierda.

Siempre tan directo.

En unos segundos su cuerpo liberó la tensión haciéndole sentir una profunda satisfacción.

Era una locura, en verdad sí.

Jaehyun se apartó después de darle un último beso, fué a limpiarse, entonces regresó y le regaló una mirada coqueta.

- No sonrías así, o voy a arrancarte la ropa aquí mismo.

Jaehyun se acercó a él, lo suficiente para sentir su cuerpo caliente.

- Tal vez después, no tardan en llegar y tienes que regresar con Ten.

Cierto, se supone que estaba trabajando.

- Oh sí, tengo que irme.

Pero no sé movió.

Es que era sorprendente lo que sentía, como sus deseos aumentaban cada vez más, en vez de disminuir, entre más tenía más quería y eso le asustaba un poco.

Pero siempre terminaba por olvidarlo.

Jaehyun posó sus manos sobre su trasero y le dió un apretón.

- ¿Te he dicho cuando me gusta tu trasero? Creo que es simplemente perfecto.

Doyoung sonrió.

- Lo sé, jamás te cansas de tocarlo - se alzó de hombros - ¿Esta noche?

Jaehyun se acercó a su oreja y después de darle un ligero mordisco le susurró.

- No me lo perdería por nada.

Un escalofrío lo recorrió de pies a cabeza y sintió que perdía el aliento.

¿Cómo ese hombre podía ser tan sexy y caliente?

Sin duda alguna su cabeza se estaba jodiendo, realmente empezó a creer que él también comenzaba a pensar con lo que tenía en medio de las piernas.

Regresó con Ten quien le dió una sonrisa divertida.

- Te ves muy feliz ¿Estuvo bueno?

Sonrió.

- Mucho, pero te prometo que trataré de ya no ir a buscarlo tanto.

Ten se alzó de hombros.

- Entre más se acerque el desfile menos podrás verlo, así que aprovecha ahora.