TERCERA PARTE DE DETENTION
No es necesario haber leído las partes anteriores para comprender esta.
Adam y Samantha no tenían muchas cosas en común.
Él era un chico encerrado, antisocial y amargado. Ella una chica alegre amante de las fiestas.
A pesa...
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—Las porristas organizaron una fiesta para mañana— dice Dylan mientras cenamos.
Hoy he estado de un ánimo un poco mejor porque ayer pude volver a la escuela, ya estaba aburrida de estar tanto en casa y gracias a Adam no estoy tan atrasada en las materias, él ha sido como mi profesor.
Un profesor muy atractivo.
—¿Quieres ir? En todo este tiempo no has querido ir a ninguna fiesta— dice papá mirando a Dylan
—No lo sé, creo que me va a servir para distraerme. Sam, ¿Quieres venir?— me pregunta Dylan
Arrugue la nariz— No lo sé... no, no creo que...
—Vamos, Sam. No hay fiesta sin los Collins.
Suspiré mirando mi comida y luego miré a papá, se alzó de hombros.
—Bien, iré— digo
Cuando acabé de cenar subí a mi habitación, di un respingo al ver a alguien acostado en mi cama de manera casual usando su celular.
Es Adam.
Sonrío— Debes dejar de asustarme así— digo y prosigo para acomodarme a su lado.
—Es divertido.
—¿Cómo te fue en tu entrenamiento de boxeo?
—Bien, entrenar para las nacionales será algo duro, pero no planeo ir ahí por nada. Quiero ganar.
Sonrío nostálgica— Extraño el gimnasio.
—Si quieres puedes acompañarme mañana. No puedes hacer ningún esfuerzo, pero si quieres puedes ir a mirar un rato.
—Es una buena idea. Dylan me invitó a una fiesta mañana en la noche— me giro y me acuesto con mi estómago contra el colchón de la cama y afirmandome con los codos para mirarlo de frente.— ¿Quieres ir conmigo?
Arrugó la nariz— Lo siento, aún odio las fiestas más que a cualquier otra cosa. Pero ve tu, pásalo bien.— dice y sonrío, me da un pequeño beso en los labios— De todos modos estoy aquí por una razón muy importante— dice y se pone en pie, frunzo el ceño.
—¿El qué?
Deja su mochila sobre la cama y saca libros y cuadernos.
—Mañana es viernes y tenemos exámen. A estudiar.
Ruedo los ojos y estrello mi rostro contra el colchón, dejando la almohada encima de mi cabeza.
Escucho el sonido de la risa de Adam. Realmente encantador.
Quita la almohada de encima de mi cabeza y me toma de la cintura para quedar acostada mirando hacia arriba, él queda casi encima mío.
—Vamos, Samie.— dice, sonrío perversamente y me acerco para besarlo.— Te raptaré a Nueva Orleans y no te escaparás de mi, por el momento hay que estudiar para el examen.
