Narra Tara (Hija de Beth y Dan)
Toco la puerta de la casa de los Jones y me abre Julie.
—¡Tara! ¿Qué haces?— me pregunta
—Necesito ver a Adam, ¿Puedo pasar?
—Claro, entra. Está en su habitación— dice y me deja pasar.
Subo las escaleras y cruzo los pasillos de la casa, en cuanto llego a la habitación de mi amigo simplemente abro la puerta sin tocar, lo veo practicando boxeo con un saco de arena que tiene instalado en su habitación, trae un buso, zapatillas y está sin remera.
—¿Qué haces?— me pregunta deteniéndose con la respiración algo agitada, camino y al estar lo suficientemente cerca le golpeo en su cabeza.— ¡Au! ¿Qué pasa contigo?
—Estuve hablando con Sam, me contó todo— dije y le volví a golpear, esta vez en el hombro
—¡Au! Tienes fuerza bruta, joder.
—¿En qué demonios estabas pensando?
—No es tu asunto.
—Me importa un reverendo pepino. Eres un ególatra, imbécil, idiota, bobo, ¿Sigo? Porque puedo, sabes que mi lista de insultos puede ser muy amplia.
—No tuvo por qué contarte nuestras cosas.
—Quiso desahogarse y es válido, que tu seas un idiota sin sentimientos no significa que puedas convertirla en lo mismo.
—No es eso lo que quiero.
—Ella te quiere y te quiere en serio. Adam... todos nosotros crecimos con padres que día a día nos mostraron cuanto se quieren y se aman, pero no es fácil encontrar eso, la realidad no es así y cuando alguien llega a tu vida a entregarte ese tipo de cariño, lo tomas. Lo tomas y punto porque no es fácil encontrarlo, si no tienes la valentía de arriesgarte y abrirte con una persona, probablemente no encuentres a nadie nunca y si eso es lo que quieres, quedarte solo por siempre... realmente siento lástima por ti. Samie igual tiene miedo, ella también es orgullosa, pero dicidió dejar eso de lado porque te quiere, decidió hacerse a un lado ella misma y permitirse darte el poder de hacerla feliz o de lastimarla mucho porque te quiere, si no puedes darle lo mismo, entonces déjala en paz. Pero déjala en paz en serio.
—¿Por qué me dices todo esto?
—Porque son mis amigos y quiero verlos bien. Jones, tienes que ser sincero con lo que sientes, se que especialmente a ti te cuesta, pero Samie no va a estar esperando siempre y ya han pasado dos semanas de que discutieron.
—Ella merece algo mejor.
—Ella merece a quien pueda querer y te quiere a ti, te eligió a ti.
Frunció el ceño— ¿Pero por qué?
—Por la misma razón que tu la elegiste a ella y aún no te das cuenta, cabeza de troglodita. Desde que tengo memoria que ustedes tienen una química especial. Ustedes siempre han podido conversar como con nadie más.
—Me gusta Samie— dijo como si recién se hubiera dado cuenta
—Felicidades, descubriste América— dije irónica alzando ambas cejas
—No sé qué hacer
—Ahm ¿Luchar por ella?
—No sé si pueda.
—Adam... ¿Qué no escuchaste mi estúpido y cursi discurso?
—Del discurso a la práctica... no es fácil.
—¿Por qué?
—Porque se trata de Samie... si la hago sufrir no me lo perdonaría.
—¿Por qué tendrías que hacerla sufrir?— pregunté, lo que dice no tiene sentido.
Se quedó en silencio.
Suspiré— ¿Te mataría intentarlo?— pregunté
Antes de que pudiera responder fuera de su casa se escuchó el sonido del motor de un auto de enfrente, Adam y yo vimos por la ventana, Sam se iba en el auto de Tyler.
—¿Qué? ¿Qué hace?— preguntó Adam frunciendo el ceño mientras ve el auto alejarse.
—Tyler la invitó a cenar a un restaurante bonito y costoso.
Suspiró— ¿Qué Samie no entiendo la primera vez que la invitó a salir?
—Yo creo que a Tyler le gusta en serio. Lleva todo este tiempo intentando convencerla de salir y haciendo detalles lindos por ella, como flores, chocolates, regalos de todo tipo. Te lleva delantera, amigo.
—Creí que estabas de mi lado, eh.
—Hey, lo estoy. Solo soy sincera.
—Tengo una idea.
Me sorprendí— ¿En serio?
—¿Me ayudarías?
Sonreí perversamente.
* * *
Narra Samantha Collins.
Tyler me habla sobre algo de un campeonato de fútbol americano, él es el capitán y creo que se viene un juego importante.
O algo así.
El restaurante se ve algo costoso y no sé... de alguna manera siento que no es mi estilo.
—¿La comida está bien?— me preguntó Tyler mirando mi plato, sonreí
—Si, está muy rico.
—Gracias por venir, pensé que no querrías.
—Has estado muy amable últimamente, creí que tenía que agradecerte de alguna manera.
Tyler iba a decirme algo cuando veo a... ¿Esa es Tara?
—¡Sam! ¡Tus padres están enloquecidos! ¡Tienes que ir a casa!— gritó enloquecida y con la respiración entrecortada, como si hubiera venido corriendo
Me preocupé.
—¿Qué? ¿Pasó algo?— pregunté con el ceño fruncido
—¡Si, algo gravísimo! ¡Yo te llevo a casa!
—Deja que pago la cuenta y la llevo— dijo Tyler
—¡Que no hay tiempo, joder! ¡La llevo yo!
Tara como una loca me tomó de la mano y me sacó del restaurante.
—¿¡Puedes explicarme qué te pasa!?— le pregunté una vez en la calle, abrió la puerta de su auto y me empujó adentro, pero luego la vi corriendo, alejándose.
Espera, ¿Qué? ¿A dónde va?
—Samie.
Pego un grito mientras giro mi rostro al asiento del piloto, Adam está ahí.
—¿Pero qué...?
—Tus padres están bien, fue solo una excusa para sacarte de ahí.
—¿Por qué me sacaron?
—¿Puedo mostrarte algo? Por favor.
Fruncí el ceño.
—No, Adam. Dejamos muy claro las cosas entre nosotros— dije, iba a bajarme, pero me lo impidió pasando su brazo por mi lado y cerrando la puerta, quedó a centímetros de mi rostro.
—Samie... por favor— susurró contra mi oreja, tragué grueso.
Okay, eso aceleró tantito mi corazón.
Tragué grueso— Bien, está bien.
Sonrió y se alejó.
Sonrió y fijó su vista en frente.
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Problematic Love. || DETENTION #3
Teen FictionTERCERA PARTE DE DETENTION No es necesario haber leído las partes anteriores para comprender esta. Adam y Samantha no tenían muchas cosas en común. Él era un chico encerrado, antisocial y amargado. Ella una chica alegre amante de las fiestas. A pesa...