N/T: No he podido encontrar el audio de la canción en Youtube, lamentablemente... Si alguien está interesado en escucharlo es "Romeo I Drink To Thee" del OST de "Private Romeo".
GENEVIEVE.
Subí directa a mi habitación. Ni siquiera me importó que mis padres o mi hermana pudieran haberme escuchado. Estaba agotada y… terriblemente feliz. Sabía que estaba jugando con fuego, que lo que estaba haciendo era peligroso. Pero no me importaba. Rememoraba cada minuto que había pasado al lado de R y me sonrojé al pensar en los besos que habíamos compartido.
No se parecían a los de la fiesta. Éstos habían sido mucho mejor.
Cerré la puerta con cuidado y me dirigí al cuarto de baño. El repiqueteo de la pulsera al golpear la encimera de mármol me hizo darme cuenta de que aún la llevaba puesta. Había tenido intención de quitármela y ponerle alguna excusa a Patrick, pero se me había olvidado por completo.
Pensar en Patrick me provocó una desazón absoluta. No podía seguir con él, no después de haberme dado cuenta de mis sentimientos hacia R. Temía decírselo a mis padres, temía su reacción, pero no podía seguir aguantando más…
Pero ¿cómo podría decírselo? Si les contaba que dejaba a Patrick por R Beckendorf, seguramente me lo impedirían. Me lo prohibirían. Para ellos sería una ofensa. O peor.
Abrí el grifo y me eché agua fría en la cara.
Necesitaba pensar. ¿Cómo conseguiríamos seguir R y yo juntos si había tantos obstáculos por delante?
Lo único que se me ocurrió fue algo desesperado: huir con él. Adonde quiera que fuera. No me importaba.
Lo único que quería era estar con él.
Me quité la ropa, me puse uno de mis viejos camisones y me metí en la cama.
Me desperté creyendo haber oído un golpe. Parpadeé varias veces y miré hacia el reloj que descansaba sobre la mesita de noche.
04:00
Gruñí y, cuando quise darme la vuelta para seguir durmiendo, oí de nuevo aquellos golpecitos que habían sido los causantes de haberme despertado. Aparté las mantas de una patada y salí de la cama, dispuesta a dejarle a quien quiera que fuera un par de cosas claras sobre las horas de dormir de la gente. Me quedé paralizada al comprobar que el sonido no provenía de las puertas de mi habitación, sino de las puertas que conducían al balcón.
Me giré en redondo y tragué saliva. Si fuera un ladrón, no habría tenido el detalle de llamar antes de entrar a robar. Comencé a andar hacia las puertas y una silueta, masculina sin duda alguna, se dibujó detrás de las cortinas.
Volví a tragar saliva y abrí las cortinas de un solo movimiento.
Me tapé la boca para evitar que se oyera el grito ahogado que acababa de soltar. R me observaba con los ojos entrecerrados y con un aspecto lamentable.
Me apresuré a abrir las puertas y él se me acercó, tambaleándose y con una botella de licor vacía en la mano. Sus ojos estaban vidriosos y tenía una sonrisa torcida típica de cualquier persona que estuviera borracha. Tuve que sujetarlo por debajo del brazo para evitar que se cayera estrepitosamente en mitad de mi habitación.
Él soltó una risotada y se llevó la botella a los labios. Al inclinar la cabeza hacia atrás y ver que no caía líquido, observó la botella con los ojos entornados y la tiró a su espalda, sin importar dónde cayera. La botella cayó, por suerte, al césped del jardín y no hizo ningún ruido.
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LAST ROMEO
ChickLitCondenados a odiarse. Destinados a amarse. Desde pequeños, tanto Genevieve como R han visto cómo sus dos familias intentaban deshacerse la una de la otra. Siempre han convivido desde niños con un único mantra: "esa familia no nos conviene; esa famil...