TERCERA PARTE DE DETENTION
No es necesario haber leído las partes anteriores para comprender esta.
Adam y Samantha no tenían muchas cosas en común.
Él era un chico encerrado, antisocial y amargado. Ella una chica alegre amante de las fiestas.
A pesa...
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Narra Maddison Collins.
Creo que son al rededor de las diez de la mañana, Dylan me ayuda para poder tomar el desayuno llevándome la comida a la boca.
Cada día que pasa siento más dolor y los medicamentos hacen cada vez menos efecto, pero hoy abrirán las visitas para las demás personas que no son de mi familia, se que sentirá bien ver a Amy, Beth, Val, a James y a los demás, para mi ellos también son parte de mi familia.
—¿Tienes hambre, hijo? Puedes ir a buscarte algo a la cafetería si quieres— le digo mientras lo veo ayudándome a comer, cada vez me duele más soltar la voz.
—Estoy bien, ma.— dice y me sonríe, besa mi frente y le sonrío también.
Pensar que no lo veré graduarse, ni conoceré a sus hijos o a la mujer que amará me destruye, me destruye que no veré a mis hijos haciendo su vida y no envejeceré junto a Nate, pero me duele más verlos sufrir por mi culpa, es por ello que intento ser fuerte y que no me vean aún peor de lo que ya me siento físicamente.
Pero si, duele.
La puerta se abre y veo a mi enfermera.
—Señora, debo recordarle que si no se trata de su familia solo se puede una visita y hay un caballero queriendo verla afuera.
—Ahm, bien. Luego vuelvo— dice Dylan, besa mi mejilla y sale de la habitación, me sorprende ver a la persona que veo segundos después, pero le sonrío inmediatamente.
—Zac, me alegro tanto que hayas podido venir— digo y sonrío.
—Casi discuto con Amy por quien entraba primero.— dice sentándose en la silla al lado de mi camilla.— Quise hablar con Nate antes, pero Sam estaba en una revisión médica y estaba con ella.
Asentí— Si, se supone que vendrá a verme en un rato para avisarme como le fue.
Asiente y traga grueso mirándome, pasan unos segundos y una lágrima cae por su mejilla.
Con mucho esfuerzo levantó mi mano, esta tiembla horriblemente, en el accidente, entre las partes que se dañaron de mi cerebro fue el área motora, me cuesta mucho moverme de la cintura para arriba y de la cintura para abajo simplemente estoy paralizada.
El toma mi mano y esta deja de temblar.
—Gracias por siempre estar a mi lado, siempre has sido una persona muy importante para mi.— le digo.
Desde que lo conozco él siempre me ha ayudado en mis peores momentos, ha sido mi mejor amigo por tantos años que apenas puedo contar la veces que me ha apoyado.
—Gracias a ti por permitirme estar cerca siempre, a pesar de la distancia física.
Se quedó conmigo unos minutos más, recordamos viejos tiempos y soltó unas lágrimas, me duele ver a las personas que quiero sufrir por mi culpa.
