TERCERA PARTE DE DETENTION
No es necesario haber leído las partes anteriores para comprender esta.
Adam y Samantha no tenían muchas cosas en común.
Él era un chico encerrado, antisocial y amargado. Ella una chica alegre amante de las fiestas.
A pesa...
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Bien, les explicaré.
El tío Zac generalmente viene de visita una o dos veces al año, es un exitoso abogado en New York, tiene un hijo de veinte años que no es de su esposa, lo tuvo con una novia de la universidad, se casó hace seis años o algo así con una mujer de su trabajo.
Sé que es el mejor amigo de mi madre y siempre están en contacto, de pequeñas las chicas y yo habíamos escuchado algunas cosas de él, recopilamos información de muchas charlas que hemos escuchado de nuestras madres y nos quedó algo así...
Mi padre se fue a la universidad y a mi madre aún le quedaba un año para irse con él, ese año conoció al tío Zac, se hicieron muy amigos, ese año mis padres tuvieron muchísimos problemas y el tío Zac siempre estuvo ahí para mi madre, la apoyó en muchas ocasiones, resulta que el tío Zac se terminó enamorando de ella, mis padres terminaron, se que para mi padre el tío Zac no era una de sus personas favoritas en ese mometo, no sé si esa sea la razón por la que terminaron, en eso el tío Zac se acercó aún más a mamá, pero ella nunca pudo corresponderle bien, en fin. Mi madre fue a la universidad con papá y el tío Zac se fue a otra ciudad, años después mis padres volvieron a ser novios y luego volvieron a entrar en contacto con el tío Zac, papá terminó por agradarle y mamá y el tio Zac volvieron a ser muy buenos amigos. Fin.
Si, creo que hay detalles que aún no sé, pero puedo ser una muy buena espía cuando me lo propongo.
El tío Zac me agrada mucho, es divertido y siempre nos trae regalos a Dylan y a mi de New York, no sé si sea por nuestro carisma o que somos hijos de mi madre, su mejor amiga, pero estoy segura de que somos sus favoritos.
Ya llegó la noche y todos se fueron, solo quedó el tío Zac.
—Bien, ya que se fueron todos, me parece que llegó la hora de entregarles sus regalos— dijo el tío Zac entusiasmado, sabía que los había traido. Sonreí.
—Tío, ya no somos niños— dijo Dylan
—¿Entonces no vas a querer este balón y remera autografiados por el equipo de los New York Giants? Bien, se los daré a Adam.— dijo el tío Zac, a mi hermano le brillaron los ojos.
—¡No, él no! ¡Si, si los quiero!
El tío Zac rió.
—Y para ti, Sam, compré este equipo de boxeo, tu madre me contó hace unos días que estabas muy emocionada por eso.
—¡Me encanta! Muchísimas gracias, en serio— tomé la bolsa emocionada, vi lo que había dentro. El equipo era azul y negro, estaba genial.
—Entonces, Zac, ¿Dónde te estás quedando?— preguntó mi madre
—En un hotel a un par de calles.
—Puedes quedarte aquí, con tantos amigos en la ciudad no tiene sentido que pagues un hotel— dijo mi padre
